MADRID (EFE). Los préstamos entre particulares, la compra y venta de facturas de empresas, las emisiones de bonos y pagarés o la salida al mercado bursátil son alternativas reales a las que pueden acudir pequeñas y medianas empresas para paliar la sequía crediticia.
Según los últimos datos del Banco de España, el volumen de deuda de las sociedades no financieras -las empresas- se redujo en diciembre un 6% respecto al año anterior; esto supone en la práctica que el crédito sigue sin llegar y que particularmente las pymes carecen de vías de financiación fluidas.
Aunque los datos del organismo correspondientes a los nuevos créditos concedidos por un importe máximo de un millón de euros, los que en mayor medida muestran cómo va la financiación de las pymes, indican que en diciembre la concesión de nuevos créditos a estas empresas creció un 9,6% desde noviembre, lo cierto es que en el conjunto del año se redujeron un 8% respecto a 2012.
Este parón crediticio ha merecido la atención de las autoridades comunitarias, y el mismísimo comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, ha dicho que la recuperación económica y el mayor ajuste del endeudamiento deberían permitir a los bancos proporcionar más crédito a medio plazo a la economía privada.
En la misma línea, el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha incluido entre los principales retos pendientes medidas para "desapalancar" la economía española que sean compatibles con la concesión de crédito a sectores viables.
En España la dependencia de las empresas respecto de los bancos es demasiado grande, ya que la liquidez procede en un 70% de las entidades financieras y en un 30% del mercado, justo lo contrario de lo que ocurre en Europa.
DEL MAB AL MARF
Para paliar esta sequía, en los últimos meses se han puesto en marcha distintas alternativas a la financiación bancaria, que se añaden a las ya existentes como el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) para pymes, que en 2013 consiguió 45 millones de financiación y desde su puesta en marcha, en julio de 2009, ha captado más de 200 millones.
Pero salir a bolsa, incluso en un mercado pequeño como es el MAB, es caro -entre un 8% y un 12% del volumen captado-, por lo que tras varios meses de trabajos en colaboración con la sociedad de bolsas, a mediados de diciembre de 2013 arrancó el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) para pymes.
En el MARF las empresas pueden emitir pagarés y bonos, con un volumen "ideal" de entre 20 y 25 millones -aunque no se descarta que puedan producirse a partir de 10 millones o superiores incluso a 50 millones- y una inversión mínima de 100.000 euros.
Para hacer más atractivas las emisiones de deuda española, el Gobierno acaba de aprobar el régimen de no retención fiscal a inversores extranjeros: de este modo, se elimina el requisito de retención en origen para no residentes, como ya ocurría en bancos y entidades cotizadas.
FACTURAS PENDIENTES DE PAGO
Pero existen otras posibilidades, quizás menos convencionales y sin precedentes en España pero que ya funcionan en otros países.
Por ejemplo, la venta de facturas pendientes de pago, que permite a pequeñas y medianas empresas convertir sus activos impagados en liquidez inmediata sin coste alguno, a la vez que desvía el riesgo de impago al comprador de la factura.
Esta modalidad de gestión de facturas es corriente en países como el Reino Unido o Estados Unidos, pero en España, de momento, sólo una empresa, Aztec Money, ofrece este servicio.
Los inversores financian operaciones comerciales a través de la compra de facturas; el importe mínimo de albaranes que el empresario puede poner a la venta es de 50.000 dólares, unos 37.000 euros.
Los inversores interesados pujan en subasta por la factura y, si la operación no se cierra en un par de días, el proveedor no soporta coste alguno, ya que esta empresa se financia mediante comisiones; de este modo, es el inversor el que asume el riesgo de impago.
La última modalidad de financiación alternativa, que es al mismo tiempo la más antigua del mundo, es Lendico, una plataforma global de préstamos entre particulares que pone en contacto directo a prestatarios e inversores para poder financiar proyectos individuales concretos de personas a cambio de un tipo de interés.
En las apenas seis semanas que lleva funcionando en Alemania, Lendico ha recibido solicitudes por más de 25 millones de euros.
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