VALENCIA. El jueves será la toma final. Seguramente la única en interior, a cubierto. El viernes comenzará el desmontaje del decorado. En quince días nadie se acordará de Tomorrowland, la película de Brad Bird. George Clooney se irá como vino, y con él un par de leyendas urbanas sobre su estancia en la ciudad. Hugh Laurie ya no escribirá tuits graciosos. Y en mayo de 2015, cuando se estrene la película, se volverá a hablar del rodaje, un poco, unos detalles.
El largometraje habrá dejado una parte considerable de sus 181 millones de euros de presupuesto en la ciudad de Valencia. Los cuatro hoteles que se han ocupado, las grúas que se han contratado, los servicios de catering, los extras, los técnicos... Pero además de dinero habrá dejado unas pequeñas lecciones a tener en cuenta. Cinco profesionales valencianos que participan en la producción las relatan desde su propia experiencia.
1. SIN DINERO NO HAY INDUSTRIA
"La principal fuerza es que tienen todo el dinero que necesitan para hacer las cosas", comenta un empresario español que colabora en tareas logísticas. "Estamos alucinando con el volumen. Todo es lo mismo pero a lo grande", asegura otro de los profesionales consultados.
Los datos hablan de que Tomorrowland es un gigante en un país de enanos. El presupuesto de la película de Dinsey que se está rodando en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia es casi seis veces el del Fondo Nacional de la Cinematografía, del que salen todas las ayudas al cine español. Este fondo dispondrá en 2014 de 33,7 millones de euros.
"Los que hacen cine son estos; nosotros hacemos producciones independientes. He podido manejar presupuestos de tres millones de euros y ni de lejos llegaba a esto", comenta un productor valenciano que colabora en el rodaje. Y recuerda que el presupuesto medio de una película española es de un millón de euros, "puede que menos la mayoría". Para 2013 estaba previsto que se rodaran 92 películas de producción nacional; sólo 15 anunciaron un presupuesto superior a dos millones de euros.
"Esto es la industria del cine, y es porque tienen dinero. Si queremos hacer cine tenemos que poner dinero y saber cómo rentabilizar esas inversiones. El que quiera hacer bien las cosas debe invertir mucho y tener muy claro cómo va a recuperarlo". Ante datos así, añade, proyectos como la Ciudad de la Luz parecen delirios. "¿Dónde ibamos?", se pregunta.
2. EL USO ADECUADO DE LOS RECURSOS
En general los profesionales valencianos consultados por Valenciaplaza.com consideran que, como dice una de ellas, el trabajo "está siendo una experiencia pero no enseñan grandes cosas, enseñan pequeñas".
En concreto, uno de ellos explica que le ha sorprendido que el director de fotografía, el chileno Claudio Miranda, optara por el uso de la luz natural en las escenas diurnas y trucos para reforzar la luz, pero sin hacer uso de los numerosos focos de los que disponen. "Tienen las cosas por si las necesitan, consideran que así es más rentable", añade, "pero no gastan por gastar".
Para un técnico habituado a grandes producciones españoles, la experiencia con el rodaje de Tomorrowland está siendo más una actualización de conocimientos que un descubrimiento. "La verdad es que no han inventado nada. Todo lo que hacen es de manual", comenta.
3. UNA PLANIFICACIÓN EXHAUSTIVA PERO FLEXIBLE
El 'por si' es casi una religión. Todo está preparado por si... La planificación es exhaustiva, hasta el más mínimo detalle. "No les importa tener un generador en marcha durante estos diez días en L'Hemisféric con tal de tener preparado ese set de rodaje por si fuera necesario". En el fondo es consecuencia del primer punto. "Al disponer de dinero no sólo piensan en el plan B; también tienen un plan C", añade.
Un ejemplo ocurrido esta primera semana: El viernes se convocó a George Clooney al rodaje. Acudió a las ocho de la mañana. Se le llamó por si era necesario que rodasen la famosa secuencia prevista en interiores. Esta se ha programado ex profeso como la última pero se puede rodar en cualquier momento. Es un comodín. Si llovía, todo el equipo se trasladaría a este set. Finalmente no llovió. A Clooney le dijeron a las cuatro de la tarde que se volviera al hotel.
"Lo tienen todo tan preparado y pensado", asegura una de las fuentes consultadas, "que no me extrañaría que acabarán incluso un día antes porque funcionan como un reloj. Todo el mundo sabe lo que tiene que hacer y todo el mundo hace lo que le corresponde", agrega. Como es costumbre en los rodajes, el plan del día siguiente se da a última hora de la tarde. Nunca cambia. No se improvisa. "Esto no es arte; esto es industria", asegura un productor valenciano. Y como dice el viejo adagio hollywoodiense, casualmente algunas películas de las que se hacen así acaban siendo arte.
4. LA NECESIDAD DEL INGLÉS
"A ver si la gente se pone las pilas con el inglés. Yo tengo este trabajo precisamente por hablar inglés", dice una asistente de producción valenciana. Son muchos los que se han ofrecido a colaborar. La primera pregunta ha sido siempre la misma: "¿Hablas inglés?". A otros se les ha contratado directamente así: "Como sé que hablas inglés..."
España está a la cola del uso de la lingua franca del cine mundial. Según la Encuesta sobre la Participación de la Población Adulta elaborada por el Instituto Nacional de Estadística, un 35,5% de los españoles dice saber inglés y sólo el 5% asegura tener conocimientos avanzados. En general los españoles no tienden al plurilingüismo. Según la oficina Eurostat, sólo el 51% conoce otro idioma, un porcentaje que se sitúa muy por debajo de la media comunitaria, un 66%.
Las confidencias entre los profesionales valencianos y estadounidenses son constantes. Por ellas les han comentado que, de unos años a esta parte, el auge de las series de televisión han hecho que éstas expulsen a las superproducciones de los platós. "Los grande estudios no albergan ya grandes películas sino series; los largometrajes viajan", comenta un profesional valenciano.
Pueden dar fe de ello en Almería y Fuerteventura, donde Ridley Scott ha filmado Exodus. La coincidencia este invierno de dos superproducciones en España no es casualidad. "No me extrañaría que volvieran dentro de un tiempo", comenta una de las fuentes consultadas. Cuando sea así, tendrán prioridad los que hablen inglés. Siempre.
5. EL CINE CREA EMPLEO
"Te piden cosas y tú tienes que buscarte la vida. Te dan el dinero que haga falta, pero son muy concretos en lo que necesitan. Por ejemplo, si quieren una tonelada de madera de pino, te la pedirán tal cual. Y tú tienes que encontrársela, pero que sea de pino". Trabajar en Tomorrowland está siendo un reto para algunos profesionales que se han visto en situaciones en las que han precisado de toda su habilidad.
Si la respuesta es buena, los responsables de producción toman nota. "He visto en Valencia a dos técnicos que sabía que estaban trabajando con Ridley Scott en Exodus", relata una de las valencianas que está participando estos días en el rodaje en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. "Ahora no los necesitaban en el film de Scott y los han vuelto a llamar para esta película. Creo que los más beneficiados de este rodaje serán los técnicos sobre todo porque a esta gente [Disney] le gusta fidelizar".
Un buen ejemplo es la persona que acompaña a Clooney, un escolta y chófer de Sevilla de confianza de la productora estadounidense. "Si tienen alguien que les ha funcionado bien lo quieren recuperar". De ahí que si se repitieran este tipo de producciones, más de uno da por seguro que el número de profesionales y empresas locales que participará irá en aumento, aunque sea en cuestiones no estrictamente cinematográficas como podría ser el apoyo logístico.
Buena parte del centenar largo de españoles que trabajan en la película, extras aparte, lo hacen en estas funciones. E igualmente pasa con las empresas que colaboran, que van desde Grúas Alapont a Doyoubike, pasando por Construcciones Escénicas Moya, Babieka Films (que es la empresa que coordina todo), Aluzine Rentals, que aporta material eléctrico, etc... "Lo mejor de este rodaje en mi humilde opinión es que está aportando trabajo a gente y técnicos de Valencia, lo cual ya es una buena noticia", dice un director artístico que participa en el film. Y eso es importante recordarlo en un país con un paro del 26,03% y 5,89 millones de españoles parados, según la última encuesta de la EPA.
6. MODOS DE LIDERAZGO
La gestión de recursos humanos se articula de una manera muy estricta. Todos los trabajadores tienen su propia tarjeta con código de barras. Ese código les permite acceder a las zonas comunes de trabajo. Nadie puede pasar al set de rodaje sin ella. Y cuando dicen nadie, dicen nadie. Con esa tarjeta se controla todos los movimientos. Así, saben hasta lo que ha comido cada uno de los empleados.
Sin embargo, el trato humano no es frío; más bien al contrario, rezuma corrección. Durante el rodaje los españoles que participan en la producción están siempre alerta pero sin nervios. "Son muy rigurosos con el trabajo aunque por ejemplo entienden y respetan los tiempos muertos; tú tienes que estar siempre disponible por si te necesitan pero si en ese momento no tienes nada que hacer, te apartas a un lado y esperas", explica; "no te encargan otra cosa".
"Hay que intentar estar atentos a lo que van a necesitar porque hay la tensión de acabar lo antes posible, pero no hay nervios", comenta una de las valencianas que hace de enlace. "Hay mucha educación y todo se pide por favor y a todo se da gracias. Nadie grita. Es una forma de comportarse que se agradece", concluye.
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