VALENCIA. Dirige desde hace veinte años de la Asociación Nacional de Industriales y Exportadores de Muebles de España (ANIEME). Empezó ayudando a exportar a 60 empresas y hoy son 250. Podían haber sido más, pero la crisis ha dejado en el camino a alguna de ellas. La industria del mueble es una de los más tocadas en España. En términos globales, unas 4.500 empresas han tenido que echar el cierre desde que empezó la crisis. Sin embargo y por lo que respecta a la exportación de muebles de la Comunidad Valenciana, los datos en 2013 hablan de un crecimiento del 21,6%. Eso sí, el consumo interno sigue sin espabilar. Para Bertomeu la experiencia de estos años es recordar a las empresas que no olviden "que aunque el mercado nacional vuelva a repuntar vender fuera es lo que les garantiza la supervivencia".
-¿La exportación ha salvado al mueble valenciano de la crisis?
-Sin duda tenemos datos muy buenos, pero también es cierto que la crisis está siendo muy traumática. Hay quien todavía no se ha recuperado, quienes se han quedado en el camino y quienes empiezan a ver brotes verdes. La ventaja de las empresas que están inscritas en ANIEME es que son exportadoras, aunque no todas han diversificado por igual su producto en el exterior.
-¿De qué cifras estaríamos hablando?
-Desde enero a septiembre de 2013 las ventas al exterior del mueble fabricado en la Comunidad Valenciana han supuesto un 21,6% más que las cantidades registradas el año anterior. En euros hablamos de casi 300.000 euros. Crecimiento que en el cómputo de autonomías exportadoras nos coloca en segunda posición, tras Cataluña, pero acortando distancias.
-¿Y respecto a la importación?
-En ese caso ha habido un descenso del 9,3% debido sobre todo al escaso consumo interno tanto de mueble nacional como importado.
-¿Si la exportación "salva empresas" por qué no todas han visto estas ventajas?
-Por capacidad para ajustar márgenes y reducir la estructura de gastos. Hay quienes exportan de su facturación el 80% y han podido hacer frente de una manera más eficaz a la caída del consumo interno de aquellas que han dedicado solo el 20% de su facturación. Hasta que no se cree empleo de manera sostenida y éste no sea precario será muy difícil en España que la gente se anime a comprar muebles. Hay otros pagos prioritarias.
-¿Se puede decir que hay empresas del mueble valenciano que prácticamente viven de vender al extranjero?
-Sí. Algunas tienen el 100% de su facturación procedente del mercado exterior. Cifras a la que han llegado o bien invirtiendo en promoción, incrementando su cuota de mercado o entrando a puerta fría en mercados donde no había nada. Hace cuatro años y desde ANIEME vimos venir esta situación por lo que empezamos a trabajar con países emergentes que hoy son grandes consumidores de nuestros productos.
-¿Cómo por ejemplo?
-Los países de África occidental. Se están poniendo de moda y están siendo incentivados por políticas gubernamentales. Ghana, Angola, Camerún, Nigeria, Costa de Marfil, Guinea, etc. La riqueza de petróleo y minerales que están apareciendo en estos países ha incrementado el consumo y la presencia de una clase alta exigente que busca producto de calidad. En Nigeria, por ejemplo, nos planteamos hasta tener una pequeña oficina con un promotor específico para ese mercado que está controlado casi exclusivamente por mujeres.
-¿Qué riesgos corre un fabricante valenciano en esos países?
-Hay que controlar aspectos básicos como el tema de los pagos y conocer los riesgos que entraña negociar con los importadores porque son países con una gran inseguridad política.
-Hace unos años el mercado se decantaba hacia Rusia y ahora hacía África, ¿por qué?
-Son dos mercados diferentes. En Rusia llevamos trabajando muchos años y contamos con una sólida implantación. De hecho no estamos centralizados solo en Moscú o San Petesburgo sino que nos hemos expandido hacia las provincias que gozan ya de autonomía para negociar. Además Rusia nos abrió mercados como el de Ucrania, que pese a las turbulencias políticas por las que atraviesa confiamos en que no afecte a los proyectos de futuro. El de África, por el contrario, es un mercado de 300 millones de personas en el que todo está por hacer.
-¿En países de elevada corrupción se necesita desarrollar otras estrategias de negociación?
-En países de dificultad extrema debido a la corrupción, inseguridad política o bancaria, siempre recomendamos a las empresas que cierren acuerdos de pagos con el importador en la compra y en el momento de carga de la mercancía. De modo que el tráfico, aranceles y demás, del mobiliario por el país corre a cargo del importador. Hay países como en Nigeria donde está prohibida la importación de mobiliario, sin embargo puedes encontrarte con tiendas donde te venden muebles de cualquier lugar del mundo. Entran por otras fronteras y los nacionalizan después. Son temas que conocen bien los importadores locales. Buscamos países donde haya oportunidades de negocio y podamos asegurar al máximo las condiciones de pago. La mayoría de nuestras empresas son pequeñas Pymes que abordan el trayecto de la exportación con su propio músculo, por lo que impagos o retrasos las pueden asfixiar.
-¿La exportación es la única salida?
-Hoy por hoy sí. El consumo interno no sabemos cuándo se va a recuperar y el que diga lo contrario miente.
-¿Por qué no funcionan experiencias valencianas como Teyoland y sí suecas como Ikea?
-Desde fuera lo que observo es que el concepto de Ikea funciona en todos los países donde se ha asentado. Competencia que nunca nos ha asustado, si fuera así no podríamos haber exportado. Creo que Ikea ofrece un concepto de oferta integral calidad-precio con un diseño actual y novedoso dirigido a un público determinado. Acompañado de una rotunda y acertada campaña de promoción. Ikea es filosofía de vida para muchas personas a una determinada edad. Teyoland no tiene nada que ver con el concepto Ikea. Quisieron emularlo, pero no se puede comparar. Como nada puede compararse con Coca-Cola, Apple, etc. Hay otros productos, pero originales solo uno. En todo caso creo que Teyoland abordó el proyecto sin ser el momento propicio. Tampoco sabemos qué va a pasar con Ikea. No sabemos si se disparará el consumo. En principio lo dudo. Los nuevos empleos de 600 euros no van a permitir salir al país de la pobreza ni incentivar el consumo.
-Uno de los mejores escaparates para dar a conocer los productos son las ferias, ¿qué expectativas tienen para Habitat 2014?
-Me he ocupado de la presencia de la prensa internacional y la respuesta es buena. Es cierto que en esta edición se ha reducido el espacio porque hay una menor presencia de empresas, pero estamos convencidos que cumpliremos con los objetivos marcados porque los packs ofrecidos son muy competitivos.
-¿Os habéis planteado invitar a George Clooney?
-Ya nos gustaría haberle invitado aunque fuera a un nespresso, pero creo que para esas fechas no estará en Valencia. En todo caso contamos con el apoyo de la Casa Real y seguramente será inaugurada, aunque está por confirmar, por el príncipe.
-También da otro tipo de glamour. ¿Hasta qué punto las decisiones políticas de estos años han ayudado a limar la crisis en el sector?
-En el área de la exportación ha habido reformas que era necesario acometer y se están haciendo de forma correcta, pero otras no nos han beneficiado. Entre ellas, los drásticos recortes presupuestarios en materia de promoción. Una empresa pequeña que decide exportar necesita hacer un gran esfuerzo de adaptación de producto, de estructura de la empresa, de adaptación de recursos humanos...requiere inversión y tiempo. Crear un marco para que estas empresas vía crédito puedan acometer esta reestructuración lo facilitaría.
-¿Qué tipo de apoyos ni se ha planteado el Gobierno español?
-Pues por ejemplo la internacionalización de un directivo. El primer paso es exportar y el segundo internacionalizarse, pero para ello necesitan tener una filial y sacar a sus directivos fuera. Todo esto se ha planteado al Gobierno desde distintos foros, pero no hemos tenido respuesta. Nosotros vamos a seguir incentivando las exportaciones, porque hay que recordar a las empresas que aunque el mercado nacional vuelva a repuntar vender fuera es lo que les garantizará la supervivencia.
-Dicen que la rehabilitación y el sector inmobiliario empiezan a vivir brotes verdes, ¿es una buena noticia para el mueble?
-No. La economía especulativa que hemos vivido, sobre todo en la Comunidad Valenciana, no supuso un gran tirón para el mueble. No se compraban viviendas por parejas que se iban a vivir juntas, sino para especular por lo que daba igual que estuviera o no amueblado. Nosotros no crecimos a la velocidad que creció el sector inmobiliario. Por tanto que crezca o no, no nos va a afectar.
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