VALENCIA. Cuenta Lluís Miquel Campos que la última vez que vio a José Luis Forteza, hace apenas dos semanas, el veterano productor se había quedado sordo. El tumor que tenía en el cerebro le afectaba al oído y para comunicarse con él tenían que recurrir a "una pizarrita" en la que le escribían todos los mensajes. Forteza se hallaba en el hospital Dr. Moliner en Serra, acompañado por sus dos hijos naturales (Isaac y Jerónimo) y el de su última pareja, Pablo van Damme, esperando su adiós.
Consciente de que su vida tocaba a su fin, Forteza aún tuvo ánimos de bromear con su amigo de la infancia durante aquella visita y le repitió un gesto cómplice de su adolescencia, de cuando salían "a ligar francesas": mover la mano como un rey. Tras ello le sonrío pícaro. "Así lo recordaré, sonriendo", explicaba Campos. "Él era así, siempre sabía ser feliz en todas las situaciones", agregaba emocionado.
La muerte del veterano productor conmocionó este jueves al cine valenciano que perdía una de sus figuras más queridas y respetadas. "Un gran hombre", decía el productor Sergio Castellote. "Ha sido un referente para toda una generación de profesionales valencianos", escribía en su muro de Facebook el guionista Paco López Barrio. Directores jóvenes como Rafa Piqueras o veteranos como Rafa Gassent o Carles Pastor, productoras como Nathalie Martínez, las condolencias se sucedieron a lo largo del día.
"Era un tío fenomenal, con su toque de bohemio, de valenciano", rememoraba Campos. Igualmente afectado se mostraba su socio Pedro Pastor. "Hemos vivido muchos momentos difíciles que él sabía transformar con su ironía y sentido del humor en una experiencia agradable". No por esperado, el desenlace ha sido menos doloroso, añadía.
PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN DE PRODUCTORES
Culto, brillante e inteligente, Forteza se había granjeado a lo largo de más de cuarenta años de profesión el respeto de todo el sector audiovisual valenciano. Buen ejemplo de ello fue que en el periodo más convulso de la asociación de productores, entre 2001 y 2003, fue el encargado de presidir la entidad en aras de alcanzar el mayor consenso.
Discreto y divertido, comprometido políticamente ("él sí que corrió delante de los grises" apuntaba Campos), a Forteza le encantaba relatar a los más jóvenes sus inicios en el cine en los años setenta cuando fue script de la famosa comedia del destape El virgo de Visanteta de Vicente Escrivà. Así lo recordaba la analista de televisión, Teresa Díez Recio, quien coincidió con él en Malvarrosa Media. "Le puse el apodo de el abuelo. Comer con él era una delicia, contándote batallas de aquella época", recuerda.
Desde entonces hasta hace prácticamente un año, cuando su productora tuvo que cerrar ahogada por los impagos de RTVV, Forteza fue uno de los nombres propios de la industria audiovisual valenciana, tan famoso por su buen hacer como por su divertida conversación, repleta de lucidez y sentido común.
Se inició en las tareas de la producción y realización con la pionera productora Vídeo a principios de los ochenta. Con ella se granjeó un nombre como realizador y en distintas funciones. Trabajó en diferentes campos de la comunicación hasta que en 1987 el entonces alcalde de Valencia , el socialista Ricard Pérez Casado, le dio el encargo de dirigir la Mostra de Cine de Valencia, cometido que cumplió con solvencia hasta 1989, haciendo del certamen valenciano un referente internacional. Entre sus hallazgos, la creación del primer mercado audiovisual de España.
Tras el festival, accedió a la incipiente RTVV, en donde ocupó el puesto de Jefe de Planificación hasta 1997, momento en el que abandonó la televisión pública para fundar Malvarrosa Media junto a Joan Dolç y Pedro Pastor. Fue en esta empresa donde alcanzó sus mayores cotas profesionales con trabajos premiados como el documental La muerte de nadie (el enigma de Heinz Chez) dirigido por el propio Dolç y numerosos programas de televisión. Forteza estuvo en la empresa hasta su cierre el año pasado. Con ella participó en la producción de miniseries como El último señor de los Balcanes de Michel Favart o fue productor asociado de películas como Lo mejor de Eva de Mariano Barroso.
Tras el cierre de su empresa y la pérdida de su segunda esposa, Forteza supo hace unos meses que estaba enfermo.
El productor valenciano, que gustaba de presumir de sus orígenes semíticos y de su fino humor judío, cuando se enfadaba decía: "Yo al final me iré a Israel y que le den a todo". Cuando le visitó Lluís Miquel Campos en el hospital, Forteza le dijo a su amigo: "Dos semanas en Israel".
El funeral por su descanso tendrá lugar este viernes al mediodía en el crematorio del cementerio municipal de Valencia.
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