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OPINIÓN

Aurelio Martínez:
el hombre que lo intentó

JOAQUIM CLEMENTE . 12/02/2014 Acusar al presidente de la Fundación VCF de abandonar el barco es mezquino, más cuando el resto de actores de la crisis solo miran por su interés

VALENCIA. El fútbol es un mundo de emociones intensas. La derrota y la victoria producen estados de ánimo que difícilmente se pueden explicar desde la lógica. El sentimiento, ese vocablo al que muchos apelan cuando no queda otra salida, explica momentos de euforia y de pesimismo. Por esos estados de ánimo ha transcurrido Aurelio Martínez desde que el pasado mes de abril accedió a la presidencia de la Fundación Valencia CF.

No ha llegado a cumplir un año al frente de una entidad agobiada por una deuda impagable y que acabará difuminada una vez venda las acciones del club. Martínez, experimentado economista no ha podido solventar el problema endémico y, quizá, irresoluble ya a estas alturas.

Resulta chocante que un profesional que ha sido capaz de dirigir el Instituto de Crédito Oficial (ICO), Loterías (cuya salida a bolsa abortó porque no le pagaban el precio esperado) o las finanzas de la Generalitat Valenciana como conseller en el último mandato de Joan Lerma, no haya podido con lo que supone era una empresa menor: poner orden en las cuentas de un club de fútbol.

Martínez aceptó el cargo pese a que todas las voces de amigos y familiares le desaconsejaban adentrarse en el avispero del Valencia CF. Pudo su valencianismo y la creencia de que podía superar el reto. Al hasta este miércoles presidente de la Fundación Valencia CF hay que reconocerle algo importante: lo ha intentado. De hecho se podría decir que es el único que lo ha hecho.

Hay un hecho que ha acompañado todas las desgracias que rodean al club de Mestalla: la creencia de que ya vendría alguien y lo arreglaría. Alguien. ¿Quién era ese alguien? En realidad nadie, pero era la excusa perfecta para hacer dejación de funciones, algo que hizo el anterior presidente -omitiendo al fugaz Federico Varona- Társilo Piles con pasmosa permisividad institucional.

Alguien era, por ejemplo la Generalitat o Bancaja, a los que se les pedía que les salvase las castañas sin pensar en que algún día podían reclamar sus derechos por ello. Alguien era algún estafador de los que rodean el mundo del fútbol y que se suponía que iba a traer millones como si el dinero lo regalasen. Alguien era un ente abstracto al que agarrarse cuando no había ninguna idea ni ganas de trabajar.

Martínez trató de romper esa dinámica: elaboró un plan de viabilidad para la fundación. E incluso para el club de fútbol. Trazó estrategias, buscó viabilidad jurídica para evitar la famosa asistencia financiera, marcó plazos y pidió confianza.

Pero la situación del Valencia CF y de la Fundación VCF es demasiado crítica para unos planes que llegaban demasiado tarde. Bankia los rechazó y desencadenó la venta de la entidad. Martínez había accedido al cargo con la condición de que no se vendiera. Dijo que se iría si ocurría. Y se va.

Ayer, cuando PlazaDeportiva.com adelantó la dimisión, algunos corrieron a la yugular del catedrático. Le acusaron de "cobard"e, de "abandonar el barco en manos de Bankia". Vergüenza debería darles. Si en el pasado directivos y aficionados-accionistas en lugar de apoyar el populismo -el mismo que ahora mismo encarna el que fue compañero de viaje de Aurelio, Amadeo Salvo- o la dejación de funciones hubieran apostado por la sensatez y el valencianismo de corazón que encarna Martínez tal vez no habría esta ruina.

Martínez se va cuando otros han decidido utilizar al Valencia como mascarón de proa de intereses particulares. Él nunca lo haría. Se va el único que, en muchos años, ha mirado de verdad por los intereses del valencianismo. Seguro que ha cometido errores, pero lo que venga ahora solo será miseria.

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2 comentarios

jaime escribió
12/02/2014 13:10

Tota la raó.

Chimo escribió
12/02/2014 10:13

Yo creo que, la única realidad es que el banco ha toreado a Aurelio, le pidieron un plan de pago que nunca pensaban aceptar y por eso reventaron la junta de accionistas con premeditación y nocturnidad, preparando lo que a muchos valencianistas nos parece muy sospechoso sobretodo viniendo de un banco que ha estafado a miles de valencianos. Ahora Aurelio verá lo que hace, retirarse cómodamente argumentando que no puede hacer más o cumplir lo que dijo públicamente y buscar lo mejor para el club. Aurelio mantente fuerte y no te marches pues gente honrada como tú es difícil de encontrar, si no lo ves claro que ejecuten las acciones y se enfrenten con el valencianismo.

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