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VALENCIA. El amable, elegante y simpático Stephen Frears, ha sido de nuevo reconocido por la Academia de Hollywood. Él directamente no; una de sus películas. Artesano brillante y eficaz, el director de La reina y Las amistades peligrosas ha visto como los académicos estadounidenses incluían su última película en la terna de nominadas a mejor filme.

Las posibilidades de que Philomena, este drama basado en hechos reales, consiga el gran eunuco dorado a mejor película son prácticamente nulas. No sucede así con la protagonista, Judi Dench, quien ha conseguido con este largometraje su séptima nominación, la segunda a las órdenes de Frears. Dench, quien sólo tiene una estatuilla por su minipapel secundario en Shakespare enamorado, es una de las favoritas al gran premio.

Junto a Dench destaca en el reparto Steve Coogan, quien interpreta al periodista Martin Sixsmith, y que es el coautor del guión junto a Jeff Pope. Por cierto, el libreto también está nominado. Coogan, versátil, es asimismo coproductor del filme y responsable de gran parte del recital interpretativo de Dench porque tiene la humildad de saber ocupar un segundo plano para así permitir a la británica desplegar todo su talento.

Basada en el libro El niño perdido de Philomena Lee, cuyo explícito título resume bien el argumento, la película está rodada con la habitual clase británica. La música de Alexandre Desplat, cuarta nominación del largometraje, contribuye a dotar de sensibilidad a la película.

El argumento se centra en la peripecia vital de un asesor del Partido Laboralista del Reino Unido, Sixsmith, que es un cínico y descreído periodista. Tras ser despedido, no sabe qué hacer con su vida. En ese momento llega a sus manos la historia de Philomena, una mujer que lleva más de medio siglo buscando a su hijo. La mujer, cuando era joven en Irlanda, quedó embarazada y fue mandada a un centro para "chicas descarriadas" en el que dan en adopción a su hijo.

Philomena, cuya historia por desgracia le recordará a muchos españoles dramas próximos, es una película especial, sencila, cargada de humanidad, que, desde su aparente modestia, esconde una ácida y durísima crítica a la hipocresía de la Iglesia Católica, así como un emotivo retrato del amor de una madre.