VALENCIA. Los cuatro minutos de vídeo que un realizador alemán hizo sobre la ciudad de Valencia, aparecieron el pasado otoño en el Instituto Eye del Cine de Holanda, en Ámsterdam. De la filmoteca holandesa llegó hasta la Filmoteca de Valencia en el mes de diciembre, donde se exhibió por primera vez ante el público local. El encuentro fílmico se produjo en el centro valenciano dentro de un encuentro en torno a la digitalización de películas de la I Guerra Mundial.
UN VIAJE A LA VALENCIA DE 1915
Las imágenes muestran a modo de reportaje casi televisivo o documental algunos de los lugares emblemáticos de la ciudad. Arranca por la estatua ecuestre de Jaume I, seguido del puente de San Pablo en el cauce del río Turia que debía llevar algún caudal en aquel año según la historia. Acto seguido aparecen las Torres de Serrano por cuyo arco pasan los tranvias, rodeados de valencianos de la época. Con el tranvía sigue el recorrido por la ciudad, que para y hace un plano completo de la puerta más conocida del Palacio del Marqués de Dos Aguas.
Acto seguido vemos la calle de la Paz, con la Iglesia de Santa Catalina al fondo. En el plano aparecen un coche casi al final de la sencuencia, comaprtiendo espacio con los viandantes. Le siguen las Torres de Quart y poco después los jardines del Parterre. Las calles de Ciutat Vella, la Catedral por su puerta en la Plaza de la Virgen (en la que se aprecian unas ostentosas farolas de forjay finaliza con un plano superior y panorámico de este barrio.
El vídeo finaliza con una imagen de tres personas (dos mujeres y un hombre) vestidos con los trajes regionales valencianos. Suena la rondalla 'Amparito, la filla del mestre', aunque todo el sonido de la cinta -muda- es una producción actual.
Que increible ver este video y pensar que he recorrido a diario tantas veces estos lugares. Lo que era y lo que sigue siendo, tal cual, intacto! Gracias por mostrarlo.
Las "torres de Serrano". Si fuimos generosos los valencianos que hasta les pusimos el nombre del músico. O era por el jamón serrano? Error habitual y absurdo, pero impropio del todo de un diario cultural.
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