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Activos Especiales

¿Esplendor del fotoperiodismo en Valencia? Delante del objetivo

VICENT MOLINS/ FOTOS: RAQUEL MORENO. 21/06/2014 Encuentro con quienes están detrás de la irrupción masiva de propuestas fotoperiodistas emergiendo en la ciudad

VALENCIA. Siempre he oído que los fotoperiodistas pertenecen a la misma categoría taxonómica que los porteros de fútbol. Durante mucho tiempo a la espera, tomando distancias o acercándose al peligro, calibrando el momento preciso de su intervención, dando vueltas en el área hasta resolver. Taciturnos o exóticos. Generalmente, los hermanos pequeños. A escala española el fotoperiodismo vive un momento –muy matizable– de esplendor (con celebridades nuevas como Manu Brabo y Samuel Aranda). El boom. ¿Otro boom? Y aquí el matiz: Mientras que su estatus profesional en los periódicos se deprecia, su valor como agentes culturales aumenta. En Valencia el reflujo ya ha llegado. Se suceden las muestras. PhotOn, World Press Photo, Fragments, Mujeres Fotoperiodistas, Veus per l'Horta...

Recuerdo a aquella joven que sentía pánico cada vez que salía a la calle y los árboles, las farolas y los humanos le parecían fauces, hasta que comenzó a bajar al asfalto con una cámara y domó la realidad. Ante las fauces de la precariedad, el fotoperiodismo planta cara dejándose ver.

¿Por qué la fotografía periodística está presente como nunca en la ciudad?, les preguntaré a seis fotógrafos vinculados a distintos medios y unidos por contribuir al énfasis. "Gracias a la censura de la exposición Fragments (2010) en el MuVIM", concluirá una, en referencia a las 10 fotografías, extirpadas, de políticos del PP en escenas del caso Gürtel. "Porque exponer fotografía es muy barato", valorará otro.

Los seis, a ráfagas en una mesa.

–Tania Castro: La censura de Camps a la exposición Fragments cambió mucho, para bien.

–Miguel Lorenzo: Lo primero que cambió esa censura es que si alguien tenía alguna duda de...

–Pablo Brezo: ...de la utilidad del fotoperiodismo.

–Miguel Lorenzo: No, no, si alguien tenía duda de la imagen cutre de quien censuraba, ya no quedaron dudas.

–Biel Aliño: Pero nos demostró que el fotoperiodismo estaba funcionando. Censuraban porque se estaba mostrando algo que no querían que se mostrase.

–Eva Máñez: Y eso que eran fotos que ya habían salido en los periódicos.

–Tania Castro: Pero cuando salieron esas fotos ya estaban en la calle y no se podían retirar. Si lo hubieran podido hacer lo hubieran hecho, pero como no pudieron intentaron censurar el recuerdo. Y ésa es la importancia del fotoperiodismo, no sólo captar el momento sino recordártelo posteriormente.

–Miguel Lorenzo: Debe ser que no se atrevían a cerrar periódicos, pero como se sentían dueños de un museo, ejercieron como tal.

–Tania Castro: Todo aquello cambió nuestra concienciación. Varió nuestra percepción, nos enseñó que era importante lo que estábamos haciendo. De hecho desde entonces la exposición la comenzó a visitar mucha más gente.

–Miguel Lorenzo: Nos hicieron un gran favor.

–Biel Aliño: Efecto Streisand.

–Tania Castro: Y ahora hay más movimiento que nunca. El festival PhotOn, por ejemplo, fue una manera de intentar cambiar a partir de aquella censura.

–Miguel Lorenzo: Yo no creo que este movimiento sea por eso.

–Eva Máñez: También ha animado que haya más fotoperiodistas españoles triunfando a nivel internacional.

–Pablo Brezo: Yo creo que es una cuestión de precio. Cuesta mucho menos dinero y menos tiempo organizar una exposición de fotos. Está claro que hay una tendencia creciente por la fotografía, que se están haciendo nueve billones de fotos, y cada vez hay más reconocimiento, pero la clave es que puedes hacer una buena exposición fotográfica aunque casi no tengas pelas, sólo tienes que imprimir fotos, que es lo más barato que hay. Las instituciones han utilizado la ola del fotoperiodismo para suplir lo que no podían hacer porque no tenían presupuesto. Les ha venido bien.

–Tania Castro: Es verdad que es más barato, Samuel Aranda estaba en Yemen y me enviaba para PhotOn las fotos por WeTransfer para que las imprimiera. Pero creo que el fotoperiodismo ha ido ganando terreno, la gente ha empezado a considerarlo.

Los seis permanecen reunidos sobre una mesa en el subterráneo de un edificio céntrico. Son un grupo de escuderos que representan, de maneras distintas, el momento fotográfico de la ciudad. No están todos los que son, pero sí son todos los que están. Pablo Brezo, el menos fotoperiodista de todos, proclama su ardor fotero desde Doctor Nopo, una institución que 'cura' y sirve de filtro para muchas de las nuevas iniciativas. Pablo Brezo se marchó a Barcelona "a hablar con el señor de World Press Photo" y consiguió traer a Valencia la exposición de fama indeleble. "Siempre hemos querido acercar la profesión a la sociedad, si la ciudad sabe en qué trabajan sus fotógrafos, los valorará más. Trajimos World Press Photo para que la ciudad vea fotoperiodismo muy bueno... y muy malo".

Tania Castro, fotógrafa de El País, acarrea el festival internacional de fotoperiodismo PhotOn. Y ya van 4 ediciones. En su nacimiento, insiste, el germen de aquella censura de 2010 influyó sobremanera: "el festival nació de una manera independiente, apoyado por instituciones privadas; no queremos ayudas institucionales que nos digan qué podemos poner y qué no". "Hay un objetivo informativo y un objetivo de demostrar que en los conflictos muchos fotógrafos no se retiran cuando el conflicto termina en los medios". PhotOn impregna de fotografías un puñado de espacios en Valencia. Es ya un patrimonio de la ciudad.

Miguel Lorenzo, fotógrafo de El Periódico de Catalunya, acaba de pilotar la publicación del libro Veus per l'Horta, una muesca de lujo promovida por la Universitat de València: "la Universitat se está convirtiendo en un gran promotor del fotoperiodismo. Los contactos empiezan sobre todo a partir de la censura de Fragments, ellos nos acogieron".

La mano que -ahora- mece Fragments es Biel Aliño (EFE, El Mundo) en su condición de dirigente de la Unió de Periodistes. Aquella presentación del trabajo de los fotógrafos locales se ha ido ensanchando, introducirá un jurado independiente para seleccionar las imágenes y, tras un año de ausencia, volverá el 12 de marzo de 2015.

En esta mesa también se sienta Eva Máñez (ValenciaPlaza.com), participe en el torrente expositivo de retratos mediante el conglomerado de mujeres fotoperiodistas. Ellas obligaron a los transeúntes de las callejuelas del Mercat Central a mirar hacia arriba con la exhibición de imágenes a cargo de diez reporteras gráficas valencianas, en homenaje a las vendedoras del lugar.

Frente a Máñez, Germán Caballero (Levante-EMV), de Melilla a Taksim (Estambul). Miembro activo de la ebullición. Durante este encuentro recibirá una llamada comunicándole que su retrato sobre los efectos de un desahucio acaba de imponerse en un premio fotográfico.

Siguen hablando.

–Eva Máñez: Todas estas iniciativas han conseguido traspasar los periódicos, las fotos además de acompañar noticias pueden hablar por sí mismas.

–Tania Castro: Las fotos en conjunto con el texto trabajan mucho mejor, pero las imágenes pueden ser absolutamente individuales y te lo pueden contar todo.

–Miguel Lorenzo: Es cierto que el complejo del fotoperiodismo de compararse con la foto artística se ha superado, y ya se valora la foto de prensa como un producto informativo. De todas formas hay tal boom de la fotografía... El otro día estuvimos en la presentación de IKEA y todos los que había se estaban fotografiando a ellos y a sus amigos, y después los fotografiábamos nosotros.

–Eva Máñez: En esa orgía de fotos es bueno que haya espacios de reflexión para pararte a ver 5 minutos una foto colgada de una pared. Quizá por eso están surgiendo también tantos proyectos.

–Tania Castro: En esa orgía es el fotoperiodistas el que tiene que saber contar lo que tiene delante, tiene que ser una persona informada que cuente una historia en su foto, no que sea un recuerdo personal.

–Germán Caballero: No se trata de rellanar un hueco, sino de contar una historia.

"Quien siempre se hace hueco es Miguel", se grita desde una esquina de la mesa. Sobre Miguel Lorenzo sus compañeros se refieren a su virtud para lograr la posición. "Empuja hasta que lo consigue". Él se defiende: "esta es una profesión de contacto. Si te despistas viendo un pajarillo, viene un compañero y coge tu sitio, el mejor punto de vista".

–Miguel Lorenzo: Por cierto, quería decir una cosa. Hablamos de la importancia creciente de la fotografía en España, pero los premios los están ganando los españoles casi siempre en medios extranjeros. Los que han ganado el World Press Photo trabajaban en mi periódico, pero no han ganado los premios en mi periódico, se deshicieron de ellos porque no les podían pagar.

La mesa, que es como una partida de cartas en las que van cayendo naipes calientes, se inflama cuando toca encarar su relación con cargos políticos.

–Biel Aliño: Me sorprende mucho la actitud de los políticos cuando vamos a fotografiarlos. Estamos intentando reflejar una realidad pero comienzan a hacer un teatro, se ponen a mirar a la nada y a reírse para salir en la foto, se saludan sólo cuando está la cámara.

–Eva Máñez: Cada vez llegas más a actos institucionales y te piden hacer las fotos que ellos quieren, a quienes ellos quieren y como ellos quieren.

–Germán Caballero: O cómo distribuyen directamente las fotografías desde las instituciones. Difundimos lo que ellos quieren que se difunda.

–Miguel Lorenzo: En los últimos años los fotoperiodistas hemos sufrido presión. El poder se incomoda porque se les busca las cosquillas. Para eso están los jefes de prensa, son gente muy profesional que están más cerca del sector de la seguridad privada que del periodismo. En aquella época de Camps teníamos unos jefes de prensa muy buenos en eso, que nos presionaban también a nosotros diciéndonos las fotos que sí debíamos hacer y las fotos que no debíamos hacer.

Todos recuerdan la imagen, casi bruñida desde el metalenguaje, en la que Miguel Lorenzo captó al presidente Camps cogiéndole la cámara al reportero Carles Francesc y haciéndole una foto. "Entre ellos -recoge Tania Castro- había una competición. El fotógrafo había sido cazado por el político". El momento simbólico de un tiempo.

Al principio Pablo Brezo quedó embelesado por esa foto que su hermano mayor hizo de la terraza del edificio de enfrente el día que iban a dejar su casa para marcharse a otra. "Luego la revelamos en el laboratorio del colegio y la vimos; estábamos conservando la memoria". Eva Máñez, periodista desde los 15 años, encontró en las cámaras de fotos el conducto para seguir testimoniando realidades. Miguel Lorenzo curioseaba las fotografías del asesinato de Kennedy. "No entendía cómo se podía conseguir una imagen de ese preciso instante". Germán Caballero se puso a disparar para "querer vivir las cosas". "Quiero verlas, por eso por ejemplo me voy a las protestas en Taksim, porque quiero vivir eso, enterarme, y hacer con este chisme (la cámara) algo útil". Tania Castro rememora su bautizo profesional: "con mi foto en la calle de la droga, una calle cerca de la Avenida del Puerto en la que se formaba a una cola tremenda de gente que iba a comprar droga. A la semana siguiente de hacerla, en un pleno del ayuntamiento fueron todos los vecinos con mi foto en la mano, me señalaban y venían a abrazarme". El poder de captar la escena.

Las ideas se enzarzan de un extremo a otro de la mesa debatiendo sobre qué debe tener su oficio, ese trabajo tantas veces de hermano pequeño, porteros recorriendo el área dispuestos a atajar un momento

–Germán Caballero: Es importante saber qué vas a fotografiar, porque si no te vas a poder la mitad de información para hacer las fotos. Podrías ver a Juan Soler y a Vicente Soriano sentados juntos, y si no sabes lo que ha pasado, no fotografiarás lo que debes.

–Biel Aliño: Y tener disponibilidad absoluta.

–Eva Mañez: ¿Quién de aquí apaga el móvil cuando se va a dormir?

–Tania Castro: Hay que saber mirar, escuchar a tu alrededor y querer contar.

–Miguel Lorenzo: Yo no tengo ni idea sobre cómo miran los demás, sólo sobre cómo miro yo. Estudiaba cine y cuando me obsesioné me jodió mucho porque en lugar de las películas lo que veía era el movimiento de cámaras. Cuando se te mete en la cabeza una obsesión haces que mires las cosas de otra manera. Pero no tiene ninguna magia, un pescador también mira distinto al mar.

–Biel Aliño: Creo que es importante que aunque tú lleves una idea preconcebida no acabes ciñéndote a ella.

–Miguel Lorenzo: El peligro es que, pase lo que pase, acabes haciendo tu idea preconcebida. Eso es no respetar a lo que tienes alrededor, a la gente que tienes a alrededor. Hay mucho manipulador sin rigor.

–Biel Aliño: La foto buena normalmente no es la que tú has pensado, porque la que tú has pensado la han pensado todos.

Fotoperiodistas, esplendor público ante depreciación profesional.

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1 comentario

Fede Reyna escribió
23/06/2014 15:55

Grandes todos! mención especial a Pablo Brezo

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