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VALENCIA. El jueves nos dejó mi gran amigo José Luis Forteza. Para los que no sepan quién fue, además de una gran persona, fue uno de los primeros directores de la Mostra (cuando todavía tenía algo de glamour) y directivo de Canal 9 (cuando nuestra tele todavía prestaba un servicio público digno). Me acerqué a despedirme de él.

Como yo, se acercó muchísima gente del mundo de la cultura a rendir homenaje al gran maestro. Siempre me recordó a un maestro jedi. Pude ver a Pedro Pastor y su mujer Amparo, Lourdes y Federico Reyna, Sadol Vedri, Ximo Perez, Giovanna Ribes, Paloma Mora, Carlos Pastor, Lluis Miquel, José María Torres, Jordi Hidalgo, Teresa Díez, Joana Gilet, Julio Tormo, Carlos Aimeur, Pedro Rosado, José Poveda 'El Flaco', Nuria Cidocha, Lucas Soler, Luis Pastor y muchísima gente más que seguro que me dejo. Me pareció extraño no ver a Lola Johnson... José Luis siempre contaba lo que Lola le quería.

Seguro que desde algún lugar José Luis nos estaba mirando a todos, pasando lista, con esa sonrisa pícara tan característica suya, que hacía entrever su ácido sentido del humor. Antes de que nadie me viera derramar alguna lagrimita, porque uno tiene su dignidad, crucé al bar de enfrente y me soplé un whisky recordando las largas conversaciones sobre el todo y la nada con José Luis. Fue un hombre sabio y generoso. Compartió con tantísima gente su sabiduría, honradez y elegancia. Hasta siempre, jefe.

EN LOS PREMIOS DE LA CASA DE LA CARIDAD

En fin, que esta semana no estamos para tirar cohetes, como decía al principio. El remate fue el jueves, que me tocó ir de acompañante de mi madre a la entrega de los premios de la Casa de la Caridad. Debo admitir que hacen un buen trabajo, por mucho que en ocasiones parezca que se quieran lucir (¿serán prejuicios míos?). Pero "lo que importan son los actos", como no se cansan de repetirme en la Redacción de Valencia Plaza cuando voy por allí.

El caso es que me tragué el acto enterito, allí, en el salón de la Fundación Bancaja y tuve ocasión de saludar a la alcaldesa Rita Barberá (algo desmejorada, por cierto), al mismísimo president Fabra (esta vez con una más discreta corbata azul marino... psé), a la consellera Asunción Sánchez Zaplana , a la 'emergente' Mª José Catalá (con vestido rojo con raya lateral...), a la diputada provincial del PP Amparo Mora (su hija, Susana, ¿saben? se casó hace poco con Toni, un hijo del socialista Aurelio Martínez, para que luego digan que la política no hace extraños compañeros de 'misa').

Por allí andaban también dirigentes empresariales, tan aburridos como siempre (Salvador Navarro), el no menos aburrido jefe socialista de la oposición municipal (Joan Calabuig), la diputada Belén Juste (ay, Belén), Carmen Picot y Javier Quiles (director de Consum), Isabel Rubio (directora de la Fundación Bancaja), el empresario Silvino Navarro, el indesmayable Alejandro Máñez, los artistas Horacio Silva y Willy Ramos y vaya, un montón de gente. Al fin y a la postre, un acto austero, como mandan los tiempos.

Como se pueden imaginar, afronto con batante desgana el dichoso Día de los Enamorados o su vesión valenciana, San Donís. Me cuentan que Ricard Camarena ha preparado un menú especial para la ocasión... allá ustedes.

Eso es para los enamorados. Los desnortados sin pareja como yo, pensaremos en planes algo más golfos que nos hagan olvidar que Cupido no logra alcanzarnos. El mío: cabaret de Tonino, La mítica Margot y Maribel Casany. Por supuesto pienso atiborrarme a gin tonics que me hagan olvidar lo desgraciado que soy que nadie me quiere, o que nadie me aguanta... O tal vez sea yo quien no aguanta a nadie. O sea, no sé, creo que no me aguanto ni yo.

Todos tenemos nuestras debilidades y a mí me vuelve loco sentirme querido una noche, pero a la mañana siguiente menudo perezón soportar a nadie en el desayuno, porque yo me levanto de mal humor todos los días y no pienso cambiar. No lo hice ni por mi adorada madre...

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