VALENCIA (EP). Perder peso, ir al gimnasio, dejar de fumar o controlar el estrés, son propósitos en los que muchos desean tener éxito en este nuevo año. En algunos casos todos estos propósitos deberán ponerse en marcha para alcanzar el más importante: ser padres.
La crisis económica ha retrasado en varios años la edad a la que las parejas se plantean ser padres por primera vez. Hasta un 15 por ciento de las parejas puede encontrar serias dificultades para conseguir un embarazo. Adelantamos algunas claves que los futuros papás deberán tener en cuenta para conseguir este objetivo:
Por regla general se considera que es la mujer la que más debe cuidarse si desea ser madre, sin embargo, cada vez se hace más evidente que la salud reproductiva masculina se resiente cada vez más por el estilo de vida y la edad a la que se desean tener los hijos.
Muchas parejas se plantean con el inicio de año emprender la aventura de la paternidad, una andadura que según los expertos debe empezar mucho antes de la concepción.
En términos generales, mujeres y hombres presentan una diferencia de unos 10 años en cuanto a salud reproductiva, es decir, que una mujer de 35 años puede tener una fertilidad similar a la de un hombre de 45 años. Sin embargo, los hombres deben ser conscientes de que con los años sus niveles de fertilidad van disminuyendo, al igual que sucede en las mujeres.
Aunque el estilo de vida actual no es el más favorable para una buena fertilidad, los especialistas coinciden en que se puede dar 'marcha atrás' y poner en forma el reloj biológico al adoptar unos hábitos saludables que mejoren las posibilidades de embarazo.
CLAVES DE SALUD PARA FUTUROS PADRES
Ojo a la alimentación diaria y al peso: alimentos integrales ricos en hierro y ácido fólico, frutas y verduras cargadas de antioxidantes y pescado azul donde abundan los ácidos grasos omega 3 y menos café, mejoran las condiciones para la ovulación. El bajo peso puede llevar a alteraciones hormonales y afectar a las condiciones del útero para albergar el embrión y la obesidad aumenta los fallos en la ovulación.
Evitar tabaco y alcohol: ambos disminuyen la fertilidad y aumentan el riesgo de aborto. Aquellas mujeres que fuman poseen una irrigación deficiente de los tejidos del útero y los ovarios, lo que disminuye las posibilidades de embarazo.
El estrés, a raya: un motivo más para mantener la calma en el día a día para ellos y para ellas. El estrés reduce las posibilidades de embarazo y disminuye la calidad del esperma. Técnicas como la meditación o los ejercicios de yoga podrían ser buenos aliados de los futuros padres y madres.
Ejercicio físico sí, pero moderado: tan contraproducente es sentarse horas frente a la televisión como someterse a una actividad deportiva extenuante.
Cuidado con medicamentos y anabolizantes: existen fármacos para incrementar la salud capilar o evitar la caída y preparados para aumentar la masa muscular que a veces se aconsejan en los gimnasios, que pueden ser contraproducentes en el caso de la fertilidad masculina.
Visitar al ginecólogo y acudir a los expertos: el cuidado de la salud reproductiva a través de las revisiones periódicas es esencial y la derivación a los especialistas en reproducción asistida será más certera si sus visitas al ginecólogo están al día. Por regla general, si se es menor de 35 años se fija un periodo de un año para intentar el embarazo por medios naturales, más allá de esta edad el intervalo es de seis meses, tras este tiempo lo mejor es acudir a los expertos.
ELLOS TAMBIÉN DEBEN CUIDARSE
La doctora Victoria Verdú, coordinadora de Ginecología de la Clínica Ginefiv, en declaraciones a Europa Press, señala que sólo un 10 por ciento de los hombres que acuden a la clínica como posibles donantes reúne las características adecuadas para ello.
Verdú recuerda además que aspectos como la temperatura a la que está expuesta la zona genital masculina pueden afectar a la fertilidad. Así, por ejemplo, una costumbre que puede evitarse es colocar el portátil sobre el regazo, ya que sube la temperatura en esta área del cuerpo.
Los profesionales cuyo trabajo suponga largas jornadas sentados deberán contrarrestar el contraproducente aumento de la temperatura corporal en la zona pélvica con otras medidas como las sugeridas en esta información.
La ropa masculina ajustada, ya sean calzoncillos o pantalones, tampoco ayuda y puede ser fácilmente sustituida por otra que permita una mejor circulación sanguínea en la zona.
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