Fue hace ya cuatro años, en marzo de 2009. Rubén Soler Ferrer y el músico Alberto Montero querían trabajar juntos. Se reunieron para ver videoclips y Montero le comentó lo mucho que le gustaban los vídeos de una web francesa, La Blogothèque. Para Soler Ferrer fue un descubrimiento. "Me quedé sorprendido", recuerda, "porque eran la mezcla perfecta entre el videoclip y el documental; consistía en grabar en plano secuencia y en una única toma a un músico interpretando una canción".
Al joven cineasta, autor del premiado documental L'Estiu més negre que ha realizado junto Alba Forés, le atrajo la idea. Era un concepto muy básico pero al mismo tiempo muy directo. "Eso me encantó". Así que puso manos a la obra y decidió montar su propio videoblog sobre la escena valenciana, dando cabida a algunos de los grupos y artistas que visitan la ciudad. Y así fue cómo nació Cápsulas musicales, que hoy es una web y un canal en Youtube.
Desde su primera subida a internet han cambiado mucho las cosas. Por un lado, Soler aprendió a mirar y comparar. Con el tiempo descubrió que la Agenda Urbana había creado algo parecido aunque ya no publicaban más vídeos. Él sabía que seguiría. "Después de grabar la primera cápsula con Alberto Montero tuve claro que no lo dejaría. Me gustó la idea y además aquello me servía como vía de escape a la presión del trabajo".
Si bien se trata de un proyecto personal, ha estado bien acompañado. "Al principio éramos tres. David Boscá hacía fotografías de los músicos (y grababa algunas cápsulas); Roberto Mejías era el técnico de sonido y luego estaba yo". A Mejías le sustituyó Carlos San Miguel, que estuvo llevando el sonido hasta el 2012. Boscá emigró a Japón, con su pareja, así que ahora Soler está solo aunque de vez en cuando colabora con algún buen amigo, como el animador Sapone, el realizador Iván Pérez o el fotógrafo Eddie Andreu.
El feedback está siendo bueno; lo suficiente para hacer que siga con la idea. "El punto fuerte de Cápsulas Musicales está en los vídeos y nuestro canal de Youtube y Google Plus", explica. El mismo está en cerca de 100.000 visitas. El top five más visto del 2012 fueron los vídeos de IZAL, Xoel López, Manolo Tarancón, La Habitación Roja y Julián Maeso. Y por delante de sus cámaras también han pasado artistas como Tórtel, La Muñeca de Sal o Javier Corcobado.
Interpretaciones acústicas, pequeñas entrevistas, conciertos, el listado de su canal permite acercarse a parte de la escena indie nacional, no sólo la local. Su objetivo es alcanzar la mayor difusión para estos músicos. Ese fin le ha hecho apostar por Youtube como vehículo. "Vimeo estaba muy bien hace unos años, era más "gafapasta" y moderno, los vídeos que cuelgan tienen mucha calidad, pero Youtube es más viral y accesible. Ahora mismo me quedo con éste sin lugar a dudas", asegura.
Cuatro años de vídeos que están dando de sí. Cápsulas musicales, además de horas de vuelo como cineasta, le están reportando anécdotas de todo tipo. "Con The Last Band grabamos sobre una construcción que se estaba derruyendo sobre un embalse en mitad de la montaña. Con IZAL grabamos el día que más calor hizo en el 2012 en Madrid. A Julián Maeso le ayudamos a montar el Hammond y nos explicó con detalle como funcionaba por dentro el instrumento. El día que grabamos el videoclip de Ambros Chapel estuvieron a punto de echarnos de una finca por el ruido. A Sonlosgrillos fuimos a grabarlos y terminamos compartiendo mesa junto con mis compañeros del estudio. ¡Han habido muy buenos momentos, la verdad!"
La mayor sorpresa que se ha llevado en este tiempo ha sido descubrir el trabajo de los músicos, y que este trabajo es un material sensible, sagrado. "He comprendido su lucha por salir adelante dentro de una industria musical, que ya no puede considerarse como tal. Eso me hizo dejar de lado la leyenda del músico y comprender a la persona", explica.
Muerta la mitomanía, nació la adicción a la música. Ahora admite que si continúa con el proyecto es sobre todo por amor al arte, en sentido estricto. "Realmente sigo en esto porque me apasiona la música y disfruto compartiendo buenos momentos con los músicos. Intentamos, cuando éramos un equipo, monetizar nuestro trabajo pero es muy difícil, así que al final lo manteníamos con nuestro esfuerzo y reduciendo los costes al mínimo. Al final siempre hay proyectos e ideas que te gustaría probar porque al final uno siempre piensa a lo grande, pero hay que tener en cuenta la situación por la que pasa el audiovisual", concluye realista.
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