MADRID (EFE/VP). Por "El hormiguero" siguen pasando las más rutilantes estrellas internacionales, pero Pablo Motos continúa esperando la visita de Felipe de Borbón y Letizia Ortiz. "Eso sí que sería modernizar al monarquía", dice en una entrevista con Efe en la que hace balance de una temporada en la que ha pulverizado records.
"Creo que a los españoles les gustaría mucho saber cómo son nuestros Reyes y 'El hormiguero' sería un buen sitio para conocerles. Eso sí que sería darle un giro a la monarquía y modernizarla", explica el director y presentador valenciano de "El hormiguero", que acaba de firmar la mejor temporada de sus 7 años de historia, con casi 2,5 millones de audiencia media y el 12,8 % de cuota de pantalla.
Hugh Jackman, Ben Stiller, Tom Cruise, Jeremy Irons, James Blunt o Carlos Santana son algunos de los invitados que se han sentado este año junto a Motos en la mesa que comparte con Trancas y Barrancas, pero la mejor audiencia de su historia llegó con Adriana Ugarte y Peter Vives, protagonistas de la serie "El tiempo entre costuras", que convocaron a más de 3,5 millones de telespectadores.
Los invitados de relumbrón, poco habituales en otros programas y que son fruto de "un proceso muy complejo que lleva meses de trabajo", apunta Motos, son una de las patas del éxito de "El hormiguero", y en esa línea espera contar algún día con Felipe de Borbón y Letizia Ortiz, a quienes invita sistemáticamente desde hace años.
"Sí -confirma- y sigo fracasando de una manera estrepitosa. Creo que a los españoles les gustaría mucho saber cómo son nuestros Reyes y pienso que 'El hormiguero' sería un buen sitio para conocerles. Eso sí que sería darle un giro a la monarquía y modernizarla. Como esto le saldrá en las alertas de Google a la Zarzuela, aprovecho para pedírselo humildemente una vez más".
En ocasiones, las pruebas de físicas y de habilidad a las que se someten quienes pasan por "El hormiguero" producen algún susto, como el de la lesión que sufrió Cayetano Rivera Ordóñez, que tuvo que pasar por el quirófano tras romperse el peroné cuando competía con el presentador suspendidos en el aire en una estructura metálica.
Motos señala que se trató de un caso de "mala suerte" porque esa prueba, "muy exigente físicamente", se había ensayado sin problemas previamente con el torero, y remacha: "La seguridad en 'El hormiguero' es siempre de primer nivel".
Diego El Cigala fue otro de los invitados de la temporada cuya intervención, atípicamente descontrolada para un programas de corte familiar, levantó polvaredas en las redes sociales; Motos señala al respecto que no le sorprendió la actitud del cantaor, ya que en cuanto le vio le dijo: "He venido a Liarla".
"Y la lió", apunta el responsable de "El hormiguero", y añade: "Aprovecho para decir que adoro al Cigala, que es mentira que yo me enfadase como se publicó en algún medio y que estoy intentando que vuelva en las primeras semanas de la nueva temporada".
Esta temporada pasaron también para divertirse en el espacio de Antena 3 estrellas nacionales como Iker Casillas, Nuria Roca y su marido, Juan del Val, Paula Echevarría y Miguel Ángel Silvestre y David Bisbal, que dejaron su impronta en una audiencia de récord, con más de tres millones de espectadores en cada programa.
Todo un ejemplo para su programa hermano en México, que acaba de arrancar y en el que Motos y su socio en la productora 7 y Acción se han "dejado la piel", apunta, y recuerda sobre la dificultad de conseguir invitados famosos que "nadie cobra" por asistir al programa "ni aquí ni en México".
"El hormiguero" es uno de los pocos formatos de entretenimiento españoles que han salido al mundo (desde Alemania, Italia y Francia China), donde se valora mucho el apartado dedicado a la ciencia, cuyas pruebas a veces fallan en directo, momento en el que Motos se vuelve "loco", apunta, aunque añade que también es consciente de se intentan "cosas muy difíciles".
Tras un bajón de audiencia entre 2009 y 2011, con cuotas de pantalla en torno al 8 % y medias de 1,6 millones de espectadores, el espacio se ha situado como líder de su franja entre las televisiones privadas, lo cual plantea la cuestión de si las estas invierten lo suficiente en este tipo de espacios frente a formatos extranjeros.
"Las televisiones quieren tener los mejores programas en sus parrillas vengan de donde vengan -apunta Motos-, el problema es que las audiencias salen al día siguiente y eso lo contamina todo, si saliesen cada tres meses como en la radio, seguro que las teles se atreverían con formatos más arriesgados, pero eso no va a pasar...".
Como Pablo no vaya cogiendo la costumbre de ducharse me parece que los reyes preferirán quedarse quietecitos...
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