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LA MODA Y LAS EMPRESAS

Este verano hay vida más allá de las gafas de sol polarizadas

VICENTE LUJÁN. 27/06/2014 La historia tras el boom por el cual Luxottica compró la marca de gafas Oakley por 2.100 millones de dólares

VALENCIA. Desde que el grupo empresarial Luxottica (Ray Ban, Prada y Persol entre otras) comprara en 2007 la marca de gafas Oakley por 2.100 millones de dólares, rompió la identidad de la marca norteamericana que pasó a fabricar y vender en masa su modelo Frogskin. Aquel fue el punto de partida y ahora las gafas polarizadas protagonizan cualquier catálogo y comienzan a suponer una plaga de estilo que no es otra cosa que el catalizador de que tiene los días contados.

Es fácil que en el escaparate de tu tienda óptica más cercana 9 de las 10 gafas expuestas pertenezcan a la misma empresa. Esto es porque Luxottica, es la compañía del sector de la fabricación de lentes más importante del planeta a día de hoy y cuenta con 8 marcas propias y la licencia de 17 firmas más. Como cualquier otro grupo de su nivel, la empresa cumple con una de las máximas en el sistema económico, se comporta como una verdadera aspiradora de marcas, y compra aquellas que ofrecen posibilidades de crecimiento. Andrea Guerra, actual director ejecutivo, debió de oler algo en la americana Oakley para comprarla por 2.100 millones de dólares en 2007.

Oakley era una empresa de origen estadounidense dedicada a la fabricación de gafas de sol de alta resistencia. Tenía como objetivo ofrecer a los consumidores la mejor claridad y protección del ‘planeta' patentando revolucionarios sistemas de visión como OFrame, EyeJacket, Overthetop o Plate entre otros muchos. Pero las cosas han cambiado en Oakley. Con la adhesión al grupo, una nueva estrategia se impone en la política de la firma americana.

En el mismo año 2007, al tiempo que culminaban los acuerdos y se pactaban las partes entre Luxottica y Oakley, y ya siendo la misma empresa se presenta el modelo Oakley Frogskyn. En esta ocasión, a diferencia de lo que nos tenía acostumbrada la marca de gafas, no había ni rastro de valor añadido en las lentes, ni rastro de justificación en su forma, ni siquiera unos cristales nuevos. Nada. La gafa que se presentaba era la reproducción del modelo WareFare de su nueva hermana RayBan. Se trataba de un complemento con infinidad de posibilidades, fruto de un plan muy parecido al que en su día le funcionó a marcas como Swatch, Converse All Stars, Vans, y hoy a Tom's, Crocks o Havaianas.

La ‘novedad' de Oakley sería una gafa producida en EE.UU. en ediciones limitadas de 3.000 ejemplares para todo el mundo, fruto de colaboraciones con marcas de deportes minoritarios y de venta en exclusivas tiendas de todo el mundo. En definitiva, un plan estratégicamente proyectado pero completamente alejado de la filosofía Oakley. MOakley Eyeshaesás cercana a nuevos compradores de nostalgia, que de deportistas exigentes con ambición y sed de triunfo.

Deportistas de primer nivel como Fernando Alonso y Valentino Rossi, fichaban por la firma y no se despegaban de sus Frogskin en su versión más polarizada. Celebridades del mundo de la moda como Ana Dello Ruso (directora de Vogue Japón) hacían de las gafas un imprescindible en sus apariciones. Las gafas en cuestión, comenzaban a dejarse ver en escenarios tan dispares como las competiciones de Enduro, Surf y Volley Playa al tiempo que se lucían en las pasarelas internacionales.

Todo esto comenzaba a dar su fruto. La gente comenzaba a sentirse hastiada de los clásicos modelos aviator de RayBan y pantos de Persol. La Frogskin llegaba en buen momento, resultaba familiar dada su evidente similitud con la exitosa WareFarer de RayBan y el precio no era desorbitado dentro de su rango. El asunto comenzaba a dar que hablar, incluso comenzaba a coger forma de fenómeno. Tanto que a día de hoy no se entiende un catálogo de gafas sin su opción de los modelos en versión polarizada, cualquier modelo, más clásico o más deportivo.

La experiencia del mundo de la moda y el marketing nos advierte de la efervescencia que tendrán las lentes polarizadas. Esta vez, el cristal de espejo llega a nosotros de un modo más frívolo que en su época de origen. La moda de las polarizadas, tendrá una vida más corta que la que tuvo en los 80 y su declive ya está aquí.

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