MADRID. Científicos de la Universidad Estatal de Washington y la Universidad de Texas, en Estados Unidos, han descubierto unos compuestos antioxidantes en los melocotones que pueden inhibir el crecimiento de las células del cáncer de mama y su capacidad para propagarse.
Además, en 2009 publicaron los resultados de un trabajo 'in vitro' en el que aseguraban que los extractos de melocotón y ciruela eran capaces de bloquear las células cancerosas de los tumores mamarios.
Según reconocen en un artículo publicado en el 'Journal of Nutritional Biochemistry', tales compuestos podrían sumarse a las terapias utilizadas para reducir el riesgo de metástasis, el principal problema de estos y otros tumores, y podrían administrare como un suplemento o, según han visto los investigadores en su trabajo en ratones, en dosis equivalentes al consumo de dos a tres piezas de esta fruta al día.
La autora del estudio, Giuliana Noratto, inició su investigación después de analizar la actividad antioxidante de la raíz de la planta en su Perú natal, donde hay "una gran tradición de plantas medicinales".
En este caso, Noratto y su equipo implantaron células tumorales bajo la piel de ratones mediante un xenotrasplante, que a menudo se utiliza para examinar el crecimiento de estas células para ver cómo evolucionan.
EFICIENCIA ANTIOXIDANTE DEMOSTRADA
Tras esto, los investigadores alimentaron a los ratones con diferentes dosis de polifenoles de melocotón, que ayudan a estos frutos a evitar los efectos negativos de la radiación ultravioleta del sol.
"Ya hay varios estudios que demuestran que estos compuestos actúan como antioxidantes y, por lo tanto, pueden proteger al ADN contra el daño que puede producir el cáncer", según ha reconocido Noratto, que ahora quería ver si estos polifenoles podían provocar la muerte celular en estos casos.
Después de 12 días, los investigadores observaron que los ratones alimentados con altos niveles de polifenoles tenían tumores que crecían menos y sin gran parte de la formación de vasos sanguíneos que pueden ayudar a las células cancerosas a diseminarse a otras partes del cuerpo. Asimismo, los tumores también tenían menos evidencia de enzimas implicadas en la propagación del cáncer.
Las dosis administradas a los ratones equivalían al consumo de dos a tres melocotones diarios, o al que podría aportar un suplemento dietético en polvo de este compuesto.
"Ni siquiera pensábamos en la metástasis en ese momento, pero la sorpresa fue cuando analizamos los pulmones y vimos como inhibieron el crecimiento del tumor y la metástasis en estos órganos", ha concluido.
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