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MADRID (EFECOM). El economista Jose Ignacio Conde-Ruiz, subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), propone implantar un sistema público de pensiones de reparto que tenga en cuenta, para su cálculo, toda la vida laboral del trabajador y su esperanza de vida.

En una entrevista con Efe, tras la publicación de su libro "¿Qué será de mi pensión? Cómo hacer sostenible nuestro futuro como jubilados", Conde-Ruiz explica que con este sistema, aunque se reduciría la pensión media sobre el salario medio, se haría de manera proporcional al esfuerzo contributivo de toda la vida laboral de cada trabajador.

Para ello, habría unas cuentas nocionales que recogerían de manera virtual exactamente todo lo que ha cotizado cada trabajador, a lo que se aplicaría una rentabilidad y, en el momento de la jubilación, se calcularía la pensión, teniendo en cuenta también la esperanza de vida de su generación.

"Esto solucionaría algunas injusticias que se están viendo hoy en día, de gente que lleva toda su vida cotizando pero le ha dio mal con 60 años porque le ha pillado la crisis, por lo que ha perdido mucha pensión".

Esto se debe a que "el sistema actual no es completamente contributivo", ha indicado, aunque sí que tiene en cuenta el matiz demográfico en el cálculo de las pensiones, tras la reforma de 2013 que introdujo el factor de sostenibilidad.

En principio, señala el autor, esta propuesta sería interesante para la mayoría de los trabajadores, excluyendo a los autónomos o a aquellos que cotizan más al final de su vida laboral.

Por ello, contempla que se podría implantar para los menores de 53 años y, a los mayores, se les ofrecería la posibilidad de escoger entre la pensión según las reglas actuales y la que derive del sistema de cuentas nocionales.

El pilar privado tendría cabida en este sistema de cuentas nocionales, indica Conde-Ruiz, "ya que la pensión media sobre salario medio sería más baja, por lo que muchas personas deberían dedicar una parte de su ahorro para poder complementarla".

Conde-Ruiz formó parte del comité de expertos que consultó el Gobierno para llevar a cabo la reforma de las pensiones de 2013, que introdujo el índice de revalorización y el factor de sostenibilidad.

Cumpliendo el mandato del Gobierno, en dicha reforma tan sólo perseguían el objetivo de que los ingresos del sistema fueran iguales a los gastos, por lo que el resultado fue que "en el momento en que no entren suficientes ingresos, las pensiones se congelarán".

Considera una "cuasicongelación perfecta" la subida del 0,25 % que experimentarán las pensiones, algo que garantizará la sostenibilidad del sistema, con una "renta vitalicia" pero que implicará "una pérdida de poder adquisitivo", añade.

Por ello, considera necesario un gran pacto de Estado para decidir cómo reformar el sistema, así como que se ofrezca a los ciudadanos información sobre la situación actual y transparencia sobre las opciones que hay sobre la mesa.

Además de su propuesta de las cuentas nocionales, Conde-Ruiz ha apuntado a otra opción: un sistema asistencial, como en Reino Unido y Estados Unidos, con una pensión mínima de subsistencia para todos.

En esta opción, habría margen para el ahorro porque bajarían las cotizaciones sociales, algo que Conde-Ruiz no considera una buena idea, ya que iría de la mano de un incremento del IVA, de manera que se rompería el principio de contributividad del sistema.

Conde-Ruiz también ha criticado y denunciado la actual "reforma silenciosa" que, a su juicio, se ha realizado en las últimas décadas en España y que está basada en unos pequeños cambios en materia de pensiones que han pasado desapercibidos: un incremento de las bases máximas de cotización y una congelación de la pensión máxima.

Estas modificaciones, llevadas a cabo "de manera opaca, sin informar a los trabajadores" suponen un acercamiento progresivo de la pensión máxima a la mínima, lo que llevaría a que todos los trabajadores acaben devengando la misma pensión, es decir, una pensión asistencial.