VALENCIA. Si todavía no ha planeado sus vacaciones, quizás le interese un destino diferente para este verano. Una visita a algunos de los enclaves en los que se ha decidido el devenir de la humanidad a lo largo del siglo XX y en los que la imaginación se traslada a combates, noches de trinchera y reuniones de la plana mayor del ejército de turno.
Con motivo de los trabajos de limpieza del interior de los búnkeres de Nules, que sirvieron de refugio a los soldados republicanos durante la Ofensiva de Levante y que el Taller de Empleo de la población castellonense se ha propuesto recuperar, CulturPlaza.com ha elaborado un listado de localizaciones de interés bélico. Playa, montaña o ciudad, ninguna opción escapa a este plan de turismo de guerra:
FRANCIA: LÍNEA MAGINOT Y NORMANDÍA
La Línea Maginot, bautizada así en honor a su ideólogo André Maginot, está compuesta por una serie de fortificaciones que se extienden al Este de Francia, en las fronteras con Suiza, Alemania y Luxemburgo.
Uno de sus accesos es el Fuerte Hackenberg, a menos de 50 kilómetros de Metz. Reconvertido a museo y en buen estado de conservación, se puede visitar por 10 euros (adultos) y la mitad para niños. En su interior se han decorado las distintas estancias a semejanza de cómo lo fueron durante la II Guerra Mundial. Un laberinto de túneles y galerías subterráneas plagado de puestos de tiro y en el que también había dentista.
Al norte: Omaha y Utah, las playas de Normandía donde desembarcaron los Aliados y que sirvieron de escenario para una de las escenas más crudas que haya rodado Spielberg. Se pueden ver algunas de las fortificaciones que empleó el ejército alemán a las órdenes de Rommel, numerosos memoriales y réplicas de las plataformas de los puertos artificiales construidos por los Aliados tras tomar las playas. Si por la noche se queda solo, no dude en emplear la contraseña para localizar a su acompañante: ‘¿Rayo?', ‘¡Trueno!'
ALEMANIA: MUNICH Y BERLÍN
La cuna y la tumba del nazismo son, para muchos, las dos mejores ciudades de Alemania. Ambas están plagadas de monumentos históricos, en el caso de Berlín también destacan los de la Guerra Fría, y existen visitas tematizadas de la II Guerra Mundial.
Si decide visitar ambas y cuenta con tiempo suficiente, puede realizar una parada extra en Dresden. Y si lo suyo son los paisajes de montaña, mejor seguir hacia Austria y pasar por el Obersalzberg, destino vacacional de los líderes nazis donde se encuentra el Nido del Águila. La residencia veraniega de Hitler es ahora un restaurante en la cima de la montaña al que se accede por ascensor.
ITALIA: MONTE CASSINO
El escenario de la batalla que decantó la caída de Italia en la II Guerra Mundial está coronado por la Abadía Monte Cassino, reconstruida tras los bombardeos de la contienda y que ofrece unas vistas espectaculares.
Se trata de una ascensión de 520 metros en la que, además de la abadía, se pueden observar trincheras y distintos memoriales. Destaca el cementerio polaco donde descasan los caídos de las tropas que culminaron la toma de Monte Cassino.
POLONIA: LA GUARIDA DEL LOBO
Polonia es un país plagado de localizaciones históricas, siendo Cracovia y Auschwitz los destinos más habituales. Pero, existen otros igual de interesantes: el campo de trabajos forzados Gross-Rossen, la ciudad subterránea de Osówka, o la Guarida del Lobo en el que nos vamos a centrar.
El cuartel secreto de Hitler desde donde se dirigía la Operación Barbarroja, ubicado al norte de Polonia, fue escenario del atentado a Hitler que recoge la película Walkyria. En pleno bosque, es el lugar perfecto para perderse en bicicleta, acampar e incluso practicar tiro.
RUSIA: STALINGRADO
La madre de todas las batallas, casi tres millones de personas fallecidas entre civiles y militares, y una ciudad devastada por la guerra. La actual Volvogrado es una urbe resurgida de las cenizas de Stalingrado plagada de museos y memoriales a la gloria del Ejército Rojo.
La tumba de Vasili Zaitsev, francotirador soviético en el que se inspiró la película ‘Enemigo a las puertas'; la Avenida de los Héroes, con las esculturas de los héroes condecorados en la batalla; el museo de la fábrica de tractores, donde se producían los tanques rusos que decantaron la balanza... Un recorrido imprescindible para entender la historia moderna.
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