VALENCIA (CP/EP). Este fin de semana llega a los cines 300: El origen de un imperio, la adaptación de la nueva obra de Frank Miller que amplía el universo de Leónidas y sus 300 espartanos. Una cinta que no es ni precuela ni secuela de la original y que guarda varias claves que la diferencian (o asemejan) a la película que fue un gran éxito de 2006.
-Cambio de director. Noam Murro (Smart People) toma el relevo de Zack Snyder y es quien se sienta ahora en la silla de director. Enfrascado en la saga de Man of Steel, cuya secuela comenzará a rodar en pocas semanas, Snyder se limita ahora a ejercer de guionista y productor.
-Borbotones de sangre en 3D. El director ha cambiado pero no el envoltorio. Y es que 300: El origen de un imperio respeta escrupulosamente la estética de la cinta de Snyder y amplifica algunas de las herramientas y mecanismos visuales que se convirtieron en su seña de identidad. Sangrientas batallas en cámara lenta aderezadas ahora con el inevitable 3D.
-Antes, durante y después. Como ya hemos dicho no estamos ni ante una precuela ni tampoco ante una secuela. 300: El origen de un imperio se remonta hasta diez años antes de lo ocurrido en las Termópilas, la batalla de Maratón. Luego la historia nos cuenta lo que ocurría en el resto de Grecia mientras los 300 espartanos resistían el empuje de los persas y también relata lo que sucedió después de su heroica derrota y que desembocó en la batalla de Salamina.
-Campo de batalla: El Egeo. En esta ocasión los escarpados parajes de las Termópilas deján paso a una batalla en alta mar que enfrentará a la alianza griega contra la imponente flota de Jerjes capitaneada por la letal Artemisia (Eva Green).
-La alargada sombra de Leónidas. Aunque Gerard Butler no ha participado en la nueva producción, sí que veremos algunos planos de Leónidas rescatados de la película de 2006. Las referencias a su figura y a su gesta son constantes.
-Capas azules. Pese a que los espartanos forman parte de la historia, durante gran parte del metraje de El origen de un imperio las capas granates de los bravos soldados comandados por Leónidas dejan paso a las azules de los griegos unidos bajo el mando de Temístocles (Sullivan Stapleton).
-Las comparaciones son odiosas. Con la figura del carismático monarca espartano flotando en el ambiente durante casi toda la película, las comparaciones con el nuevo héroe, Temístocles, el caudillo de la Grecia unida, son inevitables. Y el político y general ateniense al que da vida Sullivan Stapleton no siempre sale bien parado.
-La reina Lena Headey. En Esparta o en Poniente. Encarnando a la brava Gorgo o la pérfida Cersei Lannister... pero siempre reina. La viuda de Leónidas, a la que vuelve a dar vida la actriz británica que sí ha participado en la nueva película, es uno de los personajes fundamentales de 300: El origen de un imperio.
-Viejos conocidos. No solo la reina de Esparta repite. En 300: El origen de un imperio nos reencontramos con rostros como los de Rodrigo Santoro, que vuelve a dar vida al autoproclamado Rey-Dios Jerjes; David Wenham que retoma su papel como Dilios, el soldado al que tras quedar tuerto Leónidas manda de vuelta a Esparta para relatar su hazaña; y también Andrew Tiernan, el deforme traidor Efialtes que vendió a los espartanos.
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