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VALENCIA. "La mayoría de los productores de cine piensan que los espectadores son tontos". La frase es de Fritz Lang y forma parte del libro de entrevistas de Peter Bogdanovich El director es la estrella. ¿Por qué hay tantos proyectos de remakes de películas de los ochenta? ¿Es porque los productores piensan que los espectadores son tontos?

En parte. Más que tontos, que no tienen memoria. Cuando no hay ideas, lo mejor es repetirse. Y en Hollywood se han lanzado en plancha a los remakes de films de los ochenta con la confianza de que el público se acercará a los cines a ver historias que ya conocen contadas de otra manera y que los nuevos públicos se sentirán atraídos por esas mismas historias.

La estrategia no es nueva. Es sólo cobarde. El dinero tiene miedo y en Hollywood, en plena transición hacia la era digital, más preocupados por la piratería y por la distribución online que por la creación, han decidido ir a lo seguro. Así lo resumía en un reciente artículo en Vulture Kyle Buchanan.

Los ejecutivos de Hollywood tienen una vida profesional corta. La presión es anual. En un contexto de recesión económica, los inversores son escépticos. No apuestan. No arriesgan. Es más fácil vender un remake, invocando a la nostalgia, al hecho de que fue un éxito, que buscar originalidad. El talento, ya se sabe, está sobrevalorado.

"DESESPERACIÓN POR GANAR MUCHO MÁS DINERO CON LA SECUELA"

La dinámica se arrastra desde mediados de la primera década del siglo. Con la libertad que da saberse por encima del bien y del mal, David Mamet ya advirtió en Bambi contra Godzilla, hace ya unos años, con un duro ataque contra el comportamiento de la industria americana. "Los potentados del mundo del cine, después de ganar más dinero del que podían imaginar con la primera entrega, empiezan a devorarse las entrañas en su desesperación por ganar mucho más dinero con la secuela", escribía.

La lista de propuestas repetidas no deja de crecer.  Remakes, secuelas... Entre los primeros, una nueva versión de Gremlins, otra Loca academia de Policía, otra de Le llaman Bodhi, una anunciada en marzo por Paramount de Exploradores; entre los segundos, Los Goonies 2, Terminator: Genesis, la tercera entrega de Los cazafantasmas, la séptima de La Guerra de las Galaxias...

El caso de Exploradores es sorprendente. Ni siquiera la dirección de Joe Dante o la presencia de unos jovencísimos Ethan Hawke y River Phoenix, conseguían que la película pasara de ser una curiosidad. Pero Paramount la ha anunciado como una de sus grandes apuestas para este año. Posiblemente se tiene más fe en el remake de la que nunca se tuvo con la película original.

Los resultados de taquilla tampoco parecen acompañar a estos productos. A veces funcionan, porque hay excepciones. Sony, por ejemplo, recaudó 261 millones de euros en todo el mundo en 2010 con la nueva versión de Karate Kid que protagonizaba el hijo de Will Smith, Jaden.

'ROBOCOP' COSTÓ OCHO VECES MÁS, RECAUDÓ LO MISMO

No es lo habitual. El reciente remake de Robocop que se ha arrastrado por las carteleras españolas costó 72,7 millones de euros y su taquilla en EEUU se quedó en 41,4 millones de euros. Por el contrario, el film original de Paul Verhoeven, con un presupuesto de apenas 9,5 millones de euros recaudó 39 millones de 1987 en el mercado doméstico estadounidense. Menos fue más.

A pesar de ello, nada parece detener a los estudios en su afán de repetirse, de clonar. Warner Bros. ha decidido apostar por recuperar una de sus franquicias más exitosas, Gremlins, creada al alimón por Steven Spielberg y Dante. No se sabe el grado de participación de ambos en la nueva entrega. No se sabe nada, pero se ha anunciado. Se ha creado expectación.

La fiebre alcanza a todo tipo de géneros. Uno de los primeros filmes de Kathryn Bigelow, Le llaman Bodhi, producido en 1991, volverá a la pantalla grande en apenas unos meses con Gerard Butler en el papel que interpretó Patrick Swayze y el joven Luke Bracey en el papel de Keanu Reeves. El original fue un film sorpresa, se situó entre las 30 películas más taquilleras del año en Estados Unidos, y fue una de las 20 películas más comerciales en todo el mundo. El remake es una incógnita.

La fiebre también llega a las comedias zafias. La hilarante y tosca franquicia Loca academia de policía (carne de videoclub; siete entregas, siete) regresará de la mano de New Line Cinema con los cómicos estadounidenses Keegan-Michael Key y Jordan Peele, famosos en EEUU en por su espacio de humor Key and Peele en Comedy Central, como protagonistas. De la cinta original sólo queda el productor, Paul Maslansky, quien afirmó a Hollywood Reporter que buscaban "nuevos talentos". Y para ello debieron pensar que nada mejor que viejas historias.

Una confidencia a un grupo de fans de Richard Donner, director de Los Goonies, otro clásico oficial del cine familiar de los ochenta, ha servido para saber que se estaba pergeñando un nueva entrega de una película sobrevalorada por el engañoso poder evocador de la nostalgia.

 "Hollywood es una oligarquía que se autoperpetua", decía David Puttnam, productor de películas como La misión o Carros de fuego, cuya experiencia desastrosa al frente de Universal quedó reflejada en el imprescindible libro de Alejandro Pardo David Puttnam. Un productor creativo. Y para ello, posiblemente no hay mejor manera que repetirse.

"La oligarquía quiere desplumar a todo el mundo", escribía David Mamet. "Por supuesto, ya lo hacen, y por supuesto seguirán haciéndolo. Pero, ¿no indicaría cierta preocupación por la más elemental buena educación que actuasen de un modo sancionado y con respeto?", se preguntaba.