NUEVA YORK (EP). Un estudio de la Universidad de Washington en Seattle, Estados Unidos, aseguran que los niños son más susceptibles a sufrir síntomas relacionados con el estrés postraumático cuando sus padres sufren algún tipo de lesión o se encuentran heridos como consecuencia de algún accidente.
En concreto, según los resultados de un trabajo publicado en la revista 'Pediatrics', vieron que los niños cuyos padres habían sufrido heridas graves por algún motivo eran dos veces más propensos a sufrir este trastorno meses más tarde.
Un hallazgo que según uno de sus autores, el psiquiatra Douglas Zatzick, debe llevar a los centros sanitarios a incorporar servicios de apoyo psicológico para "anticiparse a las dificultades con que pueden encontrarse los familiares a raíz de una lesión".
El estudio se realizó en un centro de Traumatología de Seattle y contó con 175 padres e hijos que habían sufrido algún tipo de herida o lesión. De este modo, vieron como alrededor del 20 por ciento de los niños cuyos padres resultaban heridos tenían más riesgo de presentar estrés postraumático meses más tarde, en comparación con el 10 por ciento de los niños cuyos padres estaban ilesos. No obstante, esta diferencia se redujo al cabo de un año.
UNA INVESTIGACIÓN PIONERA
Asimismo, Zatzick y su equipo vieron que cuando los niños también se encontraban heridos solían recuperarse más lentamente, tanto física como mentalmente, cuando sus padres también estaban heridos.
Investigaciones previas ya habían demostrado que cuando los padres sufren una enfermedad grave como el cáncer sus hijos corren un mayor riesgo de trastornos emocionales, abuso de sustancias y conductas secuales de riesgo.
Pero ahora este estudio demuestra que las lesiones o las heridas también pueden tener consecuencias a terceros. De hecho, los autores aseguran que es el primer trabajo que estudia los efectos de lesiones o heridas no provocadas en un conflicto bélico.
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