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Cuando el cine manosea la Biblia: fe de desencuentros en la gran pantalla

EUGENIO VIÑAS. 04/04/2014 Martin Scorsese, Pier Paolo Pasolini, Monthy Pyton y, ahora también, Darren Aronofsky han conseguido enervar a los lobbies católicos y judíos

VALENCIA. ¿Cómo no iba a provocar cine el libro más vendido de la historia? ¿Y si ese libro se entronca con las tres principales religiones montoeistas que han sacudido el paso de los siglos? El audiovisual se convirtió en un vehículo privilegiado para transmitir muchas de las ideas que han emanado de la Biblia, con una producción ingente capaz de darle vuelta con versiones al asunto.

Tanto es así que en 1995, coincidiendo con el centenario oficioso del estreno del cine, el Vaticano se regaló a sí mismo una lista de películas recomendadas. Nada menos que 45 películas subdivididas en tres categorías: religión, valores y arte. Entre esa lista destacan algunas de las obras maestras del cine, como La ley del silencio (Elia Kazan, 1954) , Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941) o El Evangelio según San Mateo (Pier Paolo Pasolini, 1964).

UN ATEO MARXISTA FIRMÓ EL RETRATO BÍBLICO MÁS BELLO

Precisamente esta última es un buen referente para entender cómo la Iglesia y el cine han sufrido sus contracciones. El escritor y director de cine italiano, el siempre polémico Pier Paolo Pasolini, pasó durante algunos meses por la cárcel debido a su posición anticlericalista. Bella, cruda, histórica y estética, la película cumple precisamente se encuentra este año en su cincuenta aniversario.

Algunos años antes, en 1962, el inabarcable escritor y director de cine Pier Paolo Pasolini asistió a una especie de congreso en Asis. Allí se reunía la Pro Civitate Christiana, una suerte de organización laica pero basada en los valores del catolicismo tan arraigados a Italia. CuenFotograma de 'El evangelio según San Mateo'tan que en la humilde habitación en la que se hospedaba fue a parar un evangelio de Mateo y que la intensa lectura de Pasolini le cautivo por un motivo: la relación entre cristianos y marxistas.

Pasolini, que decidió casi como una fiebre llevar adelante el proyecto, reconoció que era algo "irracional" para él en su carrera: "no creo que Cristo sea hijo de Dios, porque no soy creyente. Pero creo que Cristo es divino: es decir, creo que en él la humanidad es elevada, rigurosa, ideal...". De esta forma, el que también fuese apresado por su homosexualidad y que apareciese asesinado años más tarde -por lo insoportable de su existencia para todos los poderes de Italia, según todas las referencias biográficas- filmó una de las películas más fieles y bellas al texto sagrado.

Ateo, marxista y homosexual, incómodo y contestatario, artista genial, Pasolini filmó una película calcada al texto "porque ninguna otra palabra puede superarlo", aseguraba. La apuesta por el feismo, en su tradicional búsqueda por las caras de rasgos incómodos, fue todo un impacto en la época y la hizo envejecer especialmente bien por un casting que no interrumpe la historia en ningún momento. Aunque intentó que el poeta ruso -más leña al fuego- Yevgueni Yevtushenko fuera el protagonista, el rechazo de este acabó con el español Enrique Irazoqui cumpliendo con el papel de Cristo. Gran parte del resto del reparto eran actores no profesionales.

"BLASFEMIA": LA ÚLTIMA TENTACIÓN DE CRISTO

Martin Scorsese consideró la opción de convertirse en religioso durante su adolescencia. Por suerte para la industria del cine, desestimó esta idea. La fe no era una cuestión que le pasara desapercibida y la gran oportunidad que le ofreció la novela del griego Nikos Kazantzakis La última tentación de Cristo suponía una gran motivación para el realizador neoyorkino.

Durante cuatro años intentó encontrar financiación, pero el caso de esta película es paradigmático: la novela se acerca a una visión mucho más humanista y moderna de Jesucristo, por lo que a la Iglesia no le causaba especial simpatía que el director de Malas calles, Taxi Driver, El último vals o Toro salvaje tuviera la inquietud de dejar para la posteridad su retrato de El Mesías. Finalmente, en 1987, el propietario del mayor número de salas en Estados Unidos y Canadá, Garth Drabinsky, formaliza un acuerdo con Scorsese por el que le asegura que se proyectará en sus cines, pese a la presión, seguramente atisbando el revuelo e interés que causará.

Tildada como blasfemia por el popular Papa Juan Pablo II, La última tentación de Cristo narra el brutal enfrentamiento del personaje consigo mismo. La duda está constantemente manteniéndolo al filo de un escenario en el que parece querer conquistar el mundo, combatir las injusticias y luchar por las ideas que se perpetuarán en el tiempo en torno a su figura, aunque sin embargo a lo que podemos asistir gracias al magnífico guión de Paul Schrader -retocado por Scorsese- es a una interpretación sublime de Willem Dafoe.

El actor superó a los grupos de presión y se convirtió en el referente de una de las películas más complejas de Scorsese. Aidan Quinn no tuvo la misma suerte y, aunque era el Cristo elegido por el director de Infiltrados, se dejó llevar por los consejos de su entorno de representación. La gran lucha que presentaba la adaptación de la novela era, principalmente, la de mostrar a un Cristo humanizado, dolorido, que más que enfrentarse a un reto de divinidad se enfrenta a un reto carnal.

CONTRA EL EVANGELIO: ‘LA VIDA DE BRIAN'

No hace mucho tiempo, el miembro de los Monty Python y director de La vida de Brian (1979) Terry Jones, aseguró que no rodaría en la actualidad esta película. La razón que esgrimía es que la necesidad religiosa había vuelto con mucha fuerza, mientras que antes en aquellos finales de los 70, veían a la fe cristiana "como un mono muerto", algo que no les importaba si les iba a causar problemas.

Junto a los otros miembros de la compañía Terry Gilliam, Graham Chapman, John Cleese y Michael Pallin, esta sátira sobre la figura de Jesucristo a través de un coetáneo (Brian) es una de las películas de culto del género cómico. Calificada también como una película blasfema, Jones prefiere tildarla de "herética, porque lo que pretendíamos hacer es denunciar la estructura de la Iglesia y las maneras en las que ésta interpreta los evangelios".

Como las anteriormente citadas, sufrieron boicots, fueron anuladas de salas solo por las protestas que generaban sus críticas -más que sus visionados- tanto por los católicos como por los judíos. Absurda y desternillante, la película refleja facciones políticas a la derecha y a la izquierda, merodea las ideas de la revolución, incluye una visión ridiculizada del imperialismo y, sobre todo, desmitifica la necesidad y la aparición de un Mesías para el pueblo palestino.


NOÉ: LA PRESIÓN DE LOS LOBBIES CRISTIANOS PARA MODIFICAR EL MONTAJE

Este viernes se estrena en todo el mundo Noé, un film del director Darren Aronofsky. El también realizador de Réquiem por un sueño, El luchador o Cisne negrDarren Aronofskyo, tuvo que comulgar con ruedas de molino a la hora de ver cómo intentaban modificar durante meses su montaje final. En octubre de 2013 parecía estar finalizado, pero los lobbies de presión interna de Paramount, su productora, no querían permitir que los más de 125 millones de dólares de presupuesto se desviaran de un fin más o menos 'católico', por así decirlo.

Paramount, que reconoció la lucha interna en el terreno de trabajo, aseguró que quería agradar al mayor número de espectadores posibles, sin incomodar a la gran comunidad cristiana con esta historia ancestral que en esta película se ve totalmente superada por el sentido bélico y los efectos especiales. Finalmente, Aronosfky les convenció y, según han comunicado, es el montaje del director el que ha prevalecido y no la media docena de alternativas que habían preparado desde la productora.

Para entender qué supone para la industria del cine el hecho de manosear la Biblia, no hay más prueba que esta última: Paramount realizó visionados sesgados a público cristiano, judío y público general. Las reacciones recogidas fueron las que pusieron en alerta a los 'pagadores' del film. Según Aronofsky, en un baile de declaraciones que ha tenido cierta escenificación y un punto de promoción a través de la polémica, el director asegura que ese visionado que no agradaba a ninguno de los tres targets no era el suyo. Aronofsky reconoció que era "la primera vez" en su carrera qe intentaban trastocarle la trama.

En este caso, la historia de Noe llega al espectador con un alto nivel de 'croma' o pantalla verde utilizado en la misma -sin que esto tenga nada que ver con las polémicas religiosas-. En el set de rodaje no se ha colado ni un solo animal vivo real. A poco que se vea el trailer se entiende del trabajo al que se está atendiendo. La película, además, nos ha servido para localizar a un representante oficial entre la industra del cine y la Iglesia, Ben Field. Éste declaró: "Si te esperas la Biblia palabra por palabra te vas a llevar un chasco. Es posible que haya cristianos que se ofendan". Todo apunta a que hay ciertas 'debilidades' humanas en el personaje principal que interpreta Rusell Crowe que no gustaron a este mediador.

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