VALENCIA. Este viernes se estrena el drama Una vida en tres días, de Jason Reitman, inspirado en la novela Como caído del cielo. La película, que llega de la mano de Paramount a las salas españoles, es un proyecto personal del propio Reitman, autor de largometrajes como Up in the Air o Juno, que se sintió atraído por la historia y sus posibilidades cinematográficas.
El libro, escrito por Joyce Maynard, fue publicado en el verano de 2009 y pronto entró en la lista de los más vendidos del New York Times. La productora Helen Estabrook, socia de Jason Reitman en Right of Way Films, lo leyó por recomendación de un amigo y, al igual que le sucedió a muchos otros, se identificó con los personajes y sus peripecias. También pensó que contenía todos los elementos de una gran película.
"En esencia, es una historia sobre el proceso de maduración entremezclada con un amor perdido y reencontrado que transcurre durante un período de seis días en el marco de una situación compleja. Me pareció que la complicada y fascinante relación entre Adele, Frank y Henry y su tensión en aumento resultaban conmovedoras y muy cinematográficas", dice Estabrook.
CUANDO LOS PERSONAJES "HACEN COSAS INEXPLICABLES"
La película se centra en Henry, un niño de 13 años que se esfuerza por ser el hombre de la casa y cuidar de su solitaria madre en pleno torbellino de la adolescencia. Un día, ambos conocen a un hombre necesitado de ayuda que les convence de que le lleven a casa, donde descubren que es un convicto fugado. Ese puente del Día del Trabajo les marcará para el resto de sus vidas.
Por sugerencia de Estabrook, el propio Reitman leyó el libro y estuvo de acuerdo en que podría ser una excelente película. El cineasta se puso inmediatamente en contacto con Joyce Maynard. "Me sentí encantada y afortunada por poder poner mi historia en sus manos", dice la escritora. "Conocía bien su trabajo y me parecía el director ideal para este proyecto", añade. Famosa por haber sido pareja del mítico J. D. Salinger, Maynard veía como con esta adaptación su carrera literaria se separaba por fin de la sombra del autor de El guardián entre el centeno.
Hijo del también cineasta Ivan Reitman (Los cazafantasmas; Dave, presidente por un día), Jason es a sus 36 años uno de los niños mimados de la industria hollywoodiense, con dos nominaciones a los Oscar como director y un Globo de Oro como guionista. Tiene en su haber éxitos como las citadas Juno, Up in the Air o la vitriólica Gracias por fumar. Aunque Una vida en tres días es tan solo la quinta película de Reitman como director, a Maynard le pareció que eso y su edad eran beneficiosos para que la película fuera una buena adaptación de la novela. Y es que Reitman era un adolescente en 1987, año en el que está ambientada la historia.
La ganadora de un Oscar Kate Winslet y el nominado Josh Brolin se unieron al proyecto. "Necesitaba unos actores que llevasen el ADN de esta película tan dentro de ellos que, incluso aunque estuviesen de pie sin hacer nada, simplemente con tan solo respirar, se pudiera sentir a los personajes, y francamente no conozco a mejores actores que Josh Brolin y Kate Winslet para hacer exactamente eso... para hacerte sentir algo aunque aparentemente estén haciendo muy poca cosa. No solamente son capaces de hacerlo, sino que tuvieron una gran química entre ellos ya desde el primer día", explica.
La oportunidad de explorar a Adele y todas sus complejidades junto a Reitman y Brolin atrajo mucho a Winslet. "La película ya venía con Jason Reitman como director, y eso es tremendamente emocionante para cualquier actor. La idea de trabajar con Jason y Josh era irresistible", explica la actriz.
Brolin, por su parte, se sintió atraído por la relación poco corriente entre Adele y Frank. "Primero leí el libro y me encantó. Nunca sabes si lo que está haciendo Frank es una manipulación o si es algo orgánico y sincero, lo cual lo vuelve todo mucho más interesante", recuerda Brolin. "El hecho de que ese tipo, a quien se considera malo, empiece a tener un impacto tan positivo [en los personajes del niño y la madre] es lo que más me gusta de esta historia", agrega.
EL DESCUBRIMIENTO DE LA PELÍCULA, GATTLIN GRIFFITH
Junto a ellos, un niño, Gattlin Griffith, que a sus trece años de edad solamente había hecho pequeños papeles en cine y televisión, entre los que destaca sobre todo su participación junto a Angelina Jolie en El intercambio de Clint Eastwood. Griffith es una de las gratas sorpresas de Una vida en tres días.
"El verdadero descubrimiento de esta película es él", asegura Reitman. "Decidir quién iba a interpretar a Henry fue realmente la decisión de casting más difícil de mi vida. Tiene talento y dotes por naturaleza. Tiene tal comprensión de lo que significa ser actor cinematográfico que es casi como si lo llevara inscrito en los genes, tiene la capacidad de hacerlo todo y nada a la vez", añade.
El rodaje comenzó a principios de junio de 2012, en el pintoresco pueblo de Shelburne Falls, en Massachusetts. "Buscábamos un pueblo que fuera bonito pero no demasiado. Tenía que ser un pueblo de trabajadores que había pasado desapercibido y no se había convertido en una atracción turística", explica el productor Russ Smith.
Jason Reitman, junto con Lianne Halfon y Helen Estabrook, fueron en coche desde Boston para ver las localizaciones, y enseguida se dieron cuenta de que habían encontrado el hogar de Adele y Henry. Aunque la mayoría de los exteriores en el pueblo se rodaron en Shelburne Falls, fue a 150 kilómetros de distancia, en un suburbio de Boston llamado Acton, donde se rodó la mayor parte de la película, en una residencia privada.
Por lo general, Reitman prefiere localizaciones reales que puedan ser transformadas mejor que construir escenarios en el estudio. "Me gusta filmar en lugares de verdad. Quiero mirar por la ventana y ver la casa de un vecino. Quiero estar confinado por la localización en la que estoy", explica Reitman. De hecho, las 300 escenas de Una vida en tres días fueron filmadas completamente en localizaciones, sin utilizar estudios, un reto especialmente grande para Steve Saklad, el director artístico.
La crítica no ha sido especialmente generosa con esta película y se ha dividido entre el aplauso frío o la indiferencia. De hecho sólo se ha destacado positivamente las interpretaciones del reparto; así, Winslet estuvo nominada al Globo de Oro a mejor actriz dramática por su papel en este largometraje, si bien el premio fue para Cate Blanchett por Blue Jasmine.
Entre los que han apreciado el film con reparos se encuentran el crítico de Variety Peter Debruge, quien la ha descrito como "romance poderoso, aunque inverosímil" o el de The Hollywood Reporter Todd McCarthy, quien la ha valorado positivamente porque considera que Reitman evita que la película "resulte cursi, excesivamente melodramática o demasiado obvia".
Más duros han sido Tim Robey, del Telegraph, quien cree que en la película todo parece "falso", o Pete Travers, de Rolling Stone, quien la califica de "pasada de moda". Igualmente, Stephen Holden, del New York Times cree que es un largometraje que hará las delicias de los amantes de "las fantasías románticas de Nicholas Sparks." "Nos quedamos con algunos actores de primer nivel que hacen lo que pueden para intentar llenar cada mirada repleta de sensualidad con algún rastro de humanidad", ha escrito Michael Phillips, de Chicago Tribune.
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