VALENCIA. Al final aprendes a amar lo que odias. A ver las cosas buenas. Eso es, en parte, lo que le ha pasado al cantante y líder de Obrint Pas y ahora escritor Xavi Sarrià. "Siempre hemos intentado con el grupo, y yo con mis relatos, narrar la vida que nos rodeaba. Valencia es una ciudad complicada. Nosotros decíamos de adolescentes que teníamos una relación de amor y odio con ella. Con los años uno aprende a amarla, es más una relación de amor, de querer más nuestra ciudad, a pesar de las cosas que no te gustan, por las cosas buenas y bellas que sí te agradan y que forman parte de ti. Eso es Valencia: somos todos nosotros, todos los que vivimos en ella".
Valencia, la ciudad. Valencia como paisaje humano. Ese es el personaje principal de su primera novela, Totes les cançons parlen de tu, una de las dos obras con las que inicia su andadura la editorial Sembra, impulsada por Joan Carles Girbés. Pero no cualquier Valencia. No la de las postales históricas. Tampoco la de las grandes construcciones modernas de Calatrava y compañía, sobre la que ironizó Joan Francesc Mira en El professor d'història.
La que Sarrià retrata es la Valencia obrera de los años noventa. La de los descampados y los primeros años de Gobierno del PP en la ciudad y después en la Generalitat. La de la ruta del bakalao y los maquinetos que "parecían ignorar su propia historia". Una Valencia con cielos nocturnos de pocas estrellas, producto de la contaminación lumínica y metáfora quizás de que los sueños son más complicados de cumplir que en otras partes.
Curiosamente el segundo libro de la editorial, Vertigen, la novela sobre el cierre de RTVV visto por un periodista griego, más próxima en el tiempo, se ubica en lo que es el fin del periodo que se inicia en Totes les cançons parlen de tu. "Hay un hilo invisible que une a las dos novelas", comenta Girbés. Cierto. Totes les cançons parlen de tu habla del inicio de una época. Vertigen da carta de naturaleza a su final.
Totes les cançons parlen de tu es un libro fácil de leer. Por el catalán en el que está escrito, eficaz, preciso, claro... y también por su argumento, su fácil empatía con los personajes, con un narrador en ocasiones testigo; una figura femenina inevitable, la Marta; y, sobre todo, el Eskorbutin, el gran hallazgo quizás del relato. No hay grandes giros, ni grandes sorpresas, sino una narración vital honesta, pura, humilde que no simple, sencilla que no vulgar. La tragedia que marca el final del libro, la que parte la novela y la vida del protagonista, es tan real como lógica, tan cotidiana como insuperable.
La novela tiene algo de carta abierta, de autorretrato, y Sarrià no lo oculta. "Es un libro muy vivencial, y habla de cosas que he vivido. El personaje, que no soy yo, me permitía hablar con más sinceridad en primera persona", dice. "Pero es cierto que hay muchas cosas mías en el libro; el personaje [de Iván] tiene muchas cosas de mí", conviene.
Pese a ese componente autobiográfico, Totes les cançons parlen de tu no es una novela cerrada, en la que haya que seguir al pie de la letra el mapa de Sarrià. Más bien al contrario, tiene múltiples ventanas y puertas por las que acceder a su corazón, para que cada lector la haga suya. No es un libro con una única dirección. No en vano todos, como Iván, el protagonista del libro, podemos decir que "hemos perdido trozos de nosotros. Todos estamos hechos de vivencias y ausencias que nos han hecho crecer, huellas que llevamos impresas en la piel".
"La gracia que tiene la Literatura", apunta Sarrià, "es que tú escribes sobre cosas que después la gente llena. El significado tiene que estar abierto porque la Literatura se hace completa cuando el lector la hace suya. Tú expresas unos sentimientos que cuando llegan a otro, éste los interpreta de una manera diferente. El resultado de lo que escribes y lo que leen es el libro. Yo mi libro lo he escrito, es mío, pero también lo es de los lectores que lo leen y lo hacen suyo", agrega.
Una vocación, la de escritor, que piensa seguir cultivando porque para Sarrià escribir no es un acto de publicidad, sino de fe. Si sus Històries del Paradís le descubrieron como escritor, este Totes les cançons... le confirma como narrador. "Escribir es una necesidad que sentía cuando era chiquillo. Comencé a escribir con once años y me ayudaba a dar forma a todas las cosas que me agobiaban, me preocupaban. Lo hacían sin pensar, sin que me enseñase nadie. Esa experiencia me ha ayudado a hacer canciones. Cada arte tiene sus cosas, sus lenguajes y sus puntos de conexión. Al final el mecanismo es intentar emocionar, transmitirlo, y cada arte tiene su sistema para hacerlo".
Totes les cançons parlen de tu
Xavi Sarrià
Sembra Llibres
180 páginas.
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