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VALENCIA. Hay un 'viejo' Hollywood que se resiste a desaparecer. Es el de las grandes productoras, con grandes proyectos y grandes estrellas que hace culto a una forma de concebir el cine. En ese contexto cabría encuadrar Cuento de invierno, la adaptación que ha realizado el oscarizado guionista Akiva Goldsman de la novela homónima de Mark Helprin.

El ahora director es también el responsable de la adaptación de este libro publicado hace treinta y un años en Estados Unidos y que está considerado como un clásico moderno. Producida por Warner, la adaptación cuenta con un elenco lleno de nombres propios, desde Colin Farrell a Russell Crowe, pasando por la siempre bella Jennifer Connelly, William Hurt, Eva Marie Saint y hasta Will Smith, amigo personal de Goldsman, que tiene un pequeño papel. Todos ellos acompañados por the-next-big-thing, la guapa Jessica Brown-Findlay que es conocida sobre todo por su papel de Lady Sybil Crawley en la serie Downton Abbey.

La película narra cómo un ladrón se enamora de una hermosa mujer, dando pie a un romance que solo podrá salvarse con la lucha de su protagonista a través de sus viajes en el tiempo, en los que tratará de recuperar a su verdadero amor, y que le llevarán de finales del XIX al Nueva York de nuestro tiempo.

Goldsman es, asimismo, el productor de la película junto con Marc Platt (Drive), Michael Tadross (Sherlock Holmes) y Tony Allard. El equipo creativo entre bastidores incluye al director de fotografía, Caleb Deschanel, cinco veces nominado al Oscar (La pasión de Cristo, El patriota), la diseñadora de producción Naomi Shohan (Constantine, Soy leyenda), el diseñador del vestuario Michael Kaplan (Misión: Imposible III) y los montadores Wayne Wahrman (Soy leyenda) y el nominado al Oscar Tim Squyres (La vida de Pi, Tigre y Dragón). Un equipo técnico que completa uno de los nombres propios del cine comercial estadounidense, el compositor Hans Zimmer (El rey león, Origen, Gladiator). 

Si ven el trailer se pueden hacer una idea cómo será la película. Está contada prácticamente toda menos el final. Un desastre.