VALENCIAPLAZA.COM. 20/05/2014 La popularización de los 'smarpthones' ha hecho que las aplicaciones móviles de mensajería instantánea como WhatApp, Line o Facebook Messenger, por mencionar algunas, sean el principal canal de comunicación para muchas personas en la actualidad

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MADRID  (Portaltic/EP). Las que hay acaparan millones de usuarios y millones en ingresos, y no paran de surgir nuevas propuestas, como la segura y española Hermes o la rumoreada nueva 'app' centrada en el vídeo y la mensajería de Facebook, o se producen adquisiciones como la reciente de Blink por parte de Yahoo.

Sin embargo, antes del auge de la mensajería móvil, y junto con los SMS y las llamadas perdidas ('llama-cuelgas' para los amigos) tuvo su época de esplendor en sobremesa el MSN Messenger, un programa que seguro que quiénes lo utilizaron aún recuerdan con nostalgia... o con espanto.

Microsoft lanzó MSN Messenger en julio 1999 y fue sustituido por Windows Live Messenger en 2007. Posteriormente, el 10 de mayo de 2011 Microsoft compró Skype, lo que dio lugar a que más adelante (2013) el programa de chat fuese integrado en el de videollamadas como la solución integral de comunicación de Microsoft.

COLECCIONAR ICONOS ESPANTOSOS

De forma análoga a las apps de mensajería móvil de ahora, MSN Messenger permitía acompañar el texto de emoticonos pero también de pequeñas animaciones y escritura a mano con el cursor. Sin embargo, estos no venían predeterminados como en las aplicaciones de mensajes, sino que era tarea del usuario recopilar los emoticonos a parir de una opción de guardado cuando un amigo te saludaba con un "k tal?" parpadeante o se podían buscar e instalar paquetes. Así, se podía llegar a tener tantos emoticonos y tan dispares -y molestos-, como paciencia un usuario tuviese para almacenarlos.

PONER FRASES CURSIS -NORMALMENTE LETRAS DE CANCIONES MOÑAS- EN EL ESTADO

El estado del MSN Messenger era la seña de identidad de cada usuario y mermanecía ahí durante días, visible para todos, no como los estados de las redes sociales de ahora, que "caducan".

Había algunos que se limitaban a poner su nombre, pero lo cierto es que la mayoría personificaban su 'nick' o 'subnick' con una canción moñas, que en realidad seguramente fuese una indirecta dedicada a ese alguien especial. Además, el estado se podía decorar con todo tipo de símbolos, para lo que había hasta secuencias de signos y dibujos predeterminados que se podían hacer con creatividad o buscar en la Red.

Así, cada cual tan solo tenía que insertar su frase estrella para tener un 'nick' personalizado. El color del estado también se podía personalizar con color, para lo que había una amplia paleta de colores y degradados disponibles, que posiblemente le costase alguna dioptría que otra a más de uno.

LOS UN "TOQUE Y VENGO" Y EL SOCORRIDO OCUPADO

Otro elemento característico del Messenger eran los estados de disponible, ausente u ocupado, entre otros, que se representaban con un símbolo al inicio del nick. Si uno tenía algún contacto con el que no quería hablar, se podía poner un estado de no disponibilidad y olvidarse de hablar con esa persona. No era el tema tan complejo ahora como con el 'doble check' y la hora de última conexión de WhatsApp.

Estos estados eran muy parecidos a los predeterminados de WhatsApp, por ejemplo, aunque no se podían personalizar como en esta aplicación. Para ello, era muy común añadir en el nick entre paréntesis la actividad que estabas haciendo si no te encontrabas frente el ordenador. "Comiendo", "echándome la siesta", o "en la calle", eran algunos de los más usados. Pero si te encontrabas en casa, siempre podías recurrir al "toque y vengo", para que tu amigo te hiciese una llamada perdida y conectarte ipso facto.

PONER COMIC SANS COMO FUENTE

Si algunas imágenes animadas eran estridentes, el tipo de letra no se quedaba atrás ya que se podía elegir cualquier tipografía instalada en Windows.

Por algún extraño motivo, en los años de moda del MSN Messenger Comics Sans era la tipografía más habitual entre los usuarios, y a todos nos parecía divertida. Qué inocentes éramos. Además, el color de la letra era lo que marcaba el aspecto distintivo, de forma que asociabas a un amigo con su color de letra y, cuando se lo cambiaba seguro que más de uno le descolocaba y tenía que preguntarle el motivo de la alteración. Y la respuesta más habitual siempre era "me he cansado del rojo", o del color que fuese.

DEJAR EL PC ENCENDIDO TODO EL DÍA

En los años de MSN Messenger no teníamos 'smartphone' con WhatsApp para comunicarnos cuando salíamos de casa y, claro, no los SMS costaban un ojo de la cara. Por ello era habitual dejar el ordenador en casa encendido durante todo el día, como medida para que nos pudiesen llegar todos los mensajes de los amigos -no nos engañemos, en realidad esperábamos el de la chica o el chico que nos gustaba- y, así, poderlos leer al llegar de la calle.

Con el mismo fin, los "usuarios extremos" lo primero que hacían nada más levantarse era encender el PC y abrir el Messenger y, lo último antes de acostarse, cerrar el programa.

ESTAR HASTA LAS TANTAS HABLANDO

Sin embargo la hora de despedirse de los amigos en Messenger e irse a dormir podía verse trastocada si alguna conversación se ponía interesante. Esto es algo que hemos heredado en las aplicaciones de mensajería instantánea. Como consecuencia, se podía llegar a trasnochar chateando o esperando a la hora fijada con otra persona para que se conectase y poder empezar a charlar. Pero si entraba sueño, otra opción era dejar el PC encendido durante la noche, y al día siguiente leer la respuesta del ciber-interlocutor.

CERRAR LA VENTANA: ¡ADIÓS CONVERSACIONES!

Uno de los puntos flojos del Messenger era precisamente el de cerrar la ventana de un chat, que suponía la pérdida de esa conversación. En esa época no era tan fácil y accesible releer una conversación antigua, y si tenías mucho empeño en recuperar alguna debías activar la opción de guardado del historial, algo que no todo el mundo hacía. Por eso en aquella época era habitual cerrar una conversación por accidente y tener que pedir disculpas y que nos repitieran lo que nos habían puesto, ya que no lo habíamos visto antes del "accidente".