VALENCIA. Aún hay secretos por desvelar. Aún hay preguntas. Posiblemente, algunas jamás se puedan responder. Los primeros años en Italia del pintor valenciano José de Ribera (Xàtiva, 1591; Nápoles, 1652) han sido durante siglos un misterio. Lo dejó escrito Nicola Spinosa, con motivo de la exposición realizada en 2005 en el Museo de Bellas Artes de Valencia San Pío V: "Aún se mantiene como un periodo oscuro aquellos primeros años que un Ribera jovencísimo pasó en su patria y en Italia". Se sabe poco de su época de aprendizaje en Valencia (se ha desmentido por ejemplo que fuera discípulo de Francisco Ribalta), de los estudios que comenzó cuando llegó a Parma, de sus años romanos... Pero se empieza a conocer más.
Desde hace una década nuevas investigaciones ha sacando a la luz nuevas obras de uno de los creadores más importantes del Barroco europeo. El punto de inflexión se dio en 2002 cuando Gianni Papi publicó un artículo que cambió la visión sobre el setabense. Demostró que Ribera era el autor de la pintura Juicio de Salomón, que se halla en la Galería Borghese de Roma, un gran cuadro fechado entre 1609 y 1610. Esta obra, que en su día se atribuyó a un maestro anónimo, era suya. Y con ella, con el tiempo, se le atribuyeron cincuenta y dos más. Y las que vendrán.
Los trabajos para desentrañar estos misterios comenzaron en realidad hace más de dos décadas. Para conmemorar el cuarto centenario de su nacimiento, en 1992 se le dedicó una gran exhibición monográfica en el Museo del Prado, que luego se trasladó hasta Nápoles, ciudad de adopción y muerte del artista, y culminó en el Metropolitan Museum de Nueva York. A raíz de los estudios que se hicieron del pintor de Xàtiva ese año, surgieron laboriosas investigaciones que fueron aportado numerosos descubrimientos historiográficos y documentales de su época de juventud, hasta llegar a Papi y su famoso artículo de 2002.
A partir de entonces todo cambió. El joven Ribera existía, se podían señalar pinturas suyas, se podía ver su mano tras algunas obras que eran admiradas con asombro, pero sin artista al que atribuírselas. La tesis de Papi es hoy admitida por la gran mayoría de los críticos. Además de Spinosa la apoyan historiadores como Rosemberg o José Milicua, quien en 2011 comisarió una extraordinaria exposición sobre el joven Ribera en El Prado.
Tal y como relataba Fernando Rayón en un artículo publicado en Nueva Revista en mayo de 2008, los trabajos de la profesora romana Silvia Danesi Squarzina, que buceó en el Archivo de Estado de Roma, permitieron confirmarla hasta hacerla irrebatible. Danesi descubrió inventarios escritos cuando Ribera estaba vivo en los que se señalaba que algunas de las obras que siempre se habían atribuido al supuesto maestro anónimo del Juicio de Salomón eran en realidad pinturas realizadas por el Spagnoletto, mote con el que era conocido el valenciano.
Por si fuera poco, se han hallado más documentos que confirman que el verdadero maestro de Ribera, de quien aprendió, fue de Caravaggio. En unas notas biográficas sobre este último artista, escritas hacia 1620 por el médico del papa, Giulio Manzini, se habla del valenciano como uno de los ayudantes de Caravaggio junto a Spadarino, Francesco Boneri y Bartolomeo Manfredi. Habida cuenta su rápido éxito, son muchos los que señalan que fue realmente Ribera quien difundió el estilo de Caravaggio, que fue el discípulo valenciano el que ayudó a popularizar al maestro milanés.
La productora valenciana Estrela Audiovisual pretende contribuir a clarificar esta figura tan esquiva y está rodando en Italia un documental que sigue los pasos en ese país del Spagnoletto, para descubrir esta etapa de juventud hasta hace poco tan desconocida.
De este modo, el equipo de El joven Ribera, bajo la dirección del realizador de Xàtiva Ignacio Estrela, recorrerá estos días diversos museos y galerías de Roma, Nápoles y Florencia para filmar las obras tempranas de este autor descubiertas recientemente y entrevistar a los científicos e investigadores que han hecho posible que hoy se entienda mejor la figura del valenciano.
La filmación finalizará en Nápoles (Museo de Capodimonte, Quadreria dei Girolamini y Cartuja de San Martino), después de haber pasado por Xàtiva, Valencia (Museo San Pío V), Madrid (Museo Nacional del Prado), Roma (Galería Corsini) y Florencia (Fundación de Estudio de Historia del Arte Roberto Longhi).
El documental El joven Ribera estará terminado el próximo 30 de marzo después de varios años de investigación del director y gracias a las ayudas recibidas del Ayuntamiento de Xàtiva y la Conselleria de Cultura. La cinta podrá verse a partir de abril en un pase que se realizará en Xàtiva y otro en la Filmoteca de Valencia. Quedarán preguntas sin responder, pero son cada vez menos.
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