VALENCIA. Rafael Bengoa es director de Deusto Business School Health (Universidad de Deusto). Asimismo es miembro del Comité Asesor para la Reforma Sanitaria de la Administración Obama y del Consejo Asesor de la Comisión Europea en Sanidad, Demografía y Bienestar, de la Organización Mundial de la Salud y de otros organismo internacionales. Se muestra muy crítico con la política sanitaria del Gobierno español, a quien acusa de "incompetente" por carecer de estrategia y caminar en sentido contrario al de los países avanzados con medidas tales como el copago o la retirada de derechos sanitarios a los inmigrantes.
-¿Tras las elecciones cree que se producirá un cambio en materia sanitaria?
-No, porque como hemos podido comprobar a lo largo de la campaña, se ha ido discutiendo sobre aspectos bastante superficiales vinculados sobre si uno es más machista que el otro, etc, pero ha habido poco contenido.
-De todos modos ¿cree que algo está cambiando en la sanidad española?
-Sin duda. La transformación de la sanidad se está haciendo comunidad por comunidad donde se están aplicando las nuevas tecnologías que permiten no solo contar con un sistema sanitario más sostenible y de calidad, sino también destacar a España como país vanguardista en estos cambios del resto de países de nuestro entorno. Hay diez países del mundo que van en esa dirección y España está entre los primeros sobre todo en la utilización de las tecnologías como clave de transformación.
-¿Y en qué lugar situamos a la Comunidad Valenciana?
-La Comunidad Valenciana tiene unos buenos sistemas de información, pero no sé cuánta transformación están realizando.
-¿El sector público sanitario puede ser más sostenible si se privatiza?
-No. Por eso Obama se está alejando de un sistema privado porque no cubre a toda la población y es mucho más caro.
-Entonces, ¿por qué España quiere volver a un modelo que los países capitalistas abandonan?
-Porque piensan que se puede en el sector social hacer lo mismo que en el económico. En el sector productivo la economía de mercado funciona, pero cuando intentas llevar esta filosofía al sector social y sanitario, no funciona. Crea injusticias y genera una medicina de primer y otra de segundo nivel.
-¿La crisis hizo inevitable las reformas?
-Digamos que se ha creado una recesión social usando la sanidad y los servicios sociales como forma de atacar la crisis económica y no ha funcionado. La presunción del Gobierno era que para compensar la crisis había que hacer recortes. Los recortes han creado una recesión social cuantificada y con indicadores. La gente pobre hoy es más pobre. Y paradójicamente pese a haber creado esta recesión social no hay una recuperación económica como se esperaba.
-Por cierto ¿cómo llegó a Obama? ¿Lo conoce personalmente?
-No, todavía no he desayunado con él. Obama ve a través de su secretaria de Estado de Salud las acciones que defendemos y exponemos los cuatro europeos que acudimos con la Administración americana a los estados donde llevan adelante la reforma sanitaria.
-¿Pero como le tocó esta lotería?
-Hace quince años y a través de mi trabajo en la Universidad de Harvard me eligieron para participar en dos o tres reuniones organizadas por Hillary Clinton para emprender la reforma sanitaria. Desde entonces he participado en muchos encuentros donde se ha tratado la reforma americana.
-¿Por qué España teniendo un asesor de su nivel no recurre más a su ayuda?
-Porque se interpreta. Cuando me ven, quizá, piensen: "este hombre ha estado con gobiernos socialistas y por tanto su propuesta es ideológica". Nada más lejos de la realidad. Sin embargo las comunidades autónomas, de cualquier color político, sí han escuchado. Hay seis comunidades en estos momentos haciendo la reforma como se hizo en el País Vasco en 2009. Lo que evidencia que los crónicos no es un movimiento ideológico, sino una necesidad para la población.
-¿No es una ironía asesorar a la Unión Europea en el tema de crónicos y en España esperar a que sea Europa la que dé permiso?
-Ya sabe el dicho de: no hay profeta en su tierra.
-¿Las necesidades de los pacientes actuales son iguales a las de hace 20 años?
-Hoy en día hablamos de un 80% de pacientes crónicos de los cuales un 25%, de los que se descompensan acaban en urgencias con el subsiguiente gasto y retroceso en la salud. (La parte más cara del sistema de salud son las urgencias y camas hospitalarias) ¿Qué se puede hacer para evitarlo? Convertir el domicilio en un centro de cuidados, mandarle información de atención primaria y evitando que la gente entre en el hospital innecesariamente. Esto requiere estrategia para crear un movimiento organizativo y tecnológico.
-Dice que en España nos gusta encontrar varitas mágicas a problemas complejos. ¿El copago fue una de ellas?
-Desde luego. Es más, el Consejo Interterritorial de Sanidad no quiso escuchar que la medida que querían implantar la estaba eliminando Alemania, ni analizar por qué lo estaban eliminando. Aquí se quería introducir y punto. Los alemanes, por el contrario, vieron que no es una fuente de financiación, ni de sostenibilidad. La fuente de sostenibilidad está en la atención a los crónicos. No en más copagos.
-¿Qué otras varitas mágicas se usan en España?
-Quitar derechos en materia sanitaria a los emigrantes. Los emigrantes con papeles si no se atienden como a todo el mundo en atención primaria, acabarán en urgencias, que es la parte más cara del sistema de salud. Así que más económico atender a los emigrantes que excluirlos del sistema.
-¿Por qué se adoptan medidas que encarecen el sistema?
-Por incompetencia. Bueno, por decirlo de otra manera a la falta de visión estratégica en el ámbito nacional de lo que hay que hacer con la sanidad. Hay visión de pequeños compartimentos, pero no estrategia de hacia dónde se quiere llevar la sanidad española.
-¿Esto también ocurre con la educación, las televisiones, la justicia, la reforma laboral, etc?
-No me atrevo a decirlo. Sí ocurre en Bienestar Social y en Sanidad. El resto de temas carezco de datos para confirmarlo. En sanidad no hay visión estratégica. ¿Cuál es? Yo no sabría contestarle y estoy todo el día en esto. Lo que sí creo, esté quien esté en el Gobierno, que es conveniente tenerla y más en un sector que gasta en ello un tercio del presupuesto público en España. Resulta paradójico invertir tanto dinero sin saber para qué.
-Usted dice que atender a los crónicos en casa ahorrará dinero, mejorará la calidad de vida y será una realidad dentro de 20 años, ¿necesitaremos otros políticos para verlo?
-El domicilio ya está empezando a ser el centro de cuidados, pero no es solo una cuestión de cambiar de políticos, sino de tener una estrategia sanitaria que incluya, por ejemplo, a las empresas tecnológicas. Como no la hay, no hay propuestas y se trabaja independientemente y autonómicamente, pero sin visión global.
-¿Cómo pueden ayudar más las tecnologías?
-Por ejemplo para saber qué les pasa a los enfermos cuando no están con nosotros. Ahora, aunque sospechamos que la enfermedad avanza, esperamos a que se ponga peor y ya lo veremos en urgencia. Hay que hacer una medicina proactiva, no pasiva. Puede ayudarnos a dejar el chassis de 1970 con el que hacemos la medicina del siglo XXI. Y también a enseñar a las personas a gestionar su enfermedad. En EE.UU y en el País Vasco prescribimos educación, no un medicamento. Asimismo podíamos ser uno de los primeros países europeos en facilitar a los pacientes que consulten su propia historia clínica.
Excelente exposición la de este experto. En la Comunidad Valenciana se está haciendo too lo contrario. Se premia con bonus a los médicos de atencion primaria por eliminar a los pacientes tratamientos, y éstos acaban en urgencias costando al sistema el triple.
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