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COMPROMISO SOCIAL

El teatro pone el dedo en la llaga de la inmigración

BEGOÑA DONAT. 18/06/2014 El Día Internacional del Refugiado es la excusa ideal para analizar las últimas iniciativas escénicas que han denunciado la situación de los inmigrantes en la hostil Europa

VALENCIA. "Hay mucha gente para la que esta obra es un homenaje, para empezar a mis padres, que pelearon contra una dictadura, que trataron de asaltar los cielos para que heredáramos un mundo más justo [...] Y para terminar, a Samba Martine, una mujer congoleña que cruzó media África para llegar a Francia buscando un futuro mejor y que murió en un centro de internamiento para extranjeros en Aluche, en Madrid, ante la desidia del Estado que debió cuidarla. A ella y a todos los migrantes que vienen a Europa en busca de un futuro mejor". Así agradecía Juan Diego Botto su Max a la mejor autoría revelación el pasado 27 de mayo.

No sería el único galardón que acaparó el montaje Un trozo invisible de este mundo. El drama social fue el gran triunfador de esta edición de los premios del teatro con reconocimientos en los apartados de espectáculo, actor, diseño de iluminación y el ya mencionado.

El montaje, que ha recalado en dos ocasiones en La Rambleta de Valencia, retrata el exilio en cinco episodios inspirados en experiencias reales.

"En la actualidad no existe un solo país del norte del planeta que no sea receptor de viajeros, de turistas, de exiliados o de inmigrantes. En un mundo globalizado el fenómeno migratorio es una realidad ineludible. Teníamos muchas ganas de hablar de la inmigración y del exilio, dos temas que se rozan y se confunden, para acercarnos a esas personas que se esconden detrás de los titulares de prensa y las informaciones televisivas", apostillan los responsables del montaje, Botto y el director Sergio Peris-Mencheta.

Frente al espectador desfilan un agente de policía contrario a la acogida de foráneos, un inmigrante que pone al día a su mujer desde un locutorio, una subsahariana que relata a su hijo su periplo hasta llegar a Europa, un joven argentino que vivió la tortura en los setenta y un hombre que ahonda con ironía en el exilio político.

"Los desarraigados, los exiliados, los que se han visto expulsados contra su voluntad de sus tierras, arrancados de su pasado, de su historia, de sus familias, son un excelente material literario y teatral. Ese desarraigo que viéramos desde la Antígona de Sófocles a los Exiliados de James Joyce, es también un material que nos permite hablar de la soledad del ser humano y de su necesidad de convivir en sociedad; casi diríamos de la imprescindibilidad del grupo para curar al individuo", explican el autor y el director de este montaje.

Precisamente, con un objetivo terapéutico, aunque también de denuncia, la actriz y dramaturga valenciana Isabel Requena imparte desde 2013 un taller teatral para refugiados en el centro de acogida de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) de Valencia.

Las clases forman parte de un convenio de colaboración de la SGAE con CEAR. Las clases dramáticas están dirigidas a las personas solicitantes de asilo y refugiadas atendidas en los centros que la Comisión tiene en Barcelona, Getafe, Málaga, Sevilla, Valencia y Cullera.

AYER, LA SANIDAD; HOY LAS CONCERTINAS

El pasado 19 de febrero, el auditorio de la SGAE acogía la lectura dramatizada de la obra Ye-sé, fruto del taller impartido por Isabel Requena. La palabra que da título al texto teatral es una expresión de Ghana que significa "Nosotros decimos".

La pieza, escrita por los participantes del taller, tiene como punto de partida un vídeo grabado por el grupo de participación social En Voz Alta (EVA), titulado Sanidad mortal, donde se denuncia la muerte de un inmigrante que no es atendido en un centro de salud por una cuestión administrativa.

Los participantes en el taller fueron tirando del hilo de esta historia para relatar aspectos personales como la forma de enfrentarse al dolor de la muerte de un compañero o los trámites de la repatriación del cadáver. La obra fue breve y, por tanto, en opinión de Requena, más efectiva. "Una pequeña cuña teatral a veces es más emocionante que una conferenecia o que la serie de terribles datos periodísticos que estámos recibiendo diariamente. Un montaje así capta, desengrasa y abre el corazón", considera la profesora.

FOTO: TATO BAEZA

Tras esta primera denuncia de la dificultad del acceso de los inmigrantes a la sanidad en nuestro país, la semana pasada, uno de los asistentes al taller interpretó en Cullera un monólogo de 10 minutos que se inspiraba en la última campaña de CEAR, "Esto hay que cortarlo".

En opinión de Isabel Requena, el lema se refiere a las concertinas en las vallas de Melilla, "pero también a muchas más cosas, como los menores que vienen solos huyendo de conflictos bélicos y a los que la policía, después de una radiografía de mandíbula, práctica que los médicos no consideran fiable para delimitar la edad, los declaran mayores de edad y, por tanto, no merecedores de asilo, y los sueltan en la calle. En esta situación, y con unos papeles que indican que son menores, se quedan totalmente desprovistos, porque su documentación no les permite acceso al trabajo".

Los montajes resultantes de estos talleres no son, por tanto, competitivos desde el punto de vista de teatro, sino una forma de terapia emocional y de reivindicación a través de las artes.

En estos momentos, Isabel Requena está trabajando con textos breves de Eduardo Galeano, Shakespeare y Brecht para inspirar al grupo, donde predomina gente de Ghana, Senegal, Marruecos, Pakistán, Nigeria y Colombia. Presumiblemente, los alumnos montará una nueva lectura dramatizada antes de Navidad.

UN IMPREBISTO GIRO A ÁFRICA

La asunción e integración de los inmigrantes también pasa por visibilizarlos. Y en ese objetivo trabaja la compañía valenciana L'Om Imprebís desde que en 2001 visitaran Guinea Ecuatorial. "Solemos tener en mente el África de la explotación de las materias primas, pero se nos olvida el África de la sabiduría ancestral", advierte el director Santiago Sánchez.

De este interés por el otro han nacido varios montajes. El arranque fue el musical africano Orígenes, que tenía como objetivo acercar a los españoles los ritos y tradiciones del África más vinculada a España.

A tal fin, se formó a 24 cantantes, bailarines, actores y músicos de las cinco etnias guineanas: fang, bubi, bisio, ndowé y annabonesa.

La obra fue el primer paso para la consolidación de una Compañía Nacional en Guinea Ecuatorial con capacidad para formar, producir y difundir sus espectáculos en el propio país y en el exterior.

A este proyecto le seguiría el primer espectáculo infantil de la compañía, Moon, "una invitación al diálogo de culturas y tradiciones que combina la música en directo con marionetas, teatro negro, cuentos, improvisación y un reparto internacional con actores españoles, africanos y americanos", describen desde L'Om Imprebís.

Hace tiempo que la compañía de Picassent se mira en el viaje vital y profesional de Peter Brook, quien durante 1975 realizó experiencias en el terreno de la improvisación durante una gira por África.

"Es un continente al que no puedes ir con un concepto intelectual, sino plantear cuestiones más primarias y básicas. Es curioso, porque hay lenguas africanas donde la palabra teatro no existe. De modo que lo que hemos hecho ha sido buscar un contacto muy orgánico con el público, hacer cosas con poco texto y mucha verdad", describe Sánchez.

El año pasado hicieron doblete, el montaje para adultos Decamerón Negro y la obra familiar  Otro mundo es posible. Ambas recalaron en Valencia y continúan de gira por España. La primera aúna artistas de Guinea, Burkina Faso, Angola, Cuba y España en un recorrido por la sensualidad en los cinco continentes. La producción indaga en los relatos eróticos, la música y la danza originarias del continente negro para mostrar cómo se han ido expandiendo, injertando y dando lugar a nuevas formas de seducción en el globo.

Por su parte, Otro mundo es posible retoma la relación de amistad establecida entre amigos de diferentes países y culturas en Moon y suma a una cuarta niña, esta vez española. La adición es un guiño a los pequeños para que reparen en que existe un imaginario común a todos los seres humanos. A través de música y cuentos de raíz popular de cada uno de los cuatro actores de esta pieza se supera la desconfianza inicial hacia el vecino y se tejen las bases de la amistad.

EL MUNDO EN UNA MALETA

La infancia también ha sido el público donde el Teatro Nacional de Mannheim ha querido hacer diana para sensibilizar a las futuras generaciones hacia el fenómeno de la emigración. Su montaje El chico de la maleta está dirigido a un público a partir de 12 años.

La pieza, programada en la pasada edición del Festival Internacional de Artes Escénicas para Niños y Jóvenes de la Comunidad de Madrid, Teatralia, cuenta la historia de un joven refugiado de guerra que tiene que atravesar medio mundo para encontrar a su hermana en Londres. 

El chico de la maleta es el resultado del trabajo conjunto de la división infantil y juvenil del Teatro Nacional de Mannheim, Teatro Schnawwl, y el espacio de creación teatral con sede en Bangalore Ranga Shankara.

"A medida que íbamos identificando un guión que pudiera resonar tanto entra la audiencia india como en la alemana, nos dimos cuenta de que tanto Bangalore como Mannheim comparten una experiencia común en la rápida emergencia de culturas urbanas diversas", declaraba Arundhati Nag, de Ranga Shankara, durante el estreno de la pieza en Londres.

A lo que el director artístico de Schnawwl, Andrea Gronemeyer, añadía: "En ambas ciudades nos estamos preguntando cómo podemos dar la bienvenida a los recién llegados y moldear una cultura común que vaya más allá de la mera tolerancia y se desarrolle en forma de comunidad". 

El vínculo entre ambos centros se fraguó a partir de unos talleres de pedagogía teatral en la ciudad del sudeste de la India. Tras el encuentro se produjeron dos piezas más, The Song of Rama, una versión de la epopeya hindú Ramayana que fue producida y estrenada en la ciudad alemana, y la reposición de la producción de Schnawwl Robinson & Crusoe, escenificada en Bangalore.

Pero ha sido el largo proceso de tres años que supuesto subir a las tablas El chico de la maleta, el que ha creado una relación más estrecha entre sus participantes. El proyecto, que llevaba por nombre Do I Know You?, procuró el trabajo conjunto de artistos indios y alemanes en todos los niveles de producción.

La pieza, en opinión del cronista de Time Out London Bryan Richard, "trata de llamar nuestra atención hacia un asunto secundario frecuentemente obviado, el de los niños migrantes, cuya vulnerabilidad los expone a situaciones de explotación y peligros chocantes en su intento para llegar a rincones del mundo más seguros y dotados con mejores recursos".

Gracias a este montaje basado en la obra homónima del autor inglés Mike Kenny, seis clases en Mannheim y Bangalore se han hecho ciberamigos y han estado intercambiando impresiones sobre teatro, sus lugares de origen y los ensayos de la obra a través de correo electrónico, blogs y videoconferencia.

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1 comentario

Bff escribió
18/06/2014 11:28

Este tema ya huele... ¿no se dan cuenta de que no es racismo? si no de que no hay dinero, si hasta nosotros tenemos que emigrar, obviamente no vamos a ayudar a nadie más, no porque no queramos, si no porque NO NOS LO PODEMOS PERMITIR, hemos ayudado cuando hemos podido y TENEMOS que hacerlo, pero cuando volvamos a poder y mejoremos. No se puede sacar dinero de la nada. Al final este recurso se convierte en una medida populista más de generar publicidad a base de polémica. Y ya aburre. PD: Hay una errata creo, me parece que es impreVisto (con V), pero no estoy seguro :) un saludo

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