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VALENCIA. El largometraje belga Alabama Monroe es una de las sorpresas del año. La película, que aspira al Oscar al mejor film en lengua extranjera, llega ahora a las carteleras auspiciada por la candidatura de la Academia estadounidense. Dirigida por Alex Van Groeningen, basa buena parte de su atractivo en el excelente trabajo de la bella Veerle Baetens, quien ha ganado el premio de la Academia europea a mejor actriz por su papel en esta película.

Baetens encarna a Elise, quien lleva siete años de feliz relación con Didier (Johan Heldenbergh), un auténtico amor a primera vista. Desde entonces, han vivido momentos maravillosos, pero su felicidad se verá interrumpida debido a la enfermedad que padece su hija, ante la cual reaccionarán de maneras muy distintas hasta el punto de poner en peligro su amor.

Basada en una obra teatral del propio Johan Heldenbergh, la película cuenta con guión de Van Groeningen y Carl Joos. A partir de la circunstancia de que el personaje protagonista es músico, el film permite disfrutar del talento como cantante de la flamenca Baetens y de su partenaire, un Heldenbergh que sabe ocupar un discreto segundo plano al principio de la cinta para llevar después con solvencia el peso de la película en la parte final.

Concebido como un melodrama puro y duro, el largometraje no escatima escenas de gran dolor con otras de una sugerente belleza. Ese hecho, unido a sus constantes (y elogiosas) referencias a la cultura estadounidense, explica la buena acogida que ha tenido la producción europea en Hollywood, donde algunos apuntan a que podría dar la sorpresa en los Oscar.

En una entrevista concedida a Raquel Laguna para Europa Press, Groeningen aseguraba que había decidido hacer la película tras quedar impactado por la obra de teatro. "La experiencia que tuve al verla fue increíble y muy emocionante. Muy triste en algunos momentos, pero también llena de vida. Salí del teatro aliviado, de alguna manera... Y para mí el mensaje son todas las sensaciones que experimentas al ver la obra o la película".

Mezcla de melodrama y musical por la importante presencia de las canciones, para el director el rodaje fue un reto. "Hubo muchos desafíos, pero lo que más me preocupaba era cómo unir todas las ideas, si esto funcionaría... porque era mucho... Hay una historia, hay música, hay un gran drama...todo esto era perfecto en la obra original, muy simple y puro... y yo realmente quería adaptar la obra al cine. Me procupaba cómo contar la historia desde un punto de vista cinematográfico. Así que eso se convirtió en el mayor desafío".