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'bits de sociedad'

El día que Mayrén Beneyto se enfadó con Tono Sanmartín

ALBERTO MONTEVERDE. 21/12/2013

VALENCIA. La Navidad es una época de amor. Eso lo aprendí en el Reino Unido cuando estudiaba una carrera que nunca me dio de comer. Echo de menos el frío, el verdadero frío de Londres -el smog, o sea-, la lluvia y los villancicos porque, saben, los ingleses saben cantar de verdad a coro. Usted coge a tres ingleses, les junta con otros tres ingleses desconocidos y en un minuto todos cantan a una voz.

No me extraña que Salma Hayek se quiera ir a vivir a Londres. Es imposible no enamorarte de esa ciudad. Yo si quiere le dejo mi pisito, por donde pasaron algunos amigos valencianos en sus días locos y del que tengo tan buenos recuerdos. Aunque me da que le parecerá pequeño.

La Navidad es época de buenas intenciones, de amor, que decía el espíritu de las Navidades futuras o pasadas o el que fuera en el cuento de Dickens. Es época de cariño. Por eso me ha extrañado tanto enterarme de que mi admirada Mayrén Beneyto haya discutido con su peluquero de toda la vida, Tono Sanmartín, al que visitaba casi a diario. Ni yo ni mis amigas que todo me lo cuentan, saben por qué se han enfadado, y cuando doña María Irene se enfada, échate a temblar. Menuda es ella.

Creo sinceramente que Mayrén es una mujer valiente porque a día de hoy estoy convencido de que Sanmartín es el hombre más influyente e importante de Valencia. Dicen que si alguien quiere ser consellera o secretaria autonómica, o quiere que alguien de su familia triunfe en la política, sólo tiene que acercarse por allí. Es tanto el poder de lo que dicen que se dice entre esas cuatro paredes, que Sanmartín vale más por lo que calla que por lo que peina, y mira que peina bien.

Ya les digo que me da miedo y por eso a mi madre, que va todas las semanas, le tengo prohibido que hable de mí, que a mi me gusta mi vida contemplativa y no quiero levantarme un viernes enterándome que me van a nombrar director general o cualquier otra cosa.

Yo soy poco navideño, pero esta semana me lo pasé muy bien en la copa de Navidad que organiza Vicente Gracia. Todos lo disfrazan como de amor pero fundamentalmente es para vender; está claro. Estaba lleno. Había una pequeña barra con un cava infame que no puedo asegurar cuál era y prefiero no saberlo. Presentaba joyas suyas en general y unas cuantas vitrinas con gemas, sus ópalos muy bonitos. También sacaron unas delicatessen cocinadas por su novia Mónica Piñones, que va a montar un espacio culinario en los bajos del Mercado del Colón, en el espacio Camarena.

Fue el todo Valencia, que decía Blasco Ibáñez en Arroz y tartana. Estaba Laura Fitera, que el día anterior había acompañado a su hija en el Palacio de Cervelló, donde presentaron el cuento de navidad de Blanca Fitera. Estaba Mayren Beneyto, guapísima, como siempre -¿habría ido antes a Tono Sanmartín?- acompañada por su inseparable Mercedes, que se alegró mucho de ver a Begoña Lluch, amiga de su hija Irina. Mayren le explicó a Begoña, que vive en Miami, que su hermana Suchi la ha "sustituido" como socialite valenciana.

Nos encontramos también con la psicóloga Mercedes Gonzalez, presidenta de la fundación de BENIN Africa, con su novio Jose Luis, que es Premio Jaume I por sus investigaciones en Medio Ambiente; el chico es un experto en desertificación y es un tipo de persona con el que me gusta conversar porque siempre tiene algo que decir.

Luego acudían a la cena de la Academia de Gastronomía. Tambien vimos a Lola Narvaez, y a Sedi Casanova con su belleza de muñeca. Por supuesto Hortensia Roig con todas sus hijas ya que uno de sus fondos de inversión ha invertido en Vicente y es la pequeña Juana la que está custodiando la Joya de Vicente.

La verdad es que Vicente es de esas personas que venden Valencia por donde van. Es un joyero de larga tradición familiar y es aclamado más allá de nuestras fronteras. Sale en toda la prensa internacional, en el Vogue, en la casa de subastas Christies, ahora en el museo Meadows de Dallas (y ahora en Valencia Plaza). Por él sí que me trago el rollo navideño.

Me sentí muy cómodo en ese ambiente, rodeado de gente bien. Vi a Eva la nuera de Mayren, a Elvira Catalá, lila Albanozzo de la tienda Il Bacco da Seta, Conchita Cañamas de La Tartana y su embarazada hija Carlota, Teresa Monzonis y muchísima gente más, como la periodista Ángela Pla. Estaba abarrotado.

La fiesta fue amenizada por Copa Ilustrada Band que hicieron doblete pues luego se fueron a la cena de la academia, pero con discreción británica, de algo me tiene que valer haber estudiado en la pérfida Albion, le dije a la simpatiquísima Cuchita Lluch -qué mujer, oye-, que tenía otro plan pendiente. Entre nosotros, quería irme a leer a mi casa con mi vasito de Glenrothes de 36 años, mi capricho-pequeño-burgués.

HUYENDO DE LAS COMPRAS FEROCES

Ya en casa, en babuchas, mientras leía, pensé que este año no quiero zambullirme en las compras feroces de Navidad y me ha dado por pensar en ir a mercadillo de antigüedades, a la tienda súper vip de ropa de segunda mano de Arantxa Botella y su Rastrillo de Arantxa, o las chicas de Art and Fun, o Mónica y Lupe, que el 20 y 21 de diciembre presentan en la cafetería Belgravia, en la calle Sorní, un mercadillo de arte y diseño.

Por allí mientras se merienda, se toma cava, un vino, se puede disfrutar de sus objetos artísticos a todos los precios; divertidas ilustraciones de Herminia Esparza y Ajenjo, dibujos de Luis Lonjedo, de Mª José Torrente, o el genial Pinyolet de Fernando Colón, que sin duda ha sido el producto estrella de la Navidad, un plato cerámico, un aceitunero de diseño con multitud de premios a sus espaldas.

Mis espías, que son muchos y todo lo ven, me han contado que este regalo lo han encargado ya algunos de los más selectos nombres de la ciudad. Yo, que soy algo cotilla, les confesaré que estará en la casa del cocinero Josep Barahona, en la de los amigos de la empresa de ingeniería global Gestor Técnica, en la de Lucas Noguera... y en muchas muchas otras.

Quizá el espíritu de la Navidad sea bueno conmigo y me traiga uno de esos a casa. Mamá, como sé que lees todo lo que escribo, yo te lanzo la propuesta. Fin a la publicidad. Que pasen unos buenos días.

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1 comentario

Jose Luis Llorens escribió
27/12/2013 10:43

Señor Alberto Monteverde, ese cava infame que dice usted es este año el mejor cava valenciano por encima de todos los que aquí (en Valencia) se elaboran y uno de los 20 mejores cavas de España según Juan Fernández-Cuesta del ABC, le dejó el enlace: http://www.abc.es/viajar/restaurantes/20131219/abci-mejores-cavas-espana-201312181045_13.html Personalmente me dedico al vino ya hace unos 15 años y nunca he descrito un cava ni otro vino como infame, otra cosa es que no le guste pero catalogar así es bastante despectivo. Sin más reciba un saludo

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