MADRID (EP). El Banco Central Europeo (BCE) se abstendrá previsiblemente de llevar a cabo "medidas significativas" en la reunión que celebra este jueves el Consejo de Gobierno de la institución, que mantendrá los tipos en el mínimo histórico del 0,25%, pendiente la evolución de las expectativas de inflación.
Según los últimos datos publicados por Eurostat, la tasa interanual de inflación de la zona euro volvió a situarse en febrero en el 0,8%, el mismo porcentaje que registró tanto en enero como en diciembre, lo que supone una décima más de lo que esperaba el mercado.
En este contexto, los analistas de Bank of America creen que el BCE, que publicará este jueves sus nuevas previsiones macroeconómicas, se abstendrá de llevar a cabo "acciones significativas" este mes y sólo ampliará las operaciones de inyecciones de liquidez a tres meses a tipo fijo y plena adjudicación para anclar mejor las expectativas de inflación.
En este sentido, reconocen que una recuperación demasiado lenta y la cambiante inflación ponen a la institución en una posición "incomoda" para actuar, ya que está indecisa sobre el próximo paso que debe dar. Por ello, cree que se guardará el "bazuca" para próximas reuniones y se centrará en prevenir un empeoramiento de las expectativas de inflación.
POLÍTICAS DE ALIVIO
En su opinión, el BCE está probablemente trabajando en diseñar políticas de alivio monetario que ayudarán a hacer frente a los riegos deflacionistas si estos se incrementan en los próximos seis meses, lo que podría ocurrir dada la fragilidad de la recuperación, la amenaza que suponen las exigidas medidas de ajuste fiscal, los bajos niveles de inflación y los riesgos en los mercados emergentes.
En declaraciones a Europa Press, el estratega de mercados de IG Daniel Pingarrón tampoco cree que anuncie ninguna de las cinco medidas de política monetaria expansiva que viene estudiando desde hace meses, en referencia a una bajada adicional de tipos, una tasa de depósitos negativa, detener la esterilización de las compras, adquirir ABS a los bancos o nueva edición del programa LTRO vinculada a un aumento de crédito.
En este sentido, explica que la principal razón es que el dato de inflación de la eurozona confirma las perspectivas del BCE de que la inflación estaría tocando suelo y se mantendrá estable en el medio plazo para comenzar a subir hacia el 2% a largo plazo. Aún así, la reunión es importante de cara a establecer posibles cambios futuros en la política monetaria y por la actualización de cuadros macro.
Pingarrón añade que la cotización del Euro, del Euríbor y de las bolsas descuentan que no habrá nuevas medidas tras esta reunión, aunque recuerda que la última bajada de tipos del BCE se realizó por sorpresa y, por tanto, "no resulta imposible tampoco que el BCE actué contra el criterio lógico que venía practicando y sorprenda", provocando un movimiento "considerable" en los mercados.
ATENTOS A LAS PALABRAS DE DRAGHI
En esta línea, el analista de XTB Javier Urones incide en que, pese a que no se esperan nuevas medidas expansivas con efecto inmediato, sí que podrían vaticinarse nuevas inyecciones de liquidez en un futuro próximo si la recuperación industrial no continúa como se espera. "Será una reunión en la que tendremos que estar atentos más que en el qué se dice, en el cómo se dice", advierte.
Así, en XTB piensan que sería más efectivo adoptar medidas encaminadas a penalizar el capital que los bancos europeos tienen depositado en el BCE que una nueva rebaja de tipos de interés, ya que el principal problema en las economías periféricas no se haya en falta de liquidez, sino en la falta de crédito.
"Los elevados niveles de mora de varias economías periféricas, entre las que destaca España, asustan a los bancos y les impiden abrir de nuevo el grifo de liquidez a empresas y particulares. Sin nuevos créditos va a ser muy complicado reducir este porcentaje en el corto plazo", agregó.
ENFOQUE
Por su parte, el asesor económico senior de EY Eurozone Forecast Tom Rogers subrayó que el principal enfoque de la reunión serán las nuevas previsiones del BCE y, en particular, si la inflación seguirá por debajo del objetivo de 2% en 2016, creando potencialmente condiciones para nuevas medidas de política monetaria en próximas reuniones.
Así, apunta que la duda reside en hasta qué punto el BCE va a tolerar el riesgo de deflación que existe en la periferia de la eurozona para mantener controladas las presiones sobre los precios en las economías de mayor crecimiento.
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