VALENCIA. Aprovechando que el 26 de junio de 2013 Stuart Vevers era noticia por su huída de Loewe, el holding de Louis Vuitton anunciaba que adquiría parte de la firma J.W. Anderson y que su diseñador era fichado para la dirección artística de Loewe. Este joven modisto norirlandés, que apenas roza la treintena de edad, se ha convertido en la esperanza de un cambio progresivo en la industria, que comienza a valorar el talento de jóvenes diseñadores con su nombramiento en casas míticas como Jason Wu en Hugo Boss o Alexander Wang para Balenciaga.
Para Anderson además de un privilegio en su carrera como diseñador, trabajar para la firma española le ha debido sentar de maravilla. Al tiempo que presentaba su primera colección para Loewe, confesaba que España le ha "cautivado" y que el estilo de vida del país donde fue fundada Loewe le ha inspirado para diseñar prendas desenfadadas con las que competir en un mercado global. "Cuando estoy en Madrid, trabajando, siento que hay tranquilidad", "la manera de vestir es diferente, más desenfadada", algo que le "encanta".
Se siente obsesionado con España, país que le cautiva. Al diseñador se le recuerda por España visitando ciudades como Madrid, Barcelona o Ibiza. Es fácil imaginarle contemplando artesanía, arte y cultura que más tarde le valdrán para inspirarse en sus colecciones. "Para mí, España es un lugar donde la gente viste de forma relajada y elegante. Y eso es lo que quiero transmitir: un estilo en las antípodas de la rigidez y el encorsetamiento", explicaba el diseñador.
Al igual que sucede con la incorporación de cualquier director creativo a una gran marca, Anderson se enfrentaba a tomar las decisiones en el terreno creativo de la firma e indagó en la historia de la firma madrileña en busca de la esencia. No encontró mejor punto de partida que la visión que el arquitecto Javier Carvajal impulsó en los años sesenta con las nuevas tiendas de la casa. Supuso un cambio "cultural" y Anderson lo considera trascendental en la historia de la firma. Por ello, el joven modisto propone la modernización de la firma reinterpretando sus clásicos complementos al margen de las colecciones principales. Por ese motivo se ha presentado una colección de accesorios que se incorporan al universo de Loewe, como divertidos broches, o que regresan a primera plana, como mantas de lana o calzado. Muchos de estos objetos, como la ropa de casa, habían pasado a un segundo plano en la casa Loewe y Anderson ha querido recuperarlos como es el caso del calzado.
Por otra parte, hace poco más de un mes, el creador desvelaba el rediseño del clásico logo de la casa, con las eles más separadas y redondas. Presente ya en embalajes y productos, sintetiza, como solo un símbolo puede hacerlo, la nueva filosofía de la marca: respetuosa con la herencia pero actual. Además de emblema y diseñador, Loewe acaba de estrenar oficinas en el barrio parisino de Saint Sulpice.
PRIMERA COLECCIÓN PARA LOEWE
La primera colección de Anderson se presentó el pasado 27 de junio en el estudio Loewe de Saint-Germain-des-Prés de París, en el marco de la semana de la moda masculina. Algo sorprendente tratándose de una de las colecciones más esperadas del año en un sector en el que el público mayoritario es el femenino. Hacía un año que la firma no presentaba colección y la expectación estaba asegurada.
En unas horas, los invitados descubren que se trata de una colección masculina con vocación unisex. Un formato innovador y contemporáneo con ambición de llegar a la audiencia más grande. Con esto, Anderson anunciaba un compromiso a largo plazo con la marca: "No pienso moverme de aquí hasta que consiga mi objetivo: construir una marca global que compita de tú a tú con el resto de maisons del grupo¨
Anderson apuesta por prendas realistas y de carácter orgánico, a camino entre los dos géneros. Pantalones vaqueros con enormes vueltas en los bajos e impolutas chaquetas de cuero. Gabardinas de ante sacadas de los setenta revisadas con carácter retrofuturista. También destacaba la desestructuración y asimetrismo de las prendas combinadas con el racionalismo de las formas de otras prendas. Y todo bañado en tonos tierra y azules, blanco y negro manchado de rojo y amarillo. Según Anderson, "perspectiva de la hipernormalidad".
Todo esto no tiene otro objetivo que lograr prendas que formen parte del mundo del arte, creadas de forma artesanal por personas sumamente expertas, y con materiales muy avanzados técnicamente hablando, especialmente creados para lograr que las prendas duren mucho tiempo y que sigan siendo cómodas desde el primer día.
Pero nada de esto tendría sentido de no ser por la influencia del trabajo del fotógrafo Steven Meisel. Una campaña llamada An Interpretation (Una interpretación), basada en la obra del pintor Alex Katz, que toma imágenes de un reportaje de moda de 1997 fotografiado por Steven Meisel para Vogue Italia con Maggie Rizer y otras modelos de la época, inspiran las bases de la creatividad de Anderson para su nueva etapa en Loewe. Tanto es así, que la campaña de presentación de la colección la conforman imágenes de las prendas vestidas por modelos de carácter andrógino en las playas del sur de España donde el fotógrafo realizó la campaña.
Hace casi un año que los puntos de venta de Loewe no reciben piezas firmadas por un diseñador, el mismo tiempo que ha pasado entre el último trabajo de Vevers y éste primero de Anderson.
La expectación por la puesta en circulación de las prendas ha hecho que ya a mediados de este mes llegue la nueva colección a Estados Unidos, un mercado que la casa busca reforzar con la apertura en noviembre de una tienda en Miami. En España se podrá disfrutar a partir del 14 de julio en la Galería Loewe de Barcelona y en las tiendas de Goya y Serrano en Madrid el 17 de julio.
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