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VALENCIA. Siempre ha habido un cierto consenso en otorgar a los Jayhawks el estatus de una de las mejores bandas de rock de raíz norteamericana de los últimos 30 años. Incluso de todos los tiempos, afirmarán sus más fieles devotos. El caso es que ahora vuelven a nuestro país, un enclave que siempre les ha acogido con especial fervor. Y a diferencia de su última visita, no lo hacen con un nuevo disco bajo el brazo, sino con la excusa de la reedición de Sound Of Lies (1997), Smile (2000) y Rainy Day Music (2003), tres obras de madurez, editadas en su momento por el prestigioso sello American Recordings de Rick Rubin, con las que diversificaron el rango de tonalidades de su paleta cromática. Y lo hacen con la misma alineación que dio forma a aquella involuntaria trilogía. La que forman Gary Louris, Tim O'Reagan, Marc Perlman, Karen Grotberg y Kraig Johnson.

Gary Louris era ya entonces el líder incuestionable de una banda en la que hasta ese momento había compartido protagonismo autoral con Mark Olson. Tan solo el bajista Marc Pearlman y el batería Tim O'Reagan han aportado desde entonces, muy puntualmente, algunos temas propios al repertorio de la banda, formada en Minneapolis en 1985. E independientemente de la innegable valía de aquellos trabajos, se perfila como una cuestión obligada recabar hasta qué punto esta gira puede enmarcarse en la omnipresente corriente de nostalgia que invade los circuitos internacionales de la música en directo, especialmente de un tiempo a esta parte.

Louris prefiere no analizarlo más de lo necesario. Y seguramente haga bien: "Hay un montón de viejas bandas que vuelven a los escenarios y se dedican a formar parte de giras nostálgicas. Somos culpables de eso. Pero esta gira es para celebrar las reediciones. No estamos aparentando que hemos vuelto justo al punto en el que lo dejamos con aquellos discos, simplemente queremos hacer correr la voz de que aquellos álbumes están criminalmente descatalogados y ahora están al alcance en bonitas ediciones remasterizadas y extendidas".

FUTURO IMPERFECTO

No queda claro, en todo caso, si esta nueva incursión en la carretera es un punto y seguido o un punto final en el recorrido de la banda: "¿Haremos otro disco? Probablemente no, pero entretanto tocaremos todas estas canciones que no pudimos tocar en nuestras últimas giras. Y disfrutaremos del hecho de estar juntos".

Dentro de ese futuro imperfecto que se divisa para ellos, lo que sí parece tener muy claro Louris es que no volverá a trabajar con Mark Olson, con quien volvió a hacer piña en 2011 con ocasión de Mockingbird Time (Rounder), un álbum con el sabor de los viejos tiempos de The Jayhawks, del que él mismo parece no haber quedado tan satisfecho como en su momento quedaron público y crítica.

Eso sí, resuelve la cuestión como un caballero: "Ahora puedo decir que la respuesta firme a esa pregunta es, con toda seguridad, que no trabajaremos juntos. Fue un experimento fallido el volver a hacerlo. Tengo el mayor de los respetos por Mark Olson, musicalmente hablando, y le deseo la mayor de las suertes en cualquier proyecto artístico que pueda tener en el futuro. Pero Mark es de aquellos que prefieren trabajar solos y perseguir una carrera en solitario, y yo siempre animo a todo aquel que haya pasado por la banda en algún momento a que consolide su carrera después de haber estado en los Jayhawks. Además, es uno de los mejores letristas de todos los tiempos, en mi opinión".

REIVINDICANDO EL LEGADO

Curiosamente, y a diferencia de lo ocurrido con Wilco, discos de madurez como Sound Of Lies, Smile y Rainy Day Music (especialmente los dos primeros), al tiempo que adoptaron más riesgos a la hora de dotar a su discurso de una cierta heterodoxia, acabaron puntuando por debajo de sus dos primeros discos en American Recordings, aquellos clásicos Hollywood Town Hall (1992) y Tomorrow The Green Grass (1995) que tanta estima generaron en la crítica y en gran parte de sus fans de largo recorrido, y que suelen considerarlos sus obras maestras.

No podemos evitar preguntarle a Gary Louris si no siente que quizá el tiempo no ha sido todo lo justo que debería con estos tres trabajos, ahora reeditados. Él niega la mayor: "En absoluto. No me importa lo que las encuestas digan acerca de los discos que la gente prefiere, no es así como yo juzgo mis logros. No negaré que es bonito agradar al público, y que la gente acuda a tus conciertos, pero esa no es mi vara de medir el éxito. Yo sé qué discos prefiero, y eso no significa más que eso: una preferencia. Y no creo en el término obra maestra".

En todo caso, no hay que ser un lince para leer entre líneas y atribuir gran parte de la apertura de miras de aquellos tres discos, que ahora recuperan, a la ausencia de Mark Olson: "Con la formación de Sound Of Lies (2000) había un ambiente de colaboración y comunión por ir en busca del arte, y no de la fama. Pensamos que sería nuestro último disco, que todo el mundo lo odiaría, y ése es un planteamiento muy liberador a la hora de componer".

LA QUIMERA DEL ÉXITO MASIVO

Los caminos que llevan al éxito. O al reconocimiento, al menos: esa meta que la gran mayoría de músicos busca, muchas veces sin reconocerlo. A Gary Louris parece no importarle demasiado, y menos a estas alturas. De hecho, en una entrevista reciente para un medio digital norteamericano, consideraba que la falta de éxito había resultado provechosa para la banda, ya que en lugar de tener un auge y una caída rápidos, su discreción mediática les había permitido orientar su trayecto en una línea ascendente. Sin grandes altibajos pero en progresión continua. Sin estridencias.

En todo caso, y asumiendo que son ahora más populares de lo que lo eran en los 90, ¿alguna vez pensaron que merecían más repercusión de la que han tenido? ¿Acaso la esperaban? "Podríamos haberlo esperado pero no creo que la mereciésemos. Al final todo es cuestión de suerte y de timing, sobre todo cuando pones en circulación tu mejor trabajo y el universo entero decide no enterarse. Pero bueno, al menos nosotros hemos encontrado una pequeña esquina en la que hemos progresado y no nos ha ido mal. Y no nos quejamos. Tengo amigos enormemente talentosos que tienen que pintar casas para ganarse la vida. Así que el éxito es relativo. Soy ambicioso, y hace años solía compararme con otros artistas más populares y desear lo que estos tenían, pero reconozco que soy mucho mejor simplemente aceptando lo que me ha sido dado".

CUESTIÓN DE ETIQUETAS

The Jayhawks recuperaron, a principios de los 90, la pasión por reescribir los renglones trazados por The Byrds, Gram Parsons o The Band, cuando eso no era precisamente tendencia. Por el camino fueron desfilando etiquetas como Nuevo Rock Americano (ya en sus últimos coletazos), country alternativo o sonido americana. Tres formas de definir un sonido que, en esencia, viene a ser lo mismo. Louris concede. Lo suyo es la música. Lo nuestro, elucubrar con taxonomías: "Estoy de acuerdo con lo que dices, porque vosotros, como periodistas, siempre estáis a vueltas con los géneros, pero los músicos lo único que hacemos es darle vueltas a la música. Y así seguirá siendo".

Algo más escéptico se muestra ante la más que probable influencia de su obra sobre generaciones posteriores. ¿Es la sombra de The Jayhawks suficientemente larga como para que su huella sea patente en los temarios de Ryan Adams, Neko Case, Laura Cantrell, Lambchop y muchos otros? "¡Sí! ¡Ellos han robado todo lo que saben de nosotros! (risas). Sé de verdad que Ryan (Adams) ha pasado tiempo escuchando a los Jayhawks, pero no estaría tan seguro respecto a los otros".

LA GIRA

"Para ser honesto, en un primer momento pensé que nos adentraríamos en algunas versiones oscuras de temas poco conocidos de otros músicos, pero en realidad nos divertimos más encontrando canciones nuestras que prácticamente no han gozado de exposición. Y eso incluye 'Who Made You King' de Smile, y un par de demos oscuras con las que solo la tripulación de los Jayhawks están familiarizados, como 'A Part of You' y 'Won't Last Long'. Así de más o menos resuelto queda el capítulo de las rarezas o versiones que dejarán caer en esta gira, y que suponen uno de los reclamos más apetecibles para el fan completista.

Para ir concluyendo, no está de más recalcar el agradecido papel anfitrión que siempre ha jugado nuestro país a la hora de acoger con calidez a Gary Louris. El norteamericano es un habitual de nuestros escenarios, no solo con The Jayhawks, con quienes ha protagonizado unas cuantas giras (dos de ellas pasaron por Valencia en 2001, y otra en 2004), sino también acompañado por ex compañeros de banda en programas dobles, como fue el caso de  Kraig Jarrett Johnson (con quien también pasó por Valencia en 2006) o el propio Mark Olson (con quien recaló en Alicante en 2008)

¿Es España mejor plaza que su país natal? "No sé si es más cálido en su acogida, pero sin duda es un público más apasionado. Simplemente es una diferencia de carácter como colectivo. Todo el mundo sabe que tengo una debilidad personal por España. Y entre los músicos de mi país se considera al vuestro como muy leal a sus bandas favoritas. Muy amante del rock and roll que se les propone",