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VALENCIA. "No recuerdo haber visto nunca en bolsa un ataque bajista tan furibundo como el que está sufriendo actualmente Meliá y tampoco lo entiendo porque ha duplicado sus resultados, aguanta cerca de máximos y sus responsables están haciendo una buena gestión". Son palabras de un veterano gestor de fondos de inversión, curtido en mil batallas, que asiste como buena parte del mercado al increíble acoso y derribo que sufre la hotelera balear.

Según la última comunicación de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de hace justo una semana, el 14,73% del capital social de Meliá Hotels International (MIA) estaba en manos de los 'cortos'. Algo nunca visto en su historia bursátil que se remonta a julio de 1996 en lo que fue la primera empresa de gestión hotelera de Europa en cotizar en el parqué aunque entonces bajo el nombre de Sol Meliá.

Una denominación que en 2011 pasó a ser la actual y al cierre de dicho ejercicio el 2,06% de su capital ya estaba en manos de los temidos bajistas, según la información recabada por este diario de la base de datos pública del organismo supervisor presidida por Elvira Rodríguez.

OCHO CON NOMBRE

Pero entonces la cifra era ridícula comparada con la de ahora y todavía más teniendo en cuenta que hasta ocho bajistas tienen nombres y apellidos, al contar con el mínimo del 0,50% para desvelarse.

A saber: BNP Paribas, que tiene en su poder el 2,42%, Capstone Volatility Master (0,50%), Polygon Global Partners (1,70%), Highbridge Capital Management (1,80%), GLG Partners (0,77%), Citadel Europe (1,82%), Castle Creek Arbitrage (1,39%) y D. E. Shaw & Company (0,76%). La mayoría son hedge funds o fondos de alto riesgo que la tienen tomada con la compañía fundada y presidida por Gabriel Escarrer.

Pero la cosa tiene aún más miga, puesto que el préstamo de acciones -la antesala de las posiciones cortas- representa ya el 22,37% del capital de MIA, según los datos oficiales de Bolsas y Mercados Españoles (BME) correspondientes al pasado viernes. Ese día eran 41,34 millones de acciones de Meliá las que estaban prestadas frente a un capital social de 184,77 millones.

Pero pese a todo ello, la cotizada balear no solo mantiene el tipo -solo baja un 0,48% en lo que va de año- sino que dos casas de análisis de prestigio mundial como son UBS y Kepler Cheuvreux la tienen recomendada y con sendos precios objetivos muy por encima de los 9,29 euros a los que echó el cierre el pasado viernes. Así, los expertos del gigante bancario suizo la ven en los 11 euros; mientras que los franceses la ven algo más lejos, concretamente en los 11,60 euros.

MIA, cuya capitalización ronda los 1.717 millones de euros, sigue estando a poco más de medio euro de los 9,93 euros de su máximo de los últimos años establecido a mediados de enero pasado, cuando ya entonces sufrían el ataque bajista aunque no con el cariz actual.

Hace dos semanas MIA anunció un beneficio trimestral de 8,15 millones de euros, lo que supuso un incremento del 99% sobre las ganancias obtenidas de enero a marzo del pasado ejercicio. La compañía atribuyó estos resultados a la evolución global del negocio -con mejoras en todas las regiones-, particularmente en España, con una "excepcional evolución" en el segmento vacacional, vinculado a la demanda extranjera, al que se suma un cambio de tendencia en la demanda de hoteles urbanos, tras varios años en negativo, en línea con la evolución del consumo.