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La intendente busca fórmulas que eviten que el coliseo baje el telón en 2015 y reclama que no tengan que pagar un alquiler de un millón a CACSA
VALENCIA. La intendente del Palau de les Arts, Helga Schmidt, se revuelve. No quiere que el Palau de les Arts tenga que cerrar. Este jueves consiguió un aplazamiento de la reunión del patronato, una mínima victoria que le ha dado aire. Se iba a celebrar el lunes y finalmente se ha trasladado al próximo 30 de diciembre. Ha ganado casi dos semanas, tiempo que considera suficiente para intentar buscar fórmulas que hagan que el presupuesto de 19,9 millones de euros crezca o que se reduzcan los pagos del complejo.
El presupuesto no llega. El principal problema con el que se encuentra la austriaca es que la cantidad que le ha asignado la Generalitat no le sirve ni para apenas levantar el telón. Sólo en nóminas tendrá que pagar 10,8 millones de euros. A ello hay que unir los gastos corrientes, es decir, el mantenimiento del escenario y la seguridad, cuyo coste asciende a más de tres millones. La pregunta, dicen los allegados a la intendente, es cuáles son las intenciones del Consell de Alberto Fabra. Tal y como se cuestionaba un técnico del complejo: "¿La Generalitat quiere que se cierren las puertas del Palau de les Arts?".
Para Schmidt y su equipo las soluciones que les ofrecen desde la Generalitat son ineficaces. En concreto desde Hacienda se le recomienda que apueste por las coproducciones y el alquiler de montajes. "Es una buena idea; lástima que ya la hayamos puesto en marcha hace años", ironizaban este jueves desde el complejo.
Los costes de la programación del Palau de les Arts se autofinancian con las ventas de entradas. En concreto, para 2014 el complejo tiene previsto ingresar más de cuatro millones de euros en venta de localidades. Con esa cantidad ya se pueden contratar la mayor parte de las producciones que llegan al coliseo valenciano. El problema, dicen desde el complejo, "no es la programación; el problema será el día a día; la limpieza, la seguridad...".
En esa disyuntiva, la alternativa del cierre la han puesto sobre la mesa desde el Consell de Alberto Fabra. Al presidente y a la consellera de Cultura, María José Catalá, les atrae más la idea de que el complejo albergue de continuo proyectos como el musical Los Miserables, una producción que le impusieron a la intendente. Hay quien incluso habla ya de privatización. La idea que repiten desde el Palau de Manises es que el Palau de les Arts debe ser "viable".
PIDEN LA CONDONACIÓN DEL CANON
En el coliseo intentan reducir gastos que consideran absurdos. En este sentido, Schmidt negocia para que la sociedad CACSA le condone el canon de un millón de euros que tendrá que abonar en 2014 por el uso del edificio. La argumentación de la austriaca es sencilla: El Palau de les Arts pertenece a la Generalitat; CACSA, también; así pues, no tiene sentido que parte del presupuesto del Palau de les Arts se tenga que devolver a la Generalitat. Si finalmente se retirara ese pago sería al equivalente a contar con dos millones más, ya que sería un millón que no se abona y un millón que se dispone para pagar los gastos corrientes.
Por si fuera poco, el retraso en la ejecución del ERE del Palau de les Arts, que ha sido aprobado por los trabajadores y que tenía que haber estado en marcha antes del 31 de diciembre, supone un contratiempo. Supondrá más gasto porque obligará al complejo a invertir parte de su presupuesto en unas nóminas que no estaban inicialmente previstas.
Este jueves por la tarde se celebró una reunión que se preveía "crucial" para el futuro del Palau de les Arts y que al final dejó más preguntas en el aire. La cita no ayudó a clarificar el futuro que hoy más que nunca se prevé negro. Todo sigue igual y con el actual presupuesto, el complejo sólo podrá funcionar hasta verano. Una vez haya concluido el Festival del Mediterráneo, el Palau de les Arts deberá cerrar sus puertas y no habrá ópera en 2015.
Sería una verdadera tragedia para muchos que Valencia se quedará sin ópera. En este mundo actual lleno de mediocridad tener la oportunidad de poder ver en directo una manifestación cultural del nivel que tenemos en Les Arts, es lo que nos mantiene a muchos con ganas y humos para tirar "pa lante".
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