MADRID (Patricia de Arce/EFE). Varios barones regionales del PP han avivado hoy, con sus declaraciones, las diferencias en el seno del partido por la reforma de la ley del aborto, que el Gobierno dio a conocer antes de las Navidades provocando ya entonces numerosas voces críticas entre los populares.
Un día antes de verse las caras en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional ante el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, los presidentes de la Generalitat valenciana, Alberto Fabra, y de Extremadura, José Antonio Monago, han tenido su particular batalla dialéctica sobre esta cuestión.
La mecha la ha encendido Fabra cuando ha lamentado la "facilidad" de "algunos" para hacer declaraciones "fuera de los principios de lealtad, compromiso y defensa de valores que representa el partido", y ha sugerido que esas voces discordantes "quieren quedar bien con otros que están apoyando a su gobierno y no con aquellos que le están votando".
El president apuntaba claramente a Monago, que gobierna Extremadura con el apoyo de Izquierda Unida, y quien en su mensaje de fin de año cuestionó sin tapujos la reforma al señalar que "nadie puede obligar a nadie" a ser madre.
Cuando ha sabido de las palabras de Fabra, Monago ha recurrido primero a la ironía: "Esa es la que se le ha ocurrido esta mañana", ha dicho sobre el presidente valenciano, con el que ya ha tenido otros encontronazos, sobre todo por la financiación autonómica.
Y después, el presidente extremeño ha sugerido ser "el más centrado del PP" en este asunto, con los demás populares "un poco confusos", y ha subrayado que su tesis la comparten los conservadores británicos y franceses y los cristiano-demócratas alemanes.
Fabra y Monago no han sido los únicos barones que han sacado hoy a colación la reforma del aborto.
El presidente madrileño, Ignacio González, se ha sumado al carro oficial y ha dicho que ésta no es una "cuestión de gustos" sino un "compromiso" del partido, mientras el presidente castellanoleonés, Juan Vicente Herrera, se ha colocado, por el contrario, en el grupo de dirigentes que no oculta sus reservas por este texto.
Herrera ha sugerido que el Gobierno espere a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el recurso que el propio PP presentó contra la ley vigente, y ha puesto en valor las declaraciones de los alcaldes de Zamora y Valladolid -críticos con el anteproyecto-, al tildarlas de "opiniones sensatas" de dos personas que además tienen "cierta autoridad" al ser médicos de profesión.
La posición de Herrera se suma a otras declaraciones de dirigentes populares que han expresado sus reservas, entre ellos otro barón, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que también estará mañana en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional.
Saque el tema o no Rajoy, la reforma del aborto va a estar inevitablemente presente en la primera reunión de los populares desde que se conoció este texto, que acaba con la ley de plazos y limita a dos los supuestos legales para interrumpir el embarazo -violación y daño físico o psíquico para la madre-.
La propia secretaria general, María Dolores de Cospedal, admitió, cuatro días antes del Consejo de Ministros que vio el anteproyecto, que su partido no conocía el texto, por lo que el partido no lo ha debatido, al menos desde entonces, internamente.
Tanto desde el Gobierno como en el PP se ha tratado en los últimos días de restar importancia a las divergencias internas en este asunto, que incluso se han tildado de normales, pero se ha insistido en que la reforma promovida por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, cumple con el compromiso electoral de los populares.
En el programa con el que concurrió a las elecciones generales de 2011, el PP prometía cambiar la legislación sobre el aborto, pero lo hacía de forma muy escueta y sin dar detalle de cómo sería la reforma.
"Cambiaremos la regulación sobre el aborto para reforzar la protección del derecho a la vida, así como de las menores", rezaba dicho programa.
Habrá que ver si, como ha señalado Fabra, los críticos con la reforma son "capaces" de "alzar la voz" mañana o si, por el contrario, este asunto no trasciende más allá de las declaraciones públicas a las puertas de la sede de Génova.
Y es que, si el aborto se cuela en el Comité, podría ensombrecer una cita que el PP quiere dedicar a subrayar la mejora de la economía y a preparar el gran examen del año: las elecciones europeas.
Presidente Fabra: no creo que ni aún haciendo acto de solidaridad con el PP Central le manden los 1.500 millones que necesita.¿Porque no expresa con libertad su opinión sobre el tema? Hasta las lealtades tienen un limite.- Atte Alejandro Pillado Marbella 2014
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