MADRID. El jueves pasado en el mejor magazine matutino de televisión, Para todos (en La2), que ya parece una aldea de irreductibles galos, dedicaron un cuarto de hora a recordar programas infantiles de los años setenta y ochenta. Un reportaje demasiado amplio para el poco tiempo del que dispone la sección de Raúl Díaz en la que rescata espacios antiguos de TVE. Nada que uno no pueda encontrar en Youtube pero que, ay amigo, nunca le da por buscar.
Los presentadores abrieron la sección orgullosos de algo deprimente. Haber crecido "pegados a la tele", "los fines de semana, todas las tardes", reconocían. Hay que decir en su favor que al menos se estaban centrando en algo, no como ahora, en el mundo multipantalla, donde retener la atención de alguien, y no hace falta que sea niño desgraciadamente, es como atrapar peces con la mano debajo del agua.
El caso es que comenzaron repasando ‘Un globo, dos globos, tres globos'. El corte de vídeo que eligieron fue uno en el que aparecía María Luisa Seco, la presentadora, comentándole a los niños que la música que acababan de escuchar era del compositor ruso Modest Músorgski. Toma tomate.
Un detallito de esos que dejan entrever que antes se ofrecían productos dedicados a los niños con un calado cultural mucho mayor. No en vano, el siguiente programa presentado, tras 'La Cometa Blanca', fue el 'Planeta Imaginario', del que ya reseñamos que, además de compositores rusos, en TVE a los niños se les podían proponer viajes "a través de la pintura de René Magritte".
Después aparecieron Pepe Soplillo y Verónica Mengod y terminaron con 'Petete', del que mucho ojo si les da por buscar youtubes porque hay un descuartizador en la República Dominicana al que muy simpáticamente le han puesto ese mote. Ver trozos de seres humanos esparcidos por la jungla en la última aparición de "Petete" no es lo que uno espera encontrar cuando busca fragmentos de ese inolvidable programa infantil. Tengan cuidado ahí fuera.
El caso es que en ‘Para todos' parecían querer decirnos claramente ese lugar común de que antes con la programación infantil uno aprendía o se entretenía con contenidos más refinados, formas más elevadas de cultura. A este paso la próxima generación va a imaginar a los niños del último cuarto del siglo XX, la generación EGB, con pelucones dieciochescos, esnifando rapé, escuchando un cuarteto de cuerda en el salón de su casa con un bocata de Nocilla deconstruido y a Mozart lo confundirán con un erizo rosa que respondía al sobrenombre de Espinete. Wikipedia, sálvalos.
Con todo, lo que nos da por recordar hoy en este espacio gracias a La 2 es un programa que, efectivamente, era muy enriquecedor y cultural y se lo olvidaron en el repaso de ‘Para todos'. Se llamaba ‘3,2,1 Contacto' y tuvo dos etapas que no deben ser confundidas, una en 1983 y otra en 1990, ambas más bien breves.
En YouTube hay una emisión entera. ¿Contenidos educativos? Pues empieza con una niña explicándole a un conejo que necesita "su caca" para abonar la semilla que va a plantar. En la siguiente escena, un chico rubio dice: "¿Se os ha ocurrido pensar que nuestros objetos de uso común pueden ser coleccionables en el futuro?" Y una le contesta: "Guardemos algo, sería una herencia multimillonaria para nuestros tataranietos". Con esta filosofía empezaron eBay y todocoleccion.net
Después construyen una incubadora para pollitos y siguen haciendo experimentos de toda clase. El ritmo del programa y el nivel de las actuaciones digamos que ha envejecido mal pero en su día, la chica morena, Sonia Martínez, dio que hablar porque era, entre otras cosas, la que mejor actuaba.
Desgraciadamente, los Burning le dedicaron una canción, ‘Ojos de Ladrón', en los 90; desgraciadamente porque Pepe Risi, el guitarrista, la conoció en su época de toxicomanía y prostitución. Murió en 1994 de Sida. Buscando información sobre ella hemos llegado a este nutritivo artículo de Juan Pedro Esteve. Habla de la televisión infantil de la época en estos términos:
"Habrá unos pocos años de aire fresco donde se dejará de tratar a los niños y jóvenes como si fueran discapacitados intelectuales (Miliki), hasta que las aguas vuelvan a su cauce habitual y vuelvan a tratar a los niños y jóvenes como si fueran discapacitados intelectuales (Leticia Sabater). En ese bendito intervalo que comprende más o menos desde 1984 hasta 1988 encontramos tres programas de TVE que despertaron en muchas pequeñas mentes más ideas de las que pudieran hacer brotar los ocho cursos enteros de la EGB"
Cuenta que Sonia después de este programa rechazó la oferta de ser azafata -él dice "mujer florero"- del ‘1, 2, 3' y decidió dar el salto al cine donde trabajó con Gonzalo Suárez y José Antonio de la Loma, entre otros. Lo suficiente como para empezar a aparecer en las revistas del corazón. Cuando murió su madre, se marchó a Nueva York y volvió a España para aparecer un capítulo de la serie Grosstadtrevier. En un momento del rodaje, se fue a bañar a una playa ibicenca tranquilamente. Los paparazzi, allí presentes, inmortalizaron el momento y éste fue a parar a la portada de Interviú.
Algo que hoy en día nos parecería lo más normal del mundo, pero que entonces supuso un escándalo en la socialista televisión española de Calviño. La despidieron fulminantemente cuando trabajaba en otro programa de divulgación para niños llamado 'En la naturaleza'. Cómo iba a aparecer en programas infantiles una mujer que había sido fotografiada en topless. Los hijos de los falangistas se hicieron rojos, pero no cambiaron completamente de valores, como dice Patricia Godés.
La polémica llegó al Congreso, ella denunció y al final fue readmitida. En 1987 iba a presentar la Bola de Cristal. Sin embargo, en cuanto nos dieron los Juegos Olímpicos del 92, el autor del artículo denuncia que España tuvo que lavarse la cara y aparentar normalidad en todos los órdenes. Se suprimió ‘La Bola' y "volvió la ñoñería" destinada a los críos.
Para entonces, Sonia se había enganchado a la heroína y cayó en las redes de Engelmayer, ‘El Patriarca', una secta que esclavizaba toxicómanos en rehabilitación en campos de trabajo. Sonia escapó de uno de ellos en un tiempo en el que la prensa se deleitaba relatando sus miserias. Es difícil que una historia reúna tantas lecciones: dónde terminan las buenas intenciones o los buenos proyectos de televisión, con qué clase de ‘progres' a veces nos jugamos los cuartos, a qué conduce la drogadicción y que todo lo anterior, en su conjunto, alimenta el negocio del papel couché. Está por rodar su vida y que de esta manera, esta vez sí, aprendan algo las próximas generaciones.
para mi fue un gran programa, hace poco les comentaba a mis sobrinos como recuperar una cantiplora bollada metiendola en el congelador para que la presion la dejase a su estado original y que eso lo vi en 3,2,1 contacto un programa de mi niñez, para mi fue un gran progama, ojala la tv actual apostara por estas cosas y no por tanto reality rancio
Es muy lamentable que aquel bonito lema de la TV pública se haya perdido: 'formar, informar y entretener". En el panorama europeo de nuestro entorn causa profunda envidia el ámbito germanoparlante con su batería de programas: "Sendung mit der Maus", "Wissen macht ah!", "W wie Wissen", o incluso noticias para niños en "Logo". Un país de ingenieros o un país de camareros y albañiles, he aquí el dilema.
Gracias por el artículo. Ha sido un gustazo buscar información sobre el tan Engelmajer y encontrar esta joyita: http://elpais.com/diario/1984/05/01/sociedad/452210407_850215.html
Hace un año más o menos conocí la historia de Sonia Martínez, que vista hoy día parece increíble, o un guión de película como bien señalas.
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