Los encargados del estudio han señalado que el proceso de la internacionalización de la empresa española pasa por la modernización de los procesos productivos y un cambio de escenario. Así, el director general del OEME, Pere Puig, ha destacado que el 70% de la IED española se concentra en Reino Unido, Estados Unidos, Países Bajos y Francia, economías de competitividad sofisticada orientadas hacia la innovación, que distan mucho de los mercados en los que se compite en costes de producción.
Por su parte, el director general asociado de ESADE, Xavier Mendoza, ha señalado la importancia de las empresas internacionalizadas en el mundo laboral y su distribución por sectores. Por ello, ha hecho hincapié en que este tipo de empresas representan cerca del 8% de los asalariados españoles y ha recalcado que el 51% de este tipo de compañías pertenecen al sector servicios, manifestando con ello su descontento ante la falta de grandes grupos multinacionales españoles dedicados a la industria.
Además, Mendoza ha resaltado algunos de los retos que muchos de los empresarios ya experimentados encuentran en el proceso de internacionalización. Entre ellos, ha enumerado la capacidad de lograr sinergias y mantener la coherencia, la necesidad de afrontar la gestión de las diferencias geográficas y la gestión del talento y el riesgo en los nuevos países.
Por comunidades autónomas, el informe deja entrever que Madrid representa casi el 60% del 'stock' de inversión directa española en el exterior, seguida por Pais Vasco con un 11,1% y Cataluña con un 10,3%.
ESPAÑA, DÉCIMO PAÍS EN PAÍSES INVERSORES
Tras la presentación del estudio, Bonet ha destacado cómo, a pesar de la crisis, España ha incrementado su 'stock' de inversión directa por encima del 'stock' mundial. "Ocupamos la décima posición en el ranking de países inversores, con un stock estimado de inversión española acumulada en el exterior de 646.000 millones de dólares", ha señalado.
Asimismo, el secretario de Estado de comercio exterior ha elogiado el papel de las empresas internacionalizadas en el panorama de crisis económica actual y las ha considerado "más competitivas". Por ello, ha definido a este tipo de empresas como "motor de la recuperación" económica española y ha abogado por "aumentar la base exportadora" y sacar más empresas al exterior.
Por último, Bonet ha abogado por una mayor diversificación geográfica de las exportaciones, proponiéndose lograr que el 33% de ellas vayan dirigidas a mercados de fuera de la Unión Europea, por incrementar el valor añadido de las mismas y por mejorar el la imagen de los bienes y servicios españoles en el exterior.
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