VALENCIA. Toda reforma fiscal, más aún si se aprueba a un año vista de las elecciones, suele evitar pisar callos y, en la medida de lo posible, venderse como una sucesión de ventajas. Ese patrón ha seguido la presentación que por dos veces en los últimos cuatro días ha hecho el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro de la última que ha aprobado el Gobierno.
Ni el viernes tras el consejo de ministros ni este lunes en la sala de prensa del Ministerio se ha leído la letra pequeña de la nueva norma, al margen de los efectos a favor y en contra del bolsillo por casos específico como la tributación del desempleo o la desaparición de la deducción en el IRPF por el alquiler de la vivienda habitual.
Y es que, cruzando la tabla actual y la nueva ni se reducen los tipos a todos los contribuyentes ni el efecto entre los beneficiados es equiparable. De hecho, buena parte de los contribuyentes con rentas medias van a pagar más en 2015 o se van a quedar casi igual en 2016, cuando se complete la aplicación de la reforma. Por contra, los de rentas superiores son los que más ganan, llegando a ver reducido el tipo que les afecta hasta en siete puntos.
LOS 'PAGANOS' DE LA REFORMA
El paso de siete a cinco tramos ha ido acompaña de una aparente reducción de tipos que, al alterarse la base imponible de cada tramo, se ha hecho pasar a un tramo superior a buena parte de los contribuyentes, sin haberse hecho más ricos.
En esta situación están los que computan con una base imponible de 12.450 a 17.707 euros. Aunque este grupo de formaba parte del tramo más bajo, ahora ha pasado a una superior y eso se traduce en que pasan de un tipo del 24,75% en 2014 a uno del 25% en 2015 para bajar de nuevo al 24% en 2016.
Sin embargo, el colectivo que va a tener una sacudida más significativa a corto plazo y estéril a medio es el de los cotizantes con una base imponible de 20.200 euros a 33.007 euros, una de las más populosas. En su caso, hoy tienen un tipo del 30%, pero en 2015 se les sube al 31% para volver a dejarles en el 30% en 2016.
A MÁS RENTA, MÁS VENTAJAS
Los más beneficiados por esta reforma han sido los que contaban con una base imponible superior. Concretamente los que superan los 120.000 euros. Hasta ahora, entre 120.000 euros y 175.000 euros tenían un tipo del 49%, mientras que los de hasta 300.000 euros pasaban a otro tramo con un tipo del 51% y, a partir de esta cifra, a otro del 51%.
Con la reforma de Montoro, todos estos tramos superiores desaparecen y, por tener una base superior a 60.000 euros se pasa a estar afectado por un tipo del 47% en 2015 y del 45% a partir de 2016. Tomando como referencia este último año, esto significa una bajada de cuatro a siete puntos porcentuales, más que ningún otro.
La Comisión Europea ha amonestado al Gobierno español por esta reforma, que incluye también incentivos que pueden llevar al país a incumplir el objetivo de déficit pactada con la Unión Europea y que se sitúa en el 5,5 en 2014, el 4,2% en 2015 y en el 2,8% en 2016.
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