VALENCIA. El príncipe, ese libro publicado por Nicolás Maquiavelo en 1532, va camino de su quinto centenario sin haber perdido un ápice de actualidad. Es un libro ligero para entender la cara más cínica de los humanos, la senda de pólvora y veneno que se repite en la historia sin cesar cuando el poder se cruza en el camino del 'buen salvaje' del que hablaría mucho más tarde Jean-Jeaques Rousseau.
Sin embargo, hay una forma de acercarse a muchas de las ideas de El príncipe con una fuerte dosis de actualidad en el contexto. Se titula 'House of Cards', es una serie de televisión producida por Netflix y estrena segunda temporada este día de San Valentín (el domingo 16 disponible en España). Estas son diez razones por las cuales el espectador puede acabar enamorándose de ella si es que la desconoce:
1. LOS 'TIBURONES' DE WASHINGTON LA RECOMIENDAN
La serie está producida por Netflix, una plataforma que ofrece contenidos audiovisuales en streaming y bajo demanda. Muy al estilo Yomvi, de Canal +, pero con tanto éxito en el mundo que ha sido capaz de iniciar la producción de sus propios contenidos: 31 millones de suscriptores entre Estados Unidos, Canadá, América del Sur, Reino Unido, Holanda y los países nórdicos.
Con una tercera temporada ya firmada, 'House of Cards' ha sido la primera de sus referencias en destacarse con un buen número de nominaciones a los premios Emmy y en los Globos de Oro. La trama política virulenta en torno a un congresista de la Casa Blanca ha sido, precisamente, recomendada por el máximo responsable de ese edificio. Poco más se puede añadir:
2. KEVIN SPACEY, CONTRA LA CUARTA PARED
Uno de los recursos más estimulantes de la serie es el vínculo que mantiene Frank Underwood con el espectador. Aunque el resto de personajes vive en una ficción delimitada, el papel como congresista de la Casa Blanca interpretado por Kevin Spacey se toma la licencia de hablar al espectador. Prevé escenas, comparte sus dudas y concreta las líneas argumentales de la serie. No inventa nada al 'romper la cuarta pared', pero, sencillamente, lo hace. Y en todos los capítulos
ROBIN WRIGHT (Y PUNTO)
La actriz californiana se encontró con el éxito en Hollywood demasiado pronto: en 1994 se convirtió en Jenny Curran o, simplemente, "Jennnnny" en boca de Forrest Gump. Dos años más tarde contrajo matrimonio con el actor Sean Penn, con el que tuvo dos hijos y pasó a participar en proyectos contados y fallidos; la sensación era la de permanecer a la sombra de la época más dulce para la creación del también director.
Precisamente, el año 2010 se divorcia de éste y participa en La conspiración (Robert Redford) y encadena una serie de proyectos acertados: Moneyball (Bennet Miller, 2011) o Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres (David Fincher, 2011) para que, poco más tarde, inicie su vínculo con la serie de cuya producción ejecutiva también participa el propio Spacey.
En 2013 se convierte en la esposa ambiciosa e implacable del congresista Underwood. Durante la primera temporada su personaje va cargándose de entidad para la trama y acaba por igualarse al de su marido. Wright sobresale entre el reparto, mostrando además las virtudes de un su personaje: soberbia, manipuladora, paciente y terriblemente individual. La actriz, por cierto, ha sido la única que ha recogido un premio de relevancia por la serie: el Globo de Oro en la categoría de 'drama'.
NO ES LA SERIE DE MODA
'House of Cards' no es una obra maestra, pese a que David Fincher esté entre sus productores y haya dirigdo algún capítulo de la primera temporada. No compite por su criterio cinematográfico o por su guión con un texto con joyas en ciernes como True Detective (HBO). Este es uno de los principales estímulos para aquellos que se recrean en la progresión y dispersión discontinua de sus personajes. Según progresaron los capítulos de la primera temporada, la serie se asentó dejando un punto de partida lo suficientemente interesante para confiar en una explosión de espectadores con la segunda temporada. Sin embargo, todavía no es -por el número de espectadores- la serie de moda en los países donde opera Netflix.
UN REPARTO DE GRATAS SORPRESAS
Kate Mara, Constance Zimmer y Kristen Connolly son tres jóvenes actrices que se repartirán buena parte del protagonismo en la segunda temporada. Turnándose los espacios durante la primera sesión -al principio parecía que la hermanísima de Rooney Mara iba a tener un papel mucho más protagonista-, las tres fueron aprobando con nota en todas sus intervenciones, sin ser hasta la fecha rostros especialmente conocidos para el gran público.
Por el lado de las interpretaciones masculinas, destacan especialmente las intervenciones de Corey Stoll (que todavía no se sabe hasta que punto aparecerá en la segunda temporada y en adelante) y Michael Kelly, este último muy vinculado a la industria televisiva durante su carrera. Sus papeles hilvanan perfectamente la historia en la segunda unidad, con una aportación clave durante el primer ejercicio de la serie.
AMBIENTADA EN LA ACTUALIDAD
Con 'El Ala Oeste de la Casa Blanca' ya quedó sobradamente demostrado que la ficción supera a la realidad. Al menos, supone una visión coral de los entramados que, como buena parte de la crítica le reprochava a Aaron Sorkin -creador de la citada producción-, era mucho más jugosa que la realidad. Obama ya se pronunció al respecto con 'House of Cards' como referente: "ojalá la política fuera tan despiadadamente eficaz como en la serie".
En este caso, con una importante dosis de tensión sexual y una creciente aparición de la violencia, 'House of Cards' está ambientada en un Estados Unidos reciente. Buena muestra de ello es la tecnología que envuelve a los personajes y que, a menudo, pasa a ser un canal importante para la historia.
HOUSE OF CARDS, ONLINE: INDICADA PARA LOS QUE NO SABEN ESPERAR
Netflix, nacida de un proyecto de plataforma online para el vídeo en streaming, marca sus propias reglas dentro de los contenidos audiovisuales. Entre otras lindezas, mañana publicará la serie completa. La idea es conceder al suscriptor del canal el placer de visionar de golpe la temporada (13 capítulos) o racionalizarlos como bien se quiere. De esta forma se entiende un tanto más el tuit de Obama previo a la cita de este viernes.
En España, se podrá ver precisamente a través de Canal + y su servicio online y para dispositivos Yomvi. Además, los suscriptores podrán verla al completo a partir del próximo día 16, este domingo. De esta forma se evitan los subterfugios que podían adelantar la opción de visionar toda la temporada disponible desde esta misma madrugada en Netflix.
LA DOSIS COMPLETA DE PODER
Rodada en Baltimor, Maryland, con el grato recuerdo de compartir espacios con la mítica serie The Wire, la serie está ambientada principalmente en Washington D.C. El epicentro del poder del Gobierno estadounidense concentra todo el poder político, pero también al resto de poderes, algo que la diferencai de otros experimentos de argumento en torno a la Casa Blanca.
El periodismo en gran medida -es un activo protagonista en la serie- y los poderes económicos -con fiestas de captación de recursos para campañas y festivales benéficos incluidos- dan una imagen del poder mucho más actual, en la que no solo los 'electos' son los que terminan tomando las decisiones. Los egos y las ansias de acaparar poder y derrotar a aquellos que pelean por ganar las mismas posiciones son verdaderamente lo mejor de esta serie.
LA VOZ DE SPACEY Y SUS SENTENCIAS
Bien conocido es que la voz de Kevin Spacey ha sido utilizada para narrar producciones televisivas y documentales. Su característico acento y su trabajada posición de la voz son una delicia en la versión original. Además, el texto ofrece escenas de lo más sentenciosas en las que el congresista Underwood parece sentar cátedra sobre la vida. La serie está plgada de esas frases que, en general, sirven de imaginario para las propias redes sociales de la serie donde acostumbrar a entrecomillar y resalzar esos momentos cumbre del texto.
CONTARÁ CON -AL MENOS- OTRA TEMPORADA MÁS
Tras el éxito de la primera temporada en Estados Unidos -especialmente, por parte de la crítica- a algunos de sus protagonistas les llovieron las ofertas de cine. Especialmente, a Wright. Ella misma y Spacey dejaron entrever que el ritmo de producción y rodaje de la serie era infernal y que se planteaban colgar la historia al finalizar la segunda temporada.
El incremento de espectativas -y dinero- por parte de Netflix parece que convenció al reparto que, al menos, volverá a rodar una tercera temporada. La historia se prolonga y la vertiginosa evolución de la trama en la primera temporada augura grandes momentos en el entorno de la Casa Blanca. Quizá también haya contado la participación de sus dos actores principales en las labores de creación. Wright ha dirigido el capítulo 10 de la segunda temporada.
Algunos rumores han apuntado durante las últimas semanas en los medios especializados estadounidenses a que ya se trabaja en el guión de la cuarta temporada. Ningún responsable de Netflix o de la serie lo ha confirmado.
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