MADRID (EFECOM). El Ministerio de Economía y el Banco de España han puesto el foco esta semana en el FMI, confirmando que el informe que publicó un mes antes de la nacionalización de Bankia, y que Rodrigo Rato interpretó como un "respaldo" a su gestión, avivó las inquietudes que ambos ya tenían sobre la entidad.
Un informe que, sin citar a Bankia, alertaba el 25 de abril de 2012 de que, "para preservar la estabilidad financiera, resulta crítico que esos bancos, sobre todo el mayor de ellos, adopten medidas prontas y decisivas para reforzar sus balances y mejorar su gobernanza".
Tanto el entonces director general de Política Económica y actual director general del Frob, Antonio Carrascosa, como el subsecretario de Economía, Miguel Temboury, coincidieron el pasado miércoles durante su testifical por el "caso Bankia" en la Audiencia Nacional que el Fondo se refería expresamente a Bankia y que hizo disparar todas las alarmas.
Economía ya tenía cierto desasosiego por la situación del grupo a principios de ese año, y de hecho se produjeron distintos encuentros al máximo nivel entre el Ministerio y el Fondo Monetario Internacional (FMI), tal y como desveló Luis De Guindos en su testifical el pasado año.
Se barajaba incluso con la posibilidad de nacionalizarlo, como efectivamente ocurrió en mayo al recibir una inyección pública de 19.000 millones de euros.
Los dos testigos aseguraron, no obstante, que el informe del FMI se situaba en la línea de lo que había pedido el supervisor a Bankia al aprobar el primer plan de Rato apenas ocho días antes y exigirle algunas medidas complementarias.
De hecho, el propio Rato había afirmado al instructor del "caso Bankia" en la Audiencia Nacional en su declaración como imputado el 20 de diciembre de ese año que desde el grupo "lo interpretamos (yo creo que literalmente lo dice) como que estaba respaldando lo que estamos haciendo y lo que el Banco de España nos estaba diciendo", en alusión al avance del Fondo.
El exdirector general de Supervisión Jerónimo Martínez Tello dijo al respecto al juez Fernando Andreu que las incertidumbres que habían surgido en el supervisor en el otoño de 2011 se disiparon con el primer plan de Rato, de ahí que diera su visto bueno con una serie de condiciones.
Pero el FMI, junto con una rebaja de calificación de la entidad por parte de Moody's, precipitó que el equipo de Rato se pusiera a trabajar en un nuevo plan, que se concretó el 4 de mayo en una petición de 7.000 millones de ayudas públicas.
El nuevo plan de saneamiento llegó a Economía a través de dos correos electrónicos, uno de ellos el que envió a Temboury el secretario del consejo de Bankia, Miguel Crespo, y el que recibió Carrascosa del entonces jefe del Gabinete de Presidencia, Luis Maldonado.
Según dijo éste último en su testifical hace dos semanas, él siempre actuó bajo las indicaciones de Rato y envió ese correo porque así se lo habían ordenado, e insistió en que nunca supo por qué Economía había exigido a la entidad un plan alternativo.
Pero ni Economía, que ni siquiera puso un tope a las ayudas que Rato podía pedir, según reconoció Temboury, ni el Banco de España tuvieron tiempo, sin embargo, de analizar si esa cifra era la correcta, ya que el presidente de Bankia presentó su dimisión tan solo tres días después.
Entre medias, el supervisor, en palabras de Martínez Tello, consideró que las últimas cuentas presentadas por Rato en marzo, que reflejaban unos beneficios de 309 millones, eran "correctas" desde el punto de vista contable.
Y ello no es incompatible, añadió, con que el nuevo equipo de Bankia capitaneado por José Ignacio Goirigolzarri optara después por modificarlas -con lo que se pasó a unas pérdidas de 2.979 millones de euros- porque se habían producido hechos sobrevenidos.
Un inspector fue algo más allá al subrayar que esos balances "eran contablemente coherentes con lo que pensaba" el supervisor sobre la entidad "en ese momento".
El supervisor también avaló el préstamo de 4.465 millones que Rato solicitó en 2010 al Frob para sanear Caja Madrid y para cubrir unas pérdidas en cinco años que cifró en 3.000 millones para esa entidad y de 12.000 para el conjunto de las cajas que conformaron Bankia.
Si las cuentas de Rato tuvieron el apoyo del supervisor, igualmente, la CNMV, a través de su director general de Mercados, Ángel Benito, defendió ante el juez el folleto de salida a bolsa de Bankia, afirmando que contaba con toda la información legalmente exigida, llegando incluso a advertir de la posibilidad de que su matriz, BFA, fuera nacionalizada.
Actualmente no hay comentarios para esta noticia.
Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.