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VALENCIA. A las cinco de la mañana de este miércoles expiraba la enésima prórroga con los acreedores -más conocida en la jerga financiera como 'stand still'-, que será la octava después del último aplazamiento el pasado 11 de junio. Todo en pos de evitar la entrada en concurso de acreedores, dado que ya lo hizo en el preconcurso el pasado dos de enero.

Desde entonces el grupo de juego privado ha recurrido periódicamente a las prórrogas  condicionadas a que la cotizada madrileña se abstiene de presentar concurso y el sindicato bancario a no emprender acciones legales o requerir pagos a Codere. Pero la acción ha seguido cotizando en bolsa para goce y disfrute de los especuladores de turno, que han encontrado en la empresa presidida por José Antonio Martínez Sampedro una pieza codiciada para su juego.

Ayer Codere (CDR) se disparó en bolsa un 15,28% en lo que fue la mayor subida de todo el Mercado Continuo descontando un acuerdo entre la familia Martínez Sampedro, que controla casi el 64%, y los acreedores. Pero es algo que ha venido sucediendo en la víspera de que expirasen las sucesivas prórrogas.

ESPECULACIÓN PURA Y DURA

"Es más de lo mismo: especulación pura y dura donde el pequeño inversor debe abstenerse de entrar a la espera de que la situación se aclare porque tienen más que perder que ganar. Los especuladores saben a lo que se exponen, pero no los minoristas", apuntan desde una mesa de contratación bursátil madrileña contactada por este diario ayer por la tarde.

"Codere va por la misma senda que Amper donde se van sucediendo las prórrogas, pero la firma de juego está aguantando bastante mejor que la tecnológica y basta echar un vistazo al recorrido que presenta este año con las dificultades por las que está atravesando desde principios de 2014", añaden.

Y no les falta razón porque el balance anual refleja una subida del 20,3%, lo que ha aupado su capitalización hasta la frontera de los 46 millones de euros. Cierto es que los vaivenes son constantes y los 0,83 euros a los que cerró ayer martes ya los tocó hace tres semanas. 

RECHAZO DEL CONSEJO

Los acreedores ofrecen una inyección de 400 millones de euros (200 millones de euros mediante un contrato de financiación senior y otros 200 millones de euros de una ampliación de capital) para pagar deudas vencidas y financiar sus iniciativas, en una reducción de su endeudamiento, que asciende a 1.039,6 millones de euros, en cerca de 365 millones y en permitir diferir en el tiempo, hasta en cinco años, futuros vencimientos.

Sin embargo, dicha oferta ha contado desde el principio con el rechazo del consejo de administración de Codere, controlado por la familia Martínez Sampedro.

CONTRAOFERTA

De hecho, la compañía respondió con una contraoferta en la que se planteaba una nueva propuesta en la cual no se requería ninguna inyección de fondos.

Asimismo se recogía un periodo de carencia de intereses en los bonos emitidos en euros y dólares de 5,5 años (hasta diciembre de 2019), incorporando al monto adeudado lo debido por los cupones impagados desde diciembre de 2013.