VALENCIA. Tras alcanzar la glora del Óscar con Nader y Simin, una separación, el cineasta iraní Asghar Farhadi vuelve a la cartelera con El pasado, una película que participó en la Sección Oficial del pasado Festival de Cannes y con la que Bérénice Bejo se llevó el premio a la mejor actriz.
El argumento es muy próximo a los intereses de un director que se ha destacado por analizar las relaciones familiares. Un hombre asentado en Teherán vuelve a París a petición de su mujer, con la que se encuentra en mitad de un proceso de divorcio. Durante su estancia, descubrirá secretos escondidos del pasado.
El pasado, que se estrena esta semana en España, es una continuación de Nader y Simin, pero no una secuela. "Sigue el tipo de cuestiones que me planteo y que aún no me he respondido", dice el realizador.
En una entrevista con un reducido grupo de medios de comunicación, entre ellos Efe, tras presentar el filme en Cannes, Farhadi explicó con calma que el hecho de hacer películas sobre la familia no es algo buscado, sino que le viene de forma inconsciente. Pero es algo que le gusta. "Cuando hablo de familia, todos los espectadores tienen esa experiencia, los siento más cerca de mí".
Además, considera que si se observa desde fuera, la familia parece una entidad pequeña. "Pero cuando entras, te das cuenta de que es algo muy amplio, con hijos, hijas, madre, padre, tíos... las relaciones entre ellos son más directas, mientras que en la sociedad llevan una máscara".
Esas máscaras son las que trata de eliminar en El pasado, la historia de Anne-Marie (Bejo), una mujer francesa con dos hijas, una de ellas adolescente, que se reencuentra con su ex marido para firmar los papeles de divorcio. Pero la llegada desde Irán del que fuera su esposo, Ahmad (Ali Mosaffa), supone una revolución para la nueva familia que ha formado junto a Samir (Tahar Rahim).
Una película que, como todas las de Farhadi, parte de un punto simple sobre el que luego empieza a dar vueltas y a complicar la situación y que se centra en relaciones "verdaderamente humanas", lo que le permite criticar la sociedad pero no el sistema. De esta forma se salta la censura de su país, aunque reconoce que en estos momentos sería difícil que le permitieran realizar una película en Irán, pese a que ahora hay gente un poco "más abierta de mente".
En principio iba a protagonizar El pasado Marion Cotillard, pero la actriz no pudo hacer el papel debido al sistema de largos ensayos que utiliza Farhadi, ya que tenía un compromiso para otra película, lo que hizo que se embarcara en el proyecto Bérénice Bejo, recién salida del éxito mundial de The Artist.
Cuando Bejo empezó a trabajar se dio cuenta de que Farhadi había preparado todo hasta el más mínimo detalle. "Para mí él hizo gran parte del trabajo, eligió los vestidos, decidió el peinado, el maquillaje... y su personalidad, el hecho de que estaba siempre dudando, cansada. Yo sólo seguí el camino que él marcó", admite.
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