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LA ALIENACIÓN DEL INVIDIDUO

'El verdugo' cumple 50 años más vigente que nunca

EUGENIO VIÑAS. 18/02/2014 La obra maestra de Berlanga y Azcona desató la polémica en España y Europa y secó las fuentes de financiación del maestro valenciano del cine

VALENCIA. Contaba Luis García Berlanga que en un pase de El verdugo (1963) en Los Angeles, años después de su estreno, Steven Spielberg y George Lucas entre otros se mostraron muy sorprendidos por la película. ¿La razón? "dijeron que ellos nunca podrían haber rodado una película así... en su país", decía el propio director de esta obra maestra del cine español. Para muchos, 'la obra maestra'. ¿Cómo fue posible, entonces, rodarla en España, en pleno apogeo del 'arte' censor? ¿Cómo consiguió llegar hasta el público?

La obra estrenada el 17 de febrero de 1964, hace ahora 50 años, estuvo rodeada de polémica. Si bien Berlanga había conseguido un crescendo de intervenciones con los censores (Los jueves, milagro, con la que topó con la Iglesia, y Plácido, a la que le llegaron a cambiar hasta el título) ninguna consiguió levantar tanto revuelo como El verdugo. "Mi padre quería llevarnos a Disneilandia, pero acabamos yendo con 30 años porque con esta película se cerraron las fuentes para seguir haciendo cine", apunta José Luis García Berlanga en declaraciones a CulturPlaza.com.

El hijo y también productor y director de cine y televisión asegura que su padre "no creía haber cambiado el curso de las cosas con respecto a la pena de muerte. Era un gran pesimista y no creía que el cine tuviera un papel decisivo en la vida de las personas", añade. El verdugo presenta, en primera instancia -y a través de un humor negro, fruto de un texto tan importante como el conjunto de su obra, escrito junto a Rafael Azcona-, la historia de un pusilánime al que las circunstancias parecen llevarle a aceptar este cruel trabajo. Interpretado por Nino Manfredi (imposición de la coproducción italiana), el hombre que quiere marcharse a Alemania a estudiar mecánica acaba casándose con la hija de un verdugo al que conoce fortuitamente en su trabajo como mozo de una funeraria.

Azcona y Berlanga en el rodaje de 'El verdugo'

"LOS COMUNISTAS SE DESESPERABAN CON EL CINE DE BERLANGA"

La película muestra "la alieanación del individuo frente a la sociedad", en palabras de José Antonio Hurtado, jefe de programación de la Filmoteca de Valencia. "Por eso se puede decir que está absolutamente vigente su mensaje. La alienación actual es patente, con el individuo sometido contra el peso del poder y la estrucutra social. Exactamente igual que en El verdugo", una conclusión que comparte sin matices José Luis García Berlanga. 

El revuelo en torno a la película se generó cuando el embajador Alfredo Sánchez Bella tuvo ocasión de ver la película en Roma, días antes de su estreno en primicia dentro del Festival de Venecia. La película había sido producida durante el año 1963 y se estrenó en el citado certamen, en septiembre. Sin embargo, las numerosas rondas de 'cortes' por parte de la censura retrasaron su estreno en España hasta febrero de 1964. Algo que no hizo más que cargar la expectación en torno a la cinta, o al menos así fue en los círculos cinéflios e intelectuales.

Era también esperada porque Berlanga se había deshecho definitivamente de su papel como colaborador de Bardem y había conseguido estrenar en Cannes Plácido, logrando además una nominación a los premios Oscar con esta película. Pero el visionado de Sánchez Bella provocó un revuelo institucional. Éste escribió una carta que se publicó en la prensa española, avisó al caudillo y consiguió que, para cuando Berlanga y sus acompañantes llegaron a Venecia, la comitiva española en el festival se hubiese marchado en bloque. Era su forma de dar la espalda al realizador, que consiguió independientemente el Premio de la Crítica Internacional (FIPRESCI) en este festival.

La censura había mutilado la película, pero igualmente "Berlanga consiguó meterle un gol al régimen. El humor excesivo, la sátira constante y su forma de rodar" estaban detrás de este 'logro', según Hurtado. Además, éste apunta a que "existía una línea mínimamente aperturista del régimen, únicamente porque a nivel internacional no podía mostrarse tan represivo. Al final la película se convirtió en una bomba de relojería dentro y fuera de España". Apuntan tanto Hurtado cono el hijo mayor de Berlanga que el asunto le costó caro al ministro de comunicación de la época, el pujante Manuel Fraga Iribarne. Sánchez Bella la tenía, de hecho, 'tomada' con él.

La verdad es que sigue siendo un misterio saber cómo se pudo permitir el nombre de la cinta cuando Franco sostenía este mismo mote en alguno de los países europeos. Otros apuntan a que fue la película la que acabó por solidificar el malnombre de Franco en Europa. Pero no todo eran parabienes con Berlanga por parte de la crítica y la profesión, según apunta José Luis García Berlanga: "los comunistas se desesperaban con mi padre. No etendían el humor y la forma en la que no se tomaba el cine, como un arte influyente, serio. Bardem estaba entre sus críticos".

El realizador nacido en Valencia "retrata a la sociedad tal y como la ve. El engranaje le fuerza a casarse, a tener que hacer todo lo posible para acceder a un piso de protección oficial y a lo que haga falta, incluido aceptar el peor oficio, el de verdugo", apunta Hurtado. Su atrevimiento, del que era totalmente consciente según las fuentes consultadas, le llevó a perder a sus habituales mecenas. Productores como Alfredo Matas, tras Plácido por ejemplo, ya no volverían a financiar su cine hasta muchos años más tarde. Para algunos críticos, Berlanga no pudo volver a hacer su cine hasta 1978, cuando estrena La escopeta nacional.

"El verdugo es una película sobre la libertad que hizo el hombre más libre que he conocido, mi padre. Todavía pienso que al final terminó haciendo el cine que quiso", asegura José Luis García Berlanga. La película filma la mediocridad social del momento, una situación en la que el individuo -en ese personaje que interpeta Nino manfredi- muestra su mezquindad. Esa es la radiografía del hombre sin recursos, abocado al antojo de la sociedad que acaba reflejando Berlanga y que obviamente no hacía sentir cómodo al Gobierno de la dictadura.

Además de ser una de las películas más ricas de Berlanga como director, por la planificación y por el trabajo con los actores, precisamente el reparto está a una grandísima altura: Emma Penella, el citado Manfredi, María Luisa Ponte, José Luis López Vázquez y, sobre todo, Pepe Isbert son las primeras espadas de un casting redondo. La película se puede ver online a través de este enlace.

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