VALENCIA. En época de carestía los homenajes son humildes. Al menos ésa es la conclusión que se puede sacar del que se le rindió este viernes a Pepe Sancho en el edificio Rialto. Fue sencillo, sin alharacas. Se limitó a la presentación del cambio de nombre de la sala Rialto que a partir de ahora se llamará José Sancho, la entrega de una placa conmemorativa a su viuda, la proyección de un vídeo de unos pocos minutos y dos parlamentos: el de Manuel Tomás, gerente de CulturArts, y el de Álvaro de Luna, compañero de Sancho en la mítica serie Curro Jiménez.
El acto estuvo presidido por el jefe del Consell, Alberto Fabra, a quien esperaban en la puerta cineastas como Pau Martínez, actores como Ferran Gadea, así como un grupo de trabajadores de RTVV que le abuchearon y silbaron a la entrada del edificio. Unos silbidos en los que contaron con el apoyo de unos espontáneos que se sumaron a los gritos de "Fabra dimisión" y "lladres, lladres".
Tras una rápida entrada en el edificio, Fabra subió a la primera planta donde, acompañado por la escritora Reyes Monforte, viuda del artista, descubrió el nuevo nombre de la sala y le hizo entrega de la placa conmemorativa ya citada. Tras un breve posado, Fabra dijo de Sancho que no solo "defendió el nombre de la Comunidad [Valenciana], sino que además fue un referente a través de todo su trabajo, su personalidad y su cariño".
En su discurso, el jefe del Consell resaltó que Sancho fue "un gran profesional que siempre vivió con intensidad y lo hizo trasladando lo que mejor sabía, que era estar haciendo siempre un papel, en el teatro y en el cine". Acompañado de la viuda del actor, Fabra pasó al interior de la sala. Se sentó en primera fila y a su izquierda se situó la consellera de Cultura, María José Català, y la delegada del Gobierno, Paula Sánchez de León, entre otras autoridades y amigos del actor. Al gerente de CulturArts, Manuel Tomás, le correspondió dar voz a la administración. En su discurso dijo de Sancho que "sus manos fueron del pueblo, sus ojos del cine, su voz del arte y su alma del teatro", por lo que aseguró que Sancho "no se ha ido, sino que permanece vivo sobre el escenario".
'EL ALGARROBO' Y 'EL ESTUDIANTE'
Tras la proyección de un vídeo con imágenes de su trayectoria artística, el actor y amigo de Pepe Sancho, Álvaro de Luna, procedió a la lectura de un discurso. De Luna, que se dio a conocer como El Algarrobo en Curro Jiménez, trabó amistad hace cuarenta años con Sancho, quien encarnaba a El Estudiante en la famosa serie creada por el dramaturgo uruguayo Antonio Larreta.
En su intevención De Luna destacó que la vida artística de Sancho fue un "difícil camino de ilusión", que le llevó de muy joven desde Manises a Madrid a prepararse en el arte de la interpretación y poder cumplir su sueño de trabajar como actor. En esa línea, relató que conoció al artista en uno de sus primeros trabajos, y que le llamó la atención "su temperamento, su filosofía de la vida, de luchar por lo que se quiere hasta el final".
Asimismo, hizo hincapié en "su simpatía en el escenario, su facilidad para conectar con el público, su naturalidad", así como que fue un "compañero leal, generoso, valiente, como demostró en la huelga de actores". "No tenía en su vocabulario la palabra tristeza, ni envidia y, desde luego, no conocía la hipocresía", ha recordado.
Fue Monforte quien cerró el acto con una breve intervención en la que mostró su agradecimiento a los amigos y a la gente "que le dio cariño y amor", así como por los nombramientos y reconocimientos que recibió el artista en vida. "Todo lo que venía de Valencia le hacía especial ilusión, desde el himno, que siempre lloraba cuando lo escuchaba", recordó.
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