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VALENCIA. Hoy día los contertulios políticos son tan populares como los personajes del corazón. "Incluso hay algunos que se comportan igual", se lamenta la profesora agregada de Periodismo en la Universidad Ceu Cardenal Herrera de Valencia, Maite Mercado. "A veces hasta me escandalizo porque lo que haga Jorge Javier Vázquez no me importa tanto como lo que hacen algunos profesionales del periodismo", añade.

Los datos de interacciones en las redes sociales hablan de una popularidad creciente de estos nuevos personajes televisivos. En Twitter Pablo Iglesias, por ejemplo, tiene 471.000 seguidores. Aún está lejos de los 1,06 millones que tiene Kiko Rivera, pero la mayoría de sus tuits tienen más respuesta por parte del público. Algo que en el fondo no resulta sorprendente: El primero, básicamente, tiene algo que decir; el segundo es raro que escriba tuits sin faltas de ortografía.

La incidencia del debate político y de actualidad es tal que ha apartado de las preferencias del espectador medio a la prensa rosa. Los formatos de actualidad mandan ahora y tienen hasta su propio star-system, con Iglesias y sus antagonistas a la cabeza, y figuras de renombre como el periodista Jordi Évole, cuyo espacio Salvados es un referente entre la audiencia joven y urbana, con programas tan celebrados como el dedicado al accidente del Metro de Valencia, o tan famosos como el falso documental sobre el 23-F.

Se trata de una tendencia que así constató la propia Mercado en el artículo Formatos de crónica rosa en la televisión española de 1993 a 2013, que proféticamente presentó el año pasado y que se ha publicado ahora en el libro Entretenimiento televisivo basado en hechos reales: géneros, formatos y tendencias, editado por Bienvenido León Anguiano, y publicado por Comunicación Social Ediciones y Publicaciones.

"Mi artículo era de antes de las elecciones europeas, pero se ha visto en el resultado de los comicios", comenta Mercado. Los cinco eurodiputados conseguidos por la formación Podemos, liderada por el profesor universitario conocido por sus participaciones en debates televisivos, ha demostrado la enorme influencia que aún tienen la televisión en los comportamientos sociales.

En el caso de Iglesias, los datos de medición de la empresa Global In Media, incluidos en el ránking de PR Noticias, no dejan lugar a muchas dudas. Acudió al debate post-elecciones europeas celebrado el 31 de mayo en La Sexta Noche; ese día el programa generó 144.382 tuits diferentes de 37.743 usuarios, de los cuales un tercio aludían a él. El programa anterior de esta misma cadena, que competía con la final de la Champions entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid y en el que no participó el eurodiputado, sólo suscitó 4.738 tuits. El programa posterior, con Julio Anguita y el director de La Razón, Francisco Marhuenda, en el estudio, provocó 35.879 tuits.

Iglesias es pues la 'estrella' que más vende. Los debates de La Sexta Noche en los que participa son habitualmente trending topic en España. El último que le enfrentó con Alfonso Rojo y Eduardo Inda, dos de sus oponentes habituales, provocó el cruce de miles de tuits. Los debates con él se han convertido en un espectáculo. Y la audiencia quiere verlo.

"La gente ahora no sólo quiere entretenimiento", comenta Mercado. "Parto del hecho de que los programas de corazón son programas de entretenimiento puro y duro. En ese contexto los debates políticos no sólo entretienen sino que además aportan conocimientos y reflexiones, y además tratan de cosas que les afectan a cuestiones cotidianas", reflexiona.

LA LEY DEL PÉNDULO

¿De dónde viene este cambio? En parte es una reacción que corrobora la famosa ley del péndulo, la que sostiene que todo lo que se va ha de volver. Hace diez años indicaba Gérard Imbert en El zoo visual, editado por Gedisa, que la pérdida de credibilidad que estaba sufriendo la información sobre lo público, la política y la economía, había provocado que aumentara el interés por otro tipo de actualidad: rosa (vida privada de famosos), negra (sucesos) y amarilla (sensacionalismo). "Cuanto más decrece la credibilidad de la información política y del propio medio informativo, más se desarrollan nuevas formas que traducen el interés por otras informaciones, más triviales, más lúdicas o que mezclan información y ficción", escribía el pensador nacido en Casablanca.

Ahora, comenta la profesora del CEU, las necesidades de la audiencia han cambiado. Se reclama más información y la prensa rosa ha pasado a segundo plano. Esta temporada ya se ha entrevisto cómo el contexto social, los intereses del público y la programación han interactuado y en la actualidad, dice Mercado, "el consumo de medios parece apuntar a la consolidación de las tertulias sobre política, economía y formatos como Salvados", el programa de Évole.

 "Comparado con todos los programas de corazón que había antes, ahora apenas hay dos (Sálvame y Corazón)", constata Mercado. Ojo; esto no quiere decir que no tengan su público, sino que se ha reducido. "Han tenido éxito siempre. Si analizas su irrupción en la televisión, lo único que se hizo fue adaptar la prensa rosa, que llevaba décadas triunfando en España, al medio. El modelo triunfó independientemente de la situación económica, pero la saturación ha coincidido con la crisis lo que ha hecho que la audiencia se haya desplazado a las tertulias políticas y de actualidad. Hubo momentos en que coincidieron diez programas a la vez. Ahora sólo quedan dos", repite.

Con todo, como cualquier tendencia, no es radical. El auge de la televisión interactiva, en la que el espectador se muestra activo reaccionando a través de las redes sociales, alcanza también a programas de entretenimiento puro como podrían ser el concurso Master Chef o espacios tan indefinibles como Mujeres, hombres y viceversa, donde la prensa rosa la protagonizan personajes anónimos que se convierten en famosos por mor de la televisión.

Y lo más significativo de este cambio es que no ha habido trasvase de audiencia en sentido estricto porque, como recuerda la analista Teresa Díez Recio, el de la prensa rosa y el de las tertulias políticas "son públicos diferentes". "Es evidente que el sábado noche y el domingo tienen mayor respuesta las tertulias y programas de actualidad, programas como La Sexta Noche o Salvados, pero entre semana, por ejemplo, triunfan los espacios de ficción. Los programas del corazón, en concreto Sálvame, está sólo en las tardes de los días laborables y los viernes noche porque cada vez tienen menos hueco", agrega Díez Recio. Jorge Javier Vázquez y su troupe son una isla. Hubo un tiempo en que parecía un continente.

LA PRENSA ROSA SEGUIRÁ EVOLUCIONANDO

La evolución de la prensa rosa televisiva no va a parar. "Es uno de los grandes cambios que se han dado en la programación", advierte Díez Recio. Ahora, desde ese segundo plano que antes citaba Mercado, eclipsada por la irrupción del debate político, que ha cobrado gran protagonismo con el fenómeno Podemos a la cabeza, la prensa rosa se adapta a las circunstancias, a la certeza de que ya no es la más guapa del baile.

Esta transformación no es nueva. Ya se hizo con anterioridad. Del estilo narrativo y conversacional, ya sea con un registro amable (con Corazón, corazón a la cabeza) o paródico, se pasó a la realidad televisiva, formateada. Pero ahora es diferente. Hay menos gente viendo. Hay incluso menos competencia.

Es más, Mercado llega más lejos y recuerda que, dentro de ese cambio, ahora, en sentido estricto, Sálvame, la gran referencia de este subgénero periodístico, no es un magacín al uso ni un programa del corazón; "es en realidad un programa de Telerrealidad que no necesita de localizaciones exóticas. Sus colaboradores se han convertido en personajes de un culebrón que se desarrolla en un plató con público", reflexiona.

En algunos casos como Ana Rosa Quintana el cambio se ha producido de manera más gradual. La periodista ya incluía en su magacín tertulias sobre la actualidad. Ahora es parte importante del guión de cada espacio. Al mismo tiempo la tertulia de famosos, en la que llegó a participar la famosa Reina del pueblo, Belén Esteban, ocupa un papel secundario. En cierto modo se puede decir que la república de los debates ha derribado a la monarquía del couché y en esta república el que más tuits genera es el líder de Podemos.