El cine de verano de Serra, durante una proyección. FOTO: VICENT BADÍA.
VALENCIA. En ocho días, los que van desde este jueves 17 hasta el viernes 25, se proyectarán 19 películas en los diferentes cines de verano que hay en estos momentos en activo en la ciudad de Valencia. Este miércoles, durante la presentación de la Filmo d'Estiu de 2014 del IVAC, se planteó la pregunta: ¿Hay demasiados? Desde la Filmoteca la respuesta fue optimista. "Si se siguen llenando los cines, no", comentaba el director de la Filmoteca, José Luis Moreno. "Nosotros no hemos notado ningún descenso de espectadores", añadía, "pero será el público el que decida si hay muchos o son todos necesarios".
En el lado contrario, el crítico y cineasta Antonio Llorens, coordinador del primer cine de verano del MuVIM, quien sí que cree que hay una cierta saturación. "Se podría hacer un filtro", apuntaba este miércoles. La ciudad de Valencia, la Comunidad Valenciana, es especialmente proclive a este tipo de proyecciones. Iniciativas privadas al margen como la histórica terraza Flumen, hay en estos momentos en funcionamiento cinco terrazas de verano con carácter institucional.
Podrían parecer muchas, pero los más veteranos recuerdan que no es ni mucho menos un récord. "En los años sesenta llegaron a contabilizarse treinta", recuerda Llorens. Por clima y por tradición, ambas unidas de la mano, no se sabe qué fue antes, si el huevo o la gallina, el caso es que la ciudad de Valencia podría llamarse la ciudad de los cines de verano.
La primera edición del cine de verano del MuVIM tiene precisamente como leit motiv las terrazas de verano de Valencia, en parte porque Llorens sospecha que el solar dónde se ubica ahora el museo fue en su día una de ellas. Cada sesión evoca alguna de las más emblemáticas de aquellos años de esplendor, cine y bocadillo, como las del centro, Russafa, el barrio del Carmen, la calle Sagunto, las terrazas de la avenida del Cid, Marchalenes, la avenida del Puerto y las de la playa. Hay algo de nostalgia que flota siempre en estas proyecciones y ése es un sentimiento que parece que no se va a perder.
CASI COMO UNA SEÑA DE IDENTIDAD
Los cines de verano tienen un valor especial para los aficionados porque, en muchos casos, fue la puerta de entrada por la que descubrieron y comenzaron a amar el cine. "Es muy nuestro, muy de la zona del Mediterráneo", explica Moreno. "Hace unos años hicimos un informe sobre la situación de las salas de cine en la Comunidad Valenciana con relación al resto del país y descubrimos que este tipo de cines son muy numerosos en Andalucía, Cataluña y la Comunidad Valenciana".
De hecho, el cine de verano decano de España se encuentra en la provincia de Valencia, en Serra. Activo desde 1959, es muy popular entre los veraneantes de Náquera y la mentada Serra que lo acoge. El público decide dónde se sienta porque no hay un patio de butacas en sentido estricto, sino que son sillas blancas de plástico que elige cada espectador al entrar. Las películas se proyectan en un frontón en un ambiente que recuerda más al de Cinema Paradiso que al de una terraza al uso, con las casas adyacentes al cine a la derecha y la silueta de las montañas a la izquierda de la pantalla.
Maniobrando la película en el cine de verano de Serra. FOTO: VICENT BADÍA.
Entrar al cine de Serra es como atravesar el tiempo, llevar a los años sesenta las películas de hoy, porque los films que se proyectan son de estreno. Ir al cine en Serra es una experiencia que devuelve al visitante al cine tradicional: Bocadillos en la barra, un descanso para pasar por el ambigú y niños corriendo de un lado a otro o mirando a la pantalla del cine con los ojos abiertos como platos. El cine como evento cultural. El cine como forma de iniciación.
En los últimos años desde las instituciones valencianas se están promocionando los cines de verano. Un factor que explica esta tendencia es su relación calidad-precio. Montar una programación de un cine de verano es relativamente barata y, sobre todo, es muy popular. En el caso de la Filmo d'Estiu la colaboración del patrocinador privado, Gas Natural Fenosa, y la aparición de pequeños sponsors, junto con la venta de entradas (a 3,5 euros) hacen que la iniciativa sea casi rentable. El presupuesto está por debajo de los cien mil euros. En contraprestación, la Filmoteca proyecta con los estrictos criterios de calidad y versión original subtitulada que son marca de la casa. También el MuVIM y la Universitat de València proyectan en versión original.
No todas las instituciones son tan rigurosas. La Diputación de Valencia, por ejemplo, impulsa Cine en las playas, proyecto encaminado a que se puedan realizar terrazas de verano en localidades costeras. En su caso son dobladas. En el mismo periodo antes citado, desde este jueves 17 hasta el viernes 25, el programa de la corporación viajará a siete localidades: El Perelló, Tavernes de Valldigna, Xeraco, Gandía, Alboraia, Bellreguard y Daimús. Es decir, que a las 19 películas antes citadas habría que añadir siete más: en total, 26.
El MuVIM se ha incorporado este año, como también lo ha hecho La Rambleta que ha puesto en marcha una iniciativa muy peculiar de terraza de verano, con una propuesta arriesgada de documentales de autor, los que se han proyectado ya en el centro cultural. A ellas hay que unir dos iniciativas gratuitas, la de Cinema en Valencià a la Fresca a Velluters y la del Centre del Carme, que depende de la Conselleria de Cultura también y que está centrada este año en El Greco y la Primera Guerra Mundial. Su programación forma parte de Carme d'Estiu.
La Universitat de València, con sus proyecciones durante el mes de julio coordinadas con la Filmoteca, lleva ya seis ediciones. "El viernes pasado acudieron más de 500 personas a ver Amarcord", comentaba Moreno. La mayoría ya la habían visto; iban a La Nau para disfrutarla al aire libre, para revivir la experiencia del cine de verano.
LA FILMO D'ESTIU MARCA EL CAMINO
La Filmo d'Estiu es la que marca el camino en la práctica a todas. La iniciativa, impulsada por el exdirector de la institución José Luis Rado, fue un éxito desde el primer día. "Incluso superior a lo que imaginábamos", admiten desde la Filmoteca. Raro es el año que no se registren llenos en varias de las sesiones que se celebran en los jardines del Palau de la Música. Con 315.000 personas desde su primera edición y con una media de 25.000 espectadores por edición, la Filmoteca d'Estiu "se ha convertido en un referente de la oferta cultural de la ciudad de Valencia", en palabras de Moreno.
La programación incluye el tradicional repaso a lo mejor del año a partir de los premios cinematográficos principales (Goya, Óscar) y un ciclo en sentido estricto. Este año la Filmo d'Estiu ha apostado por las comedias corales. Parte del concepto inicial de la programación se está pudiendo contemplar ya en La Nau, en las noches de cine en el claustro.
Para los jardines del Palau de la Música quedan obras maestras como Ser o no Ser de Lubitsch, Amanece que no es poco de José Luis Cuerda (posiblemente la película más amada de la historia reciente del cine español), Plácido de Luis García Berlanga o Todos dicen I Love You de Woody Allen, entre otras. Las proyecciones se realizarán del 1 al 30 de agosto, excepto los miércoles, a partir de las 22.30 horas, a 3,5 euros la entrada.
Las expectativas que manejan en la Filmoteca son buenas, por encima de los 15.000 espectadores, como viene siendo habitual. En 2013 se alcanzaron 16.737 espectadores y una media de 620 por sesión. No tiene que ser distinto este año. De hecho, lo único que realmente afecta a la afluencia del público es el clima. Desde que en 1999 arrancó la iniciativa, la Filmo d'Estiu se ha convertido en la cita preferida de quienes se tienen que quedar en Valencia en agosto. Y su éxito, año tras año, corrobora que el cine, como acto social, como lugar de encuentro, aún tiene mucho que decir.
¿Hay exceso de oferta de cines de verano? La pregunta se formuló este miércoles en la sala Berlanga del edificio Rialto, durante la presentación de la edición de 2014 de la Filmo d'Estiu. La respuesta se sabrá al final del verano, ya con los datos en la mano de todas las terrazas. Lo que sí que se puede decir de antemano es que ahora, hoy día, como apuntó el vicerrector de Cultura de la Universitat de València, Antonio Ariño, este miércoles, "se ve más cine que nunca".
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