MADRID (EP). Un equipo internacional de investigadores han demostrado que los colores de las puestas de sol pintadas por artistas famosos se pueden utilizar para estimar los niveles de contaminación en la atmósfera del pasado de la Tierra.
Cuando el volcán Tambora en Indonesia entró en erupción en 1815, los pintores de Europa podían ver los colores cambiantes del cielo. La ceniza volcánica y el gas arrojado a la atmósfera viajaron por el mundo, ya que estas partículas de aerosoles dispersan la luz solar, a través de los atardeceres rojos y anaranjados brillantes, que duraron un máximo de tres años después de la erupción.
JMW Turner fue uno de los artistas que pintaron las impresionantes puestas de sol durante ese tiempo y uno de los que, ahora, se está estudiando a través de fotografías digitales de sus cuadros. En total, se han observado cientos de imágenes de obras creadas entre los años 1500 y 2000, un período que incluye más de 50 grandes erupciones volcánicas en todo el mundo.
"Encontramos que las proporciones de rojo a verde medidos en las puestas de Sol de pinturas de grandes maestros se correlacionan bien con la cantidad de aerosoles volcánicos en la atmósfera", ha destacado uno de los autores del trabajo, Christos Zerefos.
Según han explicado los expertos, los cielos más contaminados por las cenizas volcánicas dispersan la luz solar, por lo que parecen más rojos. Efectos similares se observan con los minerales (polvo del desierto) o los aerosoles artificiales. Para llevar a cabo este trabajo, publicado en 'Atmospheric Chemistry and Physics', se compararon las cantidades relativas de rojo y verde a lo largo del horizonte de cada pintura, buscando información sobre la cantidad de aerosoles en la atmósfera.
Además, para apoyar aún más su modelo, los investigadores pidieron a un famoso colorista que pintara puestas de sol durante y después del paso de una nube de polvo sahariano sobre la isla de Hydra, en junio de 2010, sin que el pintor estuviera al tanto del evento. Entonces, los científicos compararon las mediciones de la profundidad óptica del aerosol hecha por instrumentos modernos con los estimados a partir de los coeficientes de rojo a verde de las pinturas y de fotografías digitales, y se encontró que todos ellos coinciden también.
A su juicio, esta técnica se puede utilizar directamente en los modelos climáticos. De este modo, los investigadores podrían entender cómo los aerosoles han afectado el clima de la Tierra en el pasado. Esto, a su vez, puede ayudar a mejorar las predicciones del cambio climático en el futuro.
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