Comparte esta noticia

• Tweet
• meneame

Otras noticias

• Heródoto, el clásico que nos enseñó a entender al otro
• Nolan, interesado en un remake ‘humano' de Akira
• Las óperas de Palermo y Montecarlo se suman al festival del Mediterráneo

VALENCIA. La 37ª Feria del Libro Antiguo de Valencia concluyó el pasado domingo con una estimación de una caída en las ventas. Las cifras de esa caída, según el presidente del gremio de libreros, José Luis Boada, "no se pueden estimar todavía, ya que algunos han vendido un poco más, aunque la tendencia general es a la baja".

Según diferentes libreros que han expuesto en este certamen, las ventas han caído para la mayoría de los comercios que han concurrido a la cita, pero sin embargo hay un grupo destacado y reducido que ha aumentado sus ventas "entre un 15 y un 20 por ciento". En la naturaleza de este grupo selecto y de la mayoría a la que se hace referencia desde la organización se intuye el posible cambio de forma de la feria.

Con un volumen de expositores casi tan numeroso como el del certamen homónimo de Barcelona y algo inferior al de Madrid, la feria de Valencia se caracteriza por su gran oferta. La mayoría de estos expositores cuenta con una variedad del conocido como ‘libro de viejo' de primer nivel en España, pero confía en gran medida el éxito en cuanto al beneficio de su participación a los libros de bibliófilos. Sin embargo, "este público está desapareciendo, en gran medida por la crisis, pero en gran medida porque van muriendo", asegura Boada.

Las librerías más dinámicas en la oferta de esta feria han sido aquellas pegadas, según algunos de los libreros que han sufrido "una caída de ventas", aquellas que "se están adaptando mejor a los nuevos públicos. Tienen un género mucho más fácil de colocar, y aunque los libros que venden oscilan entre los 5 y los 10 euros en gran medida, venden mucho más".

Esas librerías suelen tener al frente a algún librero de la conocida como nueva generación, mucho más activa a la hora de transmitir el tipo de venta del libro nuevo -recordemos que las ferias de libro nuevo siguen manteniendo cierta vigencia en las ventas; también en Valencia- al stock y oferta de la Feria del libro viejo. El grupo de librerías "más dinámicas", según estos libreros, compra con una perspectiva de venta mucho menos centrada en los libros "en los que importan tanto o más el continente como el contenido", aunque algunos de ellos aseguran tener también alguna 'joyita' para poder "colocar" durante el certamen.

LA RENOVACIÓN DE LOS GÉNEROS EN LA FERIA DEL LIBRO ANTIGUO

De los cinco libreros consultados entre la treintena de expositores, todos ellos coinciden en que hay una auténtica renovación del éxito por géneros. De un lado, la novela negra "que ya se vendía muy bien", según uno de ellos, "ahora se vende diez veces más y se vende en grandes cantidades". Por otro lado, los temas como ensayo e historia, pero también esoterismo y autoayuda, mantienen un cliente fiel que al final realiza compras año tras año.

Pese a la crisis económica, el género más castigado es aquel vinculado con la novela más clásica, el que -nuevamente- está muy pegado a esos ejemplares que oscilan entre los 100 y los 1.000 euros y cuyo comprador está dsapareciendo. "Es una muerte natural del bibliófilo", apunta uno de los expositores más jóvenes de la Feria. "Lo más grave es que esa generación no se va a reponer", añade Boada, "porque con la crisis económica hay otras prioridades y es fácil que esa tradición de la compra de un libro de gran valor se vaya perdiendo".

LA FERIA, EL MEJOR DE LOS MALES

Aun así, todos los libreros consultados aseguran que "sigue siendo mucho mejor salir de la librería y exponer en la calle". Boada cree que "poco más se puede hacer de cara a mejorar la feria", aunque otros, que también expondrán en la próxima feria del libro antiguo de Zaragoza, siguen creyendo que la Gran Vía no es un lugar de especial tránsito de personas: "la gente tiene que venir hasta aquí a propósito a ver la feria".

En el citado certamen de Zaragoza, en el que el emplazamiento de las casetas se realiza en al avenida de la Independencia, el tráfico de personas es especialmente abultado y el número de casetas (13) muy limitado. "Hay menos oferta y un mayor tráfico de personas, aunque hay que reconocer que en Valencia hay cierta tradición de compra en estas ferias y al final las ventas se equilibran".