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CÓMIC

Astérix se hace de oro
con su serie de monedas

JAVIER CAVANILLES. 15/02/2014

VALENCIA. Oro y no es una metáfora. "Astérix y los pictos", la aventura número 35 del famoso galo creado en 1959 por René Goscinny y Alberto Uderzo, ha sido el éxito esperado: se ha vendido ya casi la mitad de la tirada mundial de cinco millones de ejemplares (de ellos, 124.000 vendidos ya en España). Pero hay más, la colección de monedas de oro conmemorativas acuñada por la Casa de la Moneda de Paris ha durado lo que un jabalí en una fiesta en la aldea gala.

Las monedas forman parte de un conjunto de objetos que, sin duda, harían las delicias de los coleccionistas más exigentes. Así, no es extraño que las que menos han durado a la venta son las más caras. Acuñadas en oro, la de 100 euros de valor facial (920 euros de P.V.P, media onza del precioso metal) reproduce la primea viñeta en la que aparece con su amigo Obélix en "Astérix el Galo".

LAS MONEDAS

La segunda, es una imagen de "Astérix y los Belgas" -quizás un guiño a los lectores del país vecino- y, frente a un valor facial de 50 euros se vendía por 450 euros (¼ onza de oro). Sólo se han hecho 1.000 copias y también está agotada. Para los de presupuesto más modesto hay una de plata (10 euros) que reproduce una viñeta del álbum recién editado.

Es la única que aún se puede conseguir por 59 euros y la tirada, para que nadie se quede sin la suya, es de 10.000 piezas. En el reverso, todas llevan la famosa imagen de la costa de Bretaña ampliada por una lupa, que abre todos los álbumes, y en la que la aldea aparece sitiada por cuatro guarniciones romanas.

LA OPINIÓN DEL EXPERTO

Vicente Craven (de Numismática V. Craven en Valencia) explica que "las monedas conmemorativas tienen un mercado limitado, generalmente restringido al país en el que se emiten. Los coleccionistas no suelen prestarles demasiadas atención".

En el caso de la moneda de Astérix, por la que ninguno de sus clientes se he interesado, señala que "en principio, no hay ningún problema para conseguirlas lo que ocurre en que, en este caso concreto, la Casa de la Moneda de París la promocionó sobre todo dentro de su país, así que lo difícil fue enterarse de que existía".

Vicente Craven cree que los que adquieren este tipo de monedas son, sobre todos, aficionados a los personajes más que a la numismática. "Cada año en todos los países se imprimen monedas conmemorativas y es imposible seguirles el rastro a todas, De todas formas, los coleccionistas prefieren las monedas normales".

¿UNA BUENA INVERSIÓN?

¿Vale la pena invertir? "Por lo general no. Suelen salir a un precio de venta al público suficientemente elevado como para que luego sea complicado revenderlas. Con el tiempo es posible que incluso se pierda dinero, ya que la diferencia entre el precio y el valor facial suele ser holgada y no siempre hay demanda".

Otro factor a tener en cuenta es la abundancia. Aunque este caso es la excepción, "las ediciones son limitadas, pero generalmente el número de monedas acuñado es suficientemente alto como para que no sea excesivamente difícil conseguirlas", apunta.

Craven vende la pieza de plata que se emitió en Bélgica en 2004, para conmemorar el 75 aniversario de Tintín (con un valor facial de 10 euros y que cuesta cerca de 64 euros y sólo es de curso legal en ese país). En total, salieron al mercado 50.000. El margen para especular aprovechando la escasez es mínimo.

POCOS SON LOS ELEGIDOS

Aunque es muy frecuente que los países dediquen sellos conmemorativos a sus personajes de tebeo más conocidos (en España más de una docena ha tenido ese honor), convertirse en moneda de curso legal todavía algo bastante inusual. A Superman, por ejemplo, le han hecho más caso en Canadá (de donde era el dibujante Jerry Shuster). Las hay de oro y plata y su valor facial oscila entre los 75 dólares canadienses y los 50 centavos, y salieron a la venta el año pasado.

Spiderman, por su parte, ha tenido que esperar a cumplir 50 años para lograr tal honor, y no ha sido en EEUU sino en Nie (Polinesia). Es de plata y tiene un valor facial de dos dólares locales. Aunque los más frikis seguro que pierden la cabeza por las de Star Wars acuñadas en también en ese minúsculo país del Pacífico.

Vicent Craven explica que "en la mayoría de países, las monedas conmemorativas se refieren a acontecimientos históricos. Nie, en cambio, como apenas tiene historia ni nada que celebra, se ha hecho famosa por este tipo de monedas. Una curiosa forma de darse a conocer y, supongo, ingresar algo de dinero".

De momento, En Europa sólo se han atrevido a apostar por los personajes de tebeo en Francia y Bélgica, dónde los cómics son un arte con todas las de la ley. De momento, los agraciados se limitan a Tintín (hay varias colecciones), Astérix (que también repite), Lucky Luke (en 1997, la más antigua), Blake & Mortimer, XIII, y puede que alguno más.

En general, no sólo se acuñan las monedas. Estas suelen ir acompañadas de una edición especial del libro, medallas o una reproducción del personaje (normalmente en cobre). En este caso, la joya es una figura de Obélix valorada en 2.900 euros que también está agotada (sólo se han hecho 20).

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