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VALENCIA. La directora del Museo de Bellas Artes de Valencia, Paz Olmos, ha abierto un nuevo frente. Esta vez su enemigo es la Academia de Bellas Artes de San Carlos, que preside Román de la Calle. Olmos se niega a reubicar a la academia en el museo mientras duren las obras de ampliación del centro museístico, que está previsto que se extiendan durante 30 meses.

Olmos fue convocada a una reunión en el Centre del Carme para tratar este asunto. En aquella cita se encontró con el secretario autonómico de Cultura, Rafael Ripoll; la directora general de Patrimonio, Marta Alonso; el presidente de la Academia, Román de la Calle; el arquitecto responsable de las obras, Álvaro Gómez-Ferrer; el arquitecto del Ministerio de Cultura, Joaquín Bau; y el responsable del Centre del Carme, Felipe Garín.

La actitud de Olmos durante el encuentro fue poco dialogante. Aún así, aseguran varios de los asistentes que se llegó a un principio de acuerdo y se decidió donde se instalaría la Academia mientras duran los trabajos. Para sorpresa de la Conselleria, a sus oficinas de la avenida Campanar llegó la semana pasada la noticia de que Olmos ahora ha dado marcha atrás y se niega a ceder esos espacios a la Academia.

TENDRÁN QUE SALIR DEL SAN PÍO V

En esta tesitura, en cuanto comiencen los trabajos, que afectan sobre todo al edificio histórico, donde se halla la Academia, sus representantes se verán obligados a salir del San Pío V y dejarán así de velar de su colección de obras de arte. Se da la circunstancia de que esta entidad es la matriz del museo, ya que fue su colección la que nutrió al centro y, oficialmente, es propietaria, por ejemplo, del autorretrato de Velázquez o de los Goya, la colección de Vicente López, la mayoría de los cuadros de José Benlliure...

En Campanar ha sentado muy mal este nuevo enfrentamiento, que se considera gratuito. Aunque en público se asegura que se intenta encontrar una solución, en realidad este nuevo pulso de Olmos se ha interpretado como un desafío de la directora del museo a la consellera María José Catalá. "Se le había dicho que no se enfrentara a nadie más", asegura una persona que asistió a la reunión, quien admite que la gestión de Olmos es muy criticada dentro de la Conselleria.

La actitud de la directora del San Pío V incomoda en Campanar, ya que entienden que la ampliación del centro museístico será el mayor logro de una legislatura marcada por los recortes y la austeridad. Para Catalá y su equipo se ha convertido en fundamental lograr el mayor consenso posible en torno a unos trabajos que, por unos motivos u otros, deberían haber empezado hace veinte años.

Las obras de ampliación, si bien ya se han iniciado, están en una fase muy embrionaria. Las fuentes consultadas aseguran que no será hasta después de las fiestas navideñas que se realizarán los trabajos más importantes, ya que en estos momentos se están planificando muchas de las actuaciones más importantes.

EL ALMACÉN DEL PRESIDENTE ES PEQUEÑO

La V fase, que cuenta con un presupuesto de 8,3 millones de euros, se ha encontrado un obstáculo logístico considerable, ya que no existe en estos momentos un lugar adecuado para habilitar todas las grandes pinturas del XIX que se querían almacenar, porque en el sótano que inauguró Fabra el pasado 11 de noviembre es pequeño.

La altura del mismo es insuficiente para albergar algunas de las grandes obras de la Edad de Plata de la pintura valenciana. Una de las soluciones que se maneja consiste en quitar los lienzos de los bastidores y enrollarlos en cilindros adecuados, siempre con la pintura hacia fuera para evitar posibles daños. Esta medida es bastante habitual en los grandes museos europeos.

El hecho de que aún se estén ultimando estos detalles viene a incidir en la premura de la inauguración de la semana pasada, hecho que criticaron algunas de las fuentes consultadas. Así, señalaron que lo adecuado habría sido esperar hasta enero, cuando los trabajos estuvieran más avanzados.